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Pero si coiüf estas qualidades llegan á unirse ri la amenidad , el método , la con- cisión ^ el juicio , la claridad f \ lí IV quanto se requiere para merecer dignamente el nombre de histo* ría y será la que se presente coa tales adornos, que le son tan pro- pios , digna de la pluma de un Tucydides, de un Tito Livio, y probará la alma en su lectura la mas dulce complacencia. La del Inca Garcilaso , que tengo la satisfacción de presen- tar al público, reúne todos estos preciosos é indispensables requi* sitos , y quántos puede exigir el critico mas inexorable. El apre- cio y estimación que han mere- cido á los sabios y literatos juí-* ciosos de dos siglos sus Comenta- rios Reales, fácilmente se podria justificar^ pero como semejante defensa seria ociosa estando ea quieta y pacífica posesión de quan* to puede apetecer, y gozando ua kigar tan distinguido en la repú- blica de las letras , basta afirmar que el laborioso y erudito D. Ni- colás Aat oaio g r adúa esta historia N de copiosa, elegante, curiosa, ver* dadera y segura : y que el Ilustri- simo Feyjoó , cuya critica nada vulgar y poco indulgente lo pone á. cubierto de toda impugnación, reconoce su mérito en muchas partes del Teatro, principalmen- te en la ultima carta del tomo quinto. Confieso que no puede menos de causarme mucha admiración que obras de esta naturaleza^ buscadas por los sabios de la na- ción, apetecidas de todo curioso, elogiadas, traducidas y publica- das diferentes veces por los es- trangeros , enemigos jurados de las glorias de Espafía , lleguen á escasearse, y escasearse en unos tiempos en que vemos repeti- das y multiplicadas ediciones de otras que es imposible sean de tanto interés para nuestra na- ción , ni tan acreedoras á la in- mortalidad y pero á pesar de es* ta admiración ^ ei pobre Inca casi ▼I desde sa nacimiento ba sufrido esta fatalidad , no solo antes de la reimpresión publicada el año a 2 del siglo que va á espirar, sino también después de esta fe-» cha. Antes andaban tan escasos sus Comentarios Reales que, se^ gun el testimonio del Señor Doa Gabriel de Cárdenas, su editor, y autor del Ensayo Cronológico -á la Historia de la Florida del Inca , aun adquirirlos para co- piarlos era difícultosot Después se ha experimentado la misma falta , y desde el año de $o ya la están lamentando todos los cu- riosos , con vivos deseos de que se verifique su reimpresión. A vista de esto me resolví después de varios combates , y no á persuasión de amigos , que es la cantinela de todos , á una empresa acaso superior á mis fuerzas , persuadido firmemente que haría en ello un señalado servicio al público 9 y cónsul* VI f tando el gusto dominante del día, preferí dar mi edición en. dozavo, gusto que no dexa de tener sus co- modidades y ventajas , y que fá- cilmente se puede defender y aun justificar con el exempio de otras naciones entre quienes los libros no se miran como muebles inu« tiles , y que han adoptado y da- do la preferencia á este tamaño. La obrA , asi en su origea como en la edición de 1732, tie- ne por titulo Comentarios Rea- les de los Incas , divididos en dos partes. La primera , que comprehende nueve libros , tra* ta del origen.de los Incas , reyes que fueron del Perú , de su sa- bio gobierno en paz y en guerra, provincias que conquistó cada rey , dioses, idolatría , ciencias, artes, usos y costumbres de cada provincia en particular , asi an- tes de Manco Capac , fundador de aquel vasto imperio , y el primero que con su raro talento rtti y con sus astutas aunque gro- seras revelaciones strpo reunir en sociedad aquellas bestialef gentes , enseñándoles al mismo tiempo las artes y i cultivar la tierra , como en tiempos poste- riores , y basta que los Españo- ks las fueron conquistando suc- cesivamente : rique^s de oro j plata que éstos bailaron : anima- les , plantas , fricas que habia en el pais , y las que después se lian ido llevando, con quanto pu- do averiguar su autor, tanto por medio de la tradición verbal que entre otros le suministraron sus dos tÍQS Cusí Huallpa y D. Feri- nando Huallpa Titpao , bombres bastante racionales y testigos del trastorno de su imperio , quanto por los quipos puestos á cargo de los contadores , la única es- critura que alcanzaron para tras- mitir sus memorias á la posteri* dad. En la segunda , dividida en ocho libros , se dá una cuenta IX exacta y circunstaaciada de la coaquista que concibió y em- prendió el intrépido corazón de D. Francisco Pizarro, Marqués de las Charcas y AtaviUoS', de aquella dilatada y aguerridas mc^ narqula, descubierta por el mi»- tnQ pocos años antes, sin masau- xilios que los que le pudieron sui- ministrar D. Diego de Almagro, y el Presbítero Hernando, de Lu- que , acompañado del valor de trece compañeros tansolos: guer* ras civiles que introduxo la dis- cordia entre Pizarristas y Alma- gristas : sublebacion de algunos tiranos y su castigo : hechos ya heroycos, ya temerarios de algu- nos Españoles é Indios : emba- jadas, ardides de gueiirá de unos y otros : obstinación en los com- bates , y acciones decisivas de ambos partidos : fundación, da algunas ciudades célabces y. de otros pueblos de menor nombre: paz general de casi todo el .im- *5 perio devida á la cordura y ma- durez de ua hombre de talento: renuacia solemne que hizo ea Lima D. Diego Sayri-Tupac la* ca ea manos de D. Andrés Hur- tado de Mendoza , Marqués de Cañete , Virey del Perú , de to- dos sus derechos á aquel impe- rio en la persona de Felipe II. .Key de Espa&a , de gloriosa me- moria y reservándose por su vi- da la soberanía de las provincias de Villca-pampa ^ Tarma j Mu- yupampa, y Chunchos: con otras cosas dignas de saberse, y de que no es posible dar un análisis por diminuto que sea. He aquí la división del au- tor. Vamos á la que yo me tomo la libertad de darle , asi por ha- cerse preciso á causa de la di- versidad del tamaño y como por pareccrme mas regular , sin qué altere su sustancia en la cosa mas mínima. Ante todas cosas , aunque se (BonteDta Gaicilaeo con dar á su lummosa obra el humilde litulo de Comeotarios Reales de los lacas, á mi me ha parecido , y no sía fuadaincnto , quadrarle mas biea el de Hiitoria general del Perú, dexáodole.tambiea d otro en se- gundo lugar. Digo que no sin fundamento , porque sí se dá el nombre de historia á una rela- ción verdadera de sucesos y ac- ciones célebres escrita con mé- todo y discernimiento i por qué 00 se le ha de dar á la que pu- blicamos , reuniendo en si quan- tas circunstancias se exigen! Esto supuesto, los cinco pri- meros tomilos de esta edición, titulada nuevamente Historia del Perú, compre henderán lo que el -^utor llama primera parte , y los testantes la segunda. La divi- sión de primera y segunda par- te , la subdivisión de cada parte en libros , y la cansada recopi- lación de los capítulos que tosa- i zri prebende cada libro , puestos al priacipio de todos ellos ^ be te* nido por conveaieate suprimir^ porque siendo formalidades ar- bitrarias é insustanciales , y so- lo autorizadas por la moda do- minante de aquel tiempo , de ninguna otra cosa sirve sino de ileaar papel de letras que no* se leen 9 y en la edición que pre- sento era preciso causase desor* den y confusión , 6 que los to« mos saliesen unos éticos, y otros demasiado rollizos : pues hay li bro que comprehende 44 capítu- los bastante extensos , al pasó que otros solo incluyen ai > y muy cortos. También he sacado del lugar que ocupa en la edición citada la vida del rebelde Inca IntiCu- si Titu Yupanqui , aumentada por el Señor Cárdenas , reser* vandola para el ultimo tomo^ pues siendo el postrero de los In- cas , soberano ya destronado , y XIII solo reconocido por algunos po- cos Indios montaraces , revolto- sos 7 sanguinarios , parece que naturalmente deberá ocupar ua lugar posterior en orden á stt rebelde antecesor j tío Tupac Amara con quien concluye su historia Garcüaso. En quanto á la ortografía he procurado cuidadosamente ob- servar las sabias kyes que juif- ciosamente nos prescribe la Real Academia de la Lengtia Caste* llana; y puedo asegurar sin amor propio que en esta parte lleva mi edición mucha venuja á las anteriores « como puede conven>» cerse el curioso que teniéndolas todas se quiera tomar el molesto trabajo de cotejarlas. - También me he tomado la ü' cencía de suavizar algunas vo* ees poco conformesá nuestra pro- sodia actual , y por aonsiguíeo^ te muy ásperas y desagradables i nuestros oídos ; pero esto ha XIV 3Ído con mucho tiento y €cono- vmia y haciéadome cargo que ei mayor mérito de uoa pintura es representarnos el original coa aquel mismo trage que entonces se usaba, por ridiculo ^ extrava- gante y desaliñado que se figure á nuestros ojos. Esta considera- ción ni por un momento debe perderse de vista en la historial, pues es preciso sea verdadera eo un todo , b^sta en darnos á c^ nocer perfectamente el lenguage propio de los tiempos en que es- cribiael historiador». Ta que he insinuado de paso -ti mérito de la obra y su escasee, y dado una sucinta idea de ella y de esta edición , no me parece será fuera del caso decir algo de $]x autor y porque aunque casi 4odas las noticias , que no haré -mas que apuntar , se hallan en su historia , ó en ei prólogo que .el Se&or Cárdenas colocó al fren- te de la Florida del Inca , estas tao exparcidat, que para reuair- las baxo ua punto de vuta et preciso sacar eagorrosas apua- taciones , y ea raro el lector qu« quiera á cada instaate cortar el hilo de una aarracioa que tiene puesta su alma ea una dulce sor- presa para apuntar io que halla. Óaré pues un sucinto extracto. Este hombre grande á todaf luces, digno de perpetua memo- -ria y de mejor fortuna nació el año de IÍ39 en U imperial ciu- dad del Cuzco , ó Cozco como él y todos los Indios de aquel tiem- po le llamaron. Si con razón se reputa por uno de los mayores bienes que puede traer el hom- bre en su nacimiento deber su existencia á padres esclarecidos, puede gloriarse nuestro autor de esta ventaja , pues el suyo, Gar- cilaso de Id Vega , natural de Badajoz , varón de gran pruden- cia , esforzado soldado y uno de los conquistadores del Perú , fue XVI nieto del famoso Gómez Suarez de Figueroa , primer Conde de Feria , segundo nieto del escla* tecidol&igo López de Mondoza; tronco de la casa de ios 'Duques del Infantado^ y descendiente del ínclito Gatcia Pérez de Vargas, el mismo que ganó i los Árabes la Ciudad de Sevilla. Su madre fue Doña Isabel Coya , hija de Hualipa Tapac , lieroiana dé Huáscar Inca , ultimo soberano de aquel imperio , á quien des- pojó de él y juntamente de la vi- da su alevoso hermano el usur* pador Atahuallpa, todos «tres hi- -jos de Huayna Capac, gran guer- ' rero y hombre de mucho talento^ á pesar de haber cometido el error de dividir el reyno entre sus dos hijos , que fue la princi- pal causa de su ruina. ' Hijo de tan ilustres padres^ y fírmeimente persuadido de que la virtud heredada sirve de muy poco guando no se halla acriso^ ]ad¿ con la adquirida , se empe- fió en imitar las de sus mayores, •purificadas ya coa la sublime moral evangélica y y desde su mas . tierna infancia la carrer^i militar fixó su esforzado cora- xoQ. El lasientable descuido át aquellos tiempos nos oculta las expediciones militares de este joven. Sabemos que á los veinte a&os de edad , y veinte y ocho después de la conquista de aque* lia tierra vino á España aban- donando todos sus intereses para justificar la conducta de su pa- dre , infamada injustamente por sus émulos : sabemos que muy luego la piedad de Felipe II. le concedió una compañía , en la que sirvió con mucha distinción durante su glorioso reynado , y también en el de su succesor Fe- lipe III. : y sabemos finalmente que en la misma g'lase de Capi* tan se bailó comandando su com- pania en la reveÜon del reyno 1 XVIII de Granada y ea otras acciones brillantes que i cada pato se ofrecían en un tiempo en que no cesaba la trompeta de llamar al combate. Pero no se piense que arras« trado el joven Garcilaso del bri<- Uante resplandor del escudo de Marte mirase con desprecio el humilde vestido de Minerva (per- mítaseme dar i la buena Diosa el que me acomode sin respetar la fábula ). Aunque las ciencias en aquel tiempo mereciesen po* co aprecio en el Perú y pues aun resonaba el ruido de las armas homicidas , con todo desde las primeras letras manifestó un ar- diente deseo de aventajarse á sus condiscípulos > y la ansia coa que devoraba el libro que pedia haber á las manos., era un feliz anuncio de lo que con el tiempo llegarla i ser este ilustre mesti* zo. Vino á España , como se ha dicho, á los veinte años de edad| I 7 su inclinación á la lectura era preciso fuese en aumento. Su pri- mer estudio lo consagró i la per- fección de la Lengua Castellana por principios , pues la quechua ó de los Incas ^ dividida en mu- chos dialectos , aunque procuró cuidadosamente no echarla al ol« vidó , como lo acredita en mu* chos pasages de su obra ^ decía-» rando la verdadera y genuina significación de algunas pala- bras indianas dudosas ó equivo- cas , con todo le podía ya servir de poco» No se contentó con sa- ber perfectamente la lengua de su patria j la italiana , por su dulzura y por ser entonces la do- minante en Europa fue la que mereció su preferencia. De elU traduxo al castellano los Diálo- gos de filosofía entre Philon y Sofia f obra escrita por Philon hebreo , cuya traducion dedicó á la magestad de Felipe II, quien la apreció de tal modo , que al tiempo de entregársela i su guar« da-joyas le encargó la conser* ▼ase con cuidado , y que no se le olvidase recordársela luego que llegase al Escorial. Dueño de ambos idiomas , se entregó todo con la mayor cons- tancia á la historia de su pais, y después de haber leido con una critica fmparcial y superior á la de aquel siglo todo lo que tenia relación con el descubrimiento 7 conquista de las Indias occi* dentales , tomó á su cargo la empresa de darnos la Historia de la Florida , la que fue im- presa por primera vtz en Lisboa el año de 1609. Su asunto lo desempeñó con tal primor que, según testimonio del Señor Cár- denas , ninguna cosa ha dexado que desear en materia tan esca- brosa á otras plumas mas deli- cadas. La historia de su imperio era la que por ultimo deseaba trinsmítírnos; y aunque este eni* peno amedrentaría por muchas razones á qualquiera otro que ao fuese Grarcilaso , después de haber tomado quantos informes le sugerió su insaciable sed de saber , después de haber leido coa reflexión y una critica irn* parcial^ i Zarate ^ Herrera , Cie^ xa , Gomara , Ercilla, los Padres Salera y Acosta , y á quantos se ocuparon en referir los hechos de los castellanos en aquella parte del nuevo mundo, con no peque- fias equivocaciones , se resolvió^ á poner en execucion su preme»^ ditado pensamiento , consagran- do i su feliz éxito la mayor par- te de su vida^ sin perdonar fatiga alguna para que la verdad fue- se el sencillo aunque principal adorno de cada linea. £n quanto á su contenido y mérito ya se ha- dado una sucinta idea» solo resta añadir que esu obra fue impre- sa igualmente en Lisboa la pri« 11 mera vez el a&o de i6tj^ esto es , uno después de la muerte de Garcilaso: que en ella se nos daa las vidas y hechos memorables drdiez y siete Incas con inclu* sion de Sayri Tupac , quienes se succedieron por el espacio de ca» si 600 años, bien que algunos de los últimos solo conservaron una sombra de soberanía , y aun és- ta precaria : que el autor dá al imperio del Perú 1 300 leguas de largo , cuya extensión no es la misma en el día « como se puede ver en todas las geografías mo- dernas que tratan del continente de la América: y que lo que úni- camente echamos menos en ella es k cronología de los reynados y de los sucesos memorables. Cargado finalmente de virtu- des, de afios y de méritos litera- rios y militares , murió este res- petabie escritor á los setenta y siete de su edad en Córdoba , en donde babia fixado su residencia zzrri casi desde su venida á España. Su cuerpo fue sepultado en la Santa Iglesia Catedral de aque- lla ciudad en la Capilla llamada de Garcilaso , y en su sepulcro se colocaron dos lápidas negras con el siguiente epitafio : epita- fio que breve y completamente comprueba quanto queda dicho. 9) El Inca Garcilaso de la Ve- 99 ga j varón insigne , digno de 99 perpetua memoria, ilustre en 99 sangre, perito en letras, vallen- 99 te en armas , hijo de Garcilaso 99 de la Vega, de las casas de los 99 Duques de Feria é Infantado, 99 y de Elisabeth Palla , hermana 99 de Huayna Capac , último em- 99perador de Indias , comentó la 99 Florida , traduxo á León He- 99 breo y compuso los Comentarios 9) Reales. Vivió en Córdoba coa 9) mucha religión. Murió exem- 9) piar. Dotó esta Capilla» Enter- 99 rose en ella. Vinculó sus bie- 99nes al sufragio de las animas del XXIV ^Purgatorio. Soa Patronos per* 99petuo3 los Señores Dean y .Ca- 99bildo de esta Santa Iglesia. 99 Falleció i xxii de Abril de )9M.DC.XY1.'' • » EL AUTOR AL LECTOR. A, unque ha habido Españoles curiosos que han escrito las rep4^ hücas del Nuevo Mundo , como la de México , ¡a del Perú^ y las de etros reynos de aquella gentili"* dad^ no ha sido con la relación entera que de ellos se pudiera dan que ¡o he notado particularmente en las cosas que del Perú he visto escritas , de las quales , como natu^ ral de la ciudad del Cozco^ que fue otra Roma en aquel Imperio , /en- go mas larga y clara noticia que la que hasta ahora los escritores han dado. í^erdad es que tocan muchat cosas de las muy grandes que aque-» lia república tuvo ; pero escriben-* las tan cortamente , que aun lat muy notorias para mí ^ de la mane^^ ra que las dicen las entiendo mah Por lo qual , forzado del amor na^ tur al de la patria me ofrecí altra^ tajo de escribir estos Comentarios^ éonde clara y distintamente se ve^^ ÍXTl rán ¡as cosas que en aquella repii" llica hahia antes de los Españoles^ así en los ritos de su vana religión^ como en el gobierno que en paz y en guerra sus reyes tuvieron^ y to-* 4o lo demás que de aquellos hidios se puede decir , dende lo mas infi-^ mo del exercicio de los vasallos bas-- ta lo mas alto de la corona real. Escribimos so amenté del Imperio de los Incas , sin entrar en otras monarquías^ porque no tengo la no- ticia de ellas que de esta. En el discurso de la historia protestamos Ja verdad de ella , y que no diré'» fnos cosa grande que no sea autori" zandola con los mismos historiado^ tes Españoles que la tocaron en parte ó en todo : que mi intención no es contradecirles , sino servir^ les de comento y glosa ^ y de inter^ prete en muchos vocablos Indios que como estrangeros en aquella lengum interpretaron fuera de la propie^ .dad de ella , según que largamen^ te se verá en el discurso de la bis* Soria ^ la qual ojrezco á la piedad del que la leyere. ADVERTENaAS ACERCA CB LA LBNCUA OimBAb DB lAS INDIOS DEL VKB.V. JTara que te entienda mejor lo que con el favor diviao habíeretnos de escribir en etia híttoria , poi- que en ella hemos de decir mu- chos nombres de la lengua general de 101 Indios del Perú, «era bien dar algunas advertencias acerca de «lia. La primera sea qne tiene (res rnaaeras diversas para pronuociac algunas siJabas, may diferentes ds como las pronuncia la lengua £>• paGola , en las qualet proounci»- Ciones consisten las diferentes ilg* nificaciones de un mismo vocablo; que unas silabas se pronunciin «a los labios, otrss en el paladar, otrtf en lo interior de la garganta , co- mo adelante daremos loa *%tmplo» donde se ofrecieren. Para acentuar las dicciones se advierta qae tie- nta sus acentos casi tíempre ea la silaba penúltima, poca* vece* en b antepeolíUiína , y nunca jtuits ZXVIII en la última ^ esto es , no contra- diciendo á los que dicen que las dicciones bárbaras se han de acen* tuar en ]a última ^ que lo dicen por no saber el lenguage. También es de advertir que en aquella lengua general del Cozco , de quien es mi intención hablar , y no de las par- ticulares de cada provincia , que son innumerables , faltan las letras siguientes b. d. f. g. j. jota , 1 sen- cilla no la hay, sino 11. duplicadas, y al contrario , no hay pronuncia- clon de rr. duplicada en principio de parte ni enmedio de la dicción, , sino que siempre se ha de pronun- ciar sencilla. Tampoco hay x. , de manera que del todo faltan seis le« tras del a , b , c , Eápafiol ó Caste- llano : y podremos decir que faltaa ocho con la 1 sencilla y con la rr duplicada : losEspafioles afiaden es- tas letras en perjuicio y corrupción del lenguage, y como los Indios no las tienen , comunmente pronun- cian mal las dicciones Españolas que las tienen. Para atajar esta cor- rupción me sea licito, pues soy In- dio, que en esta historia yo escri^ XXIX ba como Indio, con las mismas le^ tras que aqaellas tales dicciones se deben escribir: y no se les baga de mal á los qoe las leyeren ver la novedad presente en contra .del mal nso introducido , que antes de* be dar gusto leer aquellos nombres en su propiedad y pureza. Y por- gue me conviene alegar muchas co« sas de las que dicen los historiado* res Españoles para comprobar las ique yo fuere diciendo, y porque las he de sacar á la letra/ con su corrupción , como ellos las escri- ben , quiero advertir , que no pa- rezca que me contradigo escribien- do las letras que he dicho qoe no tiene aquel lenguage , que no lo hago sino por sacar fielmente lo que el Español esoribe. También se de- be advertir que no hay número ptur- xal en este general lenguage , aun- que hay partículas que significaa pluralidad. Sirvense del singular en ambos números. Sí algún nom- bre Indio pusiere yo en plural, se rá por la corrupción Española , ó por el buen adjetivar de las diecio- aies , qu9 sonariaA mal si xzz -sernos las dicciones Indias en sin- gular , y los adjetivos ó relativos castellanos en plural. Otras muchas cosas tiene aquella lengua diferen- tísimas de la castellana y italiana y latina , las quaies notaran los mes* tizos y criollos curiosos pues son de su lenguage , que yo harto ha^ go en sefialarles con el dedo desde l¡ Espafia los principios de su lengua^ '] para que la sustenten en su puré- ^ , za , que cierto es lastima que se pierda o corrompa siendo una len- * ^ gua tan galana , en la qual han \¡ trabajado mucho los padres de la compafiia de Jesús , como las de- mas religiones, para saberla bien i|, hablar : y con su buen exemplo, que j^ es lo que mas importa « han apro- vechado mucho en la doctrina de los Indios. También se advierta que - este nombre vecino se entendía en el Perú por los Espafioles que tenian repartimiento de Indios; y en ese sentido lo pondremos siem- pre que se ofrezca. Asimismo es de advertir que en mis tiempos, que fueron hasta el afio de i0o, ni veinte años después , no hubo c ii y I XZXf €fl mi tíerra moneda Jalirada: es lugar de ella se eotendian los £s- pafioles en el comprar y tender pesando la plata y el oro por mar- cos y oazas^ y como eo fispafia dicen ducados , decían en el Perú pesos ó castellanos : cada peso de plata ó de oro reducido a boena ley valia qnatrocieatos y cincnen* ta maravedís. De manera qoe re- ducidos los pesos á ducados de cas- tilla , cada cinco pesos son se'í§ da* cados. Decimos esto porque no cau- se confusión el contar en esta his- toria por pesos y ducados. De la cantidad del peso de la p:ata al pe- so del oro había mucha diferencia como en España la hay ^ mas el valor todo era uno. Al trocar del oro por plata daban su interés de tanto por ciento. También habia interés al trocar de la plata ensa- yada por la plata que llaman cor- jiente , que era la por ensayar. Este nombre Galpón no es de la lengua general del Perú , debe de ser de las islas de Barlovento: los Españoles lo han introducido en su lenguage , con otros mnclioe XXXII qne se sotarán en la historia. Quie- re decir saU grande. Los reyes In- cas las tuvieron tan grandes que servían de plaza para hacer sus fiestas en ellas quando el tiempo era llovioso y no daba lagar á que se hiciesen en las plaaas 3 y baste esto de advertencias. HISTORIA GENERAL CAPÍTULO PRIMERO. Si hay muchos mundos. Tratase ¿fe - las cinco zonas. JoLabiendo de tratar del Nue- vo Mundo , ó de la mejor y mas priacipal parte suya , que son los reynos.y provincias át\ ImperiQ llamado Pera , de cuyas antigua- llas y origen de sos Reyes pre« tendemos escribir, paresce que fue- •xa justo , conforme á la eomun cos- tumbre de los escritores , tratar «aquí al pxinoipk)^ si el' Mundos yoMo I. " A • a HISTOEIA GENERAL lino solo , ó si hay muchos Mun- dos , si es llano ó redondo , y si también lo es el cielo redondo 6 llano. Si es habitable toda la tier- ra , ó no mas de las zonas templa- das : si hay paso de la una templa- di á la otra : si hay antípodas^ y quales son ; de guales y otras co- sas semejantes los antiguos Filóso- fos muy larga y curiosamente tra- taron , y los modernos no dexan de fAaticar y escribir ^ sigi^iendo ca- da quaT opinión que mas le agrada. Mas porque no es aqueste mi pria- ctpál intento, ni las fuerzas de ua Indio pueden presumir tanto; y también porque la experiencia, des- pués que se descubrió lo que lla- man lluevo Mundo , nos ha desean pL^áo de la mayor parte de es- tas', dudas , pasaremos brevemente f or ellas, por ir á otra parte, á cu- yos-términos finales teme no lie« agac ^ mas ' £onfij|do en la inñnita « ik misericordia ^ digo ^ que á lo pri- mero se podrá afirmar qae no hay mas que un mundo ^ y aunque lia* mamos Mundo Viejo y Munda )<}ueyo 5 es por haberse de$cub¡er-« to éste nuevamente pata noso^ros^ y no porque sean dos siüó todo uno« Y á los qae todavía ímaginareü que hay muchos mundos ^ no hay para qué responderles sino que se es« ten en sus heréticas Imaginaciones, hasta que en el Inferno se desen^ gafíen de ellas. T á los que dudan, si hay alguno que lo dude , si es llano ó redondo , se podrá satisfa-- cer con el testimonio de los que han dado vuelta á todo él , ó á la mayor parte , como los de la nao Victoria y otros que después acá le han rodeado. Y á lo del cielo si también es llano ó redondo , se po* drá responder con las palabras del Real Profeta: Extendens calum^ iicuf peUem^ en las quaies nos qni« A a 4 . HISTORIA GSNISRAL 80 mostrar la forma y hechura de la obra , dando la una por ezemplo de la otra , diciendo : que esten- diste el cielo asi como la piel : es- to es , cubriendo con el cielo esto gran cuerpo de los quatro elemen- tos en redondo , así como cubriste con la piel en redondo el cuerpo del animal , no solamente lo prin- cipal de él, mas también todas sus partes por pequeñas que sean. A los que afirman que de las cinco partes del mundo, que llaman 20^ has , no son habitables mas de las dos templadas , y que la del me- dio por su excesivo calor , y las dos de los cabos por el demasiado frió son inhabitables ; y que de la una zona habitable no se puede pa- sar á la otra habitable , por el ca- lor demasiado que hay en medio: puedo afirmar, demás de lo que to- dos saben, que yo nascí en la tórri- da zona, que es en el Cozco, y me í DEL TKKV. ( crié en ella hasta los veinte aSos, y he estado en la otra zona tem* piada de la otra parte del tro pir- co de capricornu á la parte del sur en los últimos términos de los Char« cas 9 que son los Chichas , y para venir á estotra templada.de la pac- te del norte, donde escribo esto, pasé por la tórrida zona 9 y la atra- vesé toda , y estuve tres dias na- turales debaxo de la linet equino^ cial , donde dicen que pasa perpen«- dicuiarmente, que es en el Cabo de Pasau : por todo lo qual digo , que es habitable la tórrida también co- ino las templadas. De las zonas friaa quisiera poder decir por vista de ojos como de la3 otras tres : re^ mitome á los que saben^de ellas mas que yo. A lo que dicen que por su mucha frialdad soq inahabir tablea , osaré decir con los que tie- oen lo contrario , que tembien son luibitables como las demás , porque 6 HISTORIA GSKBRAL en buena consideración , no es de imaginar, quanto mas de creer, que partes rao grandes del mundo las hiciese Dios inútiles , habiéndolo criado todo para que lo habitaseá los hombres; y que se engafian los antiguos en lo que dicen de la^ dos zonas frias , también como se cngafiaron en lo que dlxeron de la tórrida , que era inhabitable por su mucho calor. Antes se debe creer , que el Sefior , como padre sabio y poderoso , y la naturaleza, como madre universal y piadosa, hubiesen remediado los inconve- nientes de la frialdad con templan*^ za de calor , como remediaron eí demasiado calor de la tórrida zond con tantas nieves,, fuentes, rios y lagos como en el Perú se hallan, que la hacen templada de tanta ya« tiedad de temples ; unas que decli-* nan á calor y á mas calor , hasta llega, á regiones tan baxas , y -pof'^ BEL PSRt}. 7 ende tan calientes , que por su ma* cho calor son casi inhabitables, co* sao dixeron los antigaos de ellai Otras regiones que decHnan á frió y mas frió , basta subir á partes tan mitas, que también llegan á ser in- habitables por la macha frialdad de ]a nieve perpetua que sobre si tie« cen , en contra de lo qué de esti tórrida tona los Filósofos dixeroo^ que no imaginaron jamas que ea ella pudiese haber nieve , habiéii* dola perpetua debaxo de la misma linea equinocial sin menguar jamas tn mucho ni poco ^ i lo menos en la cordillera grande , sino es tú las faldas ó puertos de ella. Y es dé saber que en la tórrida zona eü lo que de ella alcanza el Perú , no consiste el calor ni el frío en dis- tancia de regiones, ni en estar mas lejos ni mas cerca de la equinocial sino en estar mas alto ó mas bzx(S en una misma reglón ) y en muy t BISTORIA GBNBRAK f oca distancia de tierra, como ade^ laote se dirá mas largo. Digo, pues, ^ue á estasemejasza se puede creer ^ue también las xooas frias estén templadas , y sean habitables como lo tienen muchos graves autores^ aunque no por vista y experiencia^ pero basta haberlo dado á entender asi el mismo Dios quando crió al hombre y le dixo : creced y mul- tiplicad, hlnchid la tierra y sojuz- gedla : por donde se véque es ha- bitable ^ porque sino lo fuera, ni se pedia sojuzgar ni llenar de ha- bitaciones. Yo espero en su Omni-i potencia que á su tiempo descu* brirá estos secretos, como descu«> brio el Nuevo Mundo , para mayor confusión y afrenta de los atrevi- dos , que con sus filosofías natu- rales y entendimientos humanos quieren tasar la potencia y sabidu* ría de Dios , que no pueda hacer sus obras mas de como ellos las ima- r ,^nan , habiendo tanta disparidad del un saber al otro, quanta hay de lo finito k lo infinito. CAPÍTULO IL Si hay antípodas, J\, lo que se dice si hay antipo-* das ó J10 , se podrá decir que sieo» do el mundo redondo, como es no- torio , cierto es que los hay. Em- pero tengo para mi que por no estar este mundo inferior descK- bierto del todo , no se puede saber de cierto quales provincias seaa antipodas de quales , como algunos lo afirman ^ lo qual se podrá certi- ficar mas ayna , respecto del cielo que flo de ia tierra , como los pa- los el uno del otro, y el oriente del poniente , donde quiera que ío es por la equinocial. Por donde ha^ yan pasado aquellas gentes tantas y de tan diversas lenguas y costum- bres como las que en el Nuevo 10 HISTORIA GSNBRA£ Mundo se haa hallado, tampoco se sabe de cierto^ por que si dicen por la mar en navios , nascen inconve- nientes acerca de los animales que allá se hallan , sobre decir cómo ó para qué los embarcaron , siendo 'algunos de ellos antes dafiosos que provechosos. Pues decir que pu- dieron ir por tierra , también nas- cen otros inconvenientes mayores^ como es decir , que si llevaron los animales que allá tenían domésti^ eos \ por qué no llevaron de los que acá quedaron que se han lle- vado después ? y si fue por no po- der llevar tantos ¿cómo no que- daron acá de los que llevaron ) y lo mismo se puede decir de las dieses , legumbres y frutas tan diferentes de las de acá , que con razón le llamaron Nuevo Mundo: porque lo es en toda cosa , así en los animales mansos y bravos , co- mo en las comidas , como en loi DEL P-Enú. 'ix liombres , que generalmente soa lampifios sin barbas ; y porque eú cosas tan inciertas es perdido el trabajo que se gasta en Quererlas sab^r, las dexaré: porque tengo me- nos suficiencia que otro para inqol** •tí rías : solamente trataré iiel origeo de Jos Reyes Incas y de la soce^ sion de ellos , sus conquistas , !€•>> ^es y gobierno en paz y ea guérf Ta ^ y antes que tratemos de ellos^ será bien digamos como se descu* brió este Nuevo Mundo , y luego trataremos del Perú en particulati CAPÍTULO III. Cómo se d^sbébrió el Nuevo Mundo^ V/erca del afío de mil quatrocien*- tos ochenta y quatro , uno mas ó menos, un piloto natural de la vi- lla de Huelva , en el condado dé Niebla , llamado Alonso Sánchez £e Huelva , tenia un navio peque* A4 I a VÍStOtiíA GEKEHAS ISo con el qual contrataba por la snar , y llevaba de España á las Can narias algunas mercaderías que allí se le vendían bien ; y de las-Casa^ rías cargaba de los frutos de aque- llas islas , y las llevaba íl la isla de la- Madera, y de alli s^e volvía á España cargado de azúcar y con« servas. Andando en esta su trian- gular contratación , atravesando de las Canarias ¿ la isla de la Made- ra , le dio un temporal tan recio y tempestuoso , que no pudieodo re- sistirle se dexó llevar de la tormen- ta , y corrió veinte y ocho ó vein- te y nueve dias sin saber por don- de ni á donde ^ porque en todo es- te tiempo no pudo tomar el altura por el sol ni por norte. Padescieroa los del navio grandísimo trabajo en la tormenta , porque ni les dexaba comer ni dormir : al cabo de este largo tiempo se aplacó el viento^ 7 se hallaron cerca 4e una isla^ no BS£ 9SRÚ. I¿ se sabe de cierto qual fue, mas de ^ue se sospecha que fue la que aho- ra llaman Santo Domingo; y es de mucha consideración , que el vien- to que con tanta violencia y tor« menta llevó aquel navio , no pudo ser otro sino el solano, que llaman Jeste , porque Ja isla de Santo Do* mingo está al poniente de las Ca- narias ; el qual viento en aquel vi»- ge antes aplaca las tormentas que Jas levanta. Mas el Se£or todo po- deroso, quando quiere hacer mise- ricordias, saca las mas misteriosas y necesarias de causas contrarias , co- mo sacó el agua del pedernal , y la vista del ciego del lodo que le pu* so en los ojos , para que notoria?- mente se muestren ser obras de la miseración y bondad Divina , que también usó de esta su piedad pa- ra enviar su Evangelio y luz ver- dadera á todo el Nuevo Mundo, que tanta necesidad tenia de ellaj •14 HISTORIA GBVEllAL pues viv^iao, ó por mejor decir, pe** rescian en las tinieblas de la genti-* lidad é idolatría tan bárbara y bes- tial, conao en el discurso de la his« 'toria veremos. El piloto saltó en 'tierra , tomó el altura , y escribió ^por menudo todo lo que vio y lo que le sucedió por la mar á ida y á Vuelta 'j y habiendo tomado agua y lefia , se volvió á tiento sin saber «l.viage tampoco á la venida como i la ida; por lo qual gastó mas tiempo del que le convenia , y pot la dilación del camino les faltó el agua y el bastimento; de cuya cau- «a , y por el mucho trabajo que á ida y venida hablan padescido, em- pezaron á enfermar y morir de tal manera , que de diez y siete hom-* bres que salieron de España no lle- garon á la Tercera mas de cinco, y entre ellos el piloto Alonso San* chez de Huelva. Fueron á parar á casa del famoso Christobal Colon, ginoYés , porque supieron que ent gran piloto y cosmógrafo » y que hacia cartas de marear. £1 qual los «recibió con mucho amor , y les hi*- 20 todo regalo por saber cosas acae» cidas en tan estraño y largo nau- fragio y como el que decían liúbét padescido. Y como llegaron tan de^ caecidos del trabajo pasado , por tnncho qtie Chrístobal Colon les re^ "galo , na pudieron volver en si , y inurieron todos en sa casa , dezán«- 'dolé en herencia los trabajos que les causaron la muerte : los quales aceptó el gran Colon con tanto áni- mo y esfuerzo , que habiendo su«- *frÍdo otros tan grandes y aun ma* yores,' pues duraron mas tiempo, sa*- lió con Ja empresa de dar el Nuevo Mundo y sus riquezas á Espafia, como lo puso por blasón en sus ar- mas , diciendo : á Castilla y á León, Nuevo Mundo dio Colon, Quien quisiere ver hs grandes hazañas 1 4 HISTORIA GBKSRAr de este varón , lea la Historia Ge^ ceral de las Indias que Francisco López, de Gomara escribió , que allí las hallará aunque abreviadas^ pero lo que mas loa y engrandesce Á este fanooso sobre los famosos, ee Ja misma obra de esta conquista y descubrimiento. Yo quise afiadir es*- to poco que faltó de la relación de aquel antiguo historiador , que CO" mo escribió lejos de donde acaecie" ron estas cosas , y la relación se la daban yentes y vinientes , le di- xeron muchas cosas de las que pa- saron , pero imperfectas , y yo las Oi en mi tierra á mi padre y á sus comtemporáneos , que en aquellos tiempos la mayor y mas ordinaria conversación que tenían , era repe* tir las cosas mas hazañosas y nota- bles que en sus conquistas hablan acaescido: donde contaban la que hemos dicho , y otras que adelan- te diremos , que como alcanza-* ~^ DEL PERtJ. vjy jron á muchos de los primeros des- cubridores y coaquistadores del Muevo Mundo , hubieron de ellos la entera relación de semejantes cosas 9 y yo , como digo , las oi 4 ^ mis mayores aunque , como mu- chacho , con poca atención , que si entonces la tuviera , pudiera aho« ra escribir otras muchas cosas de grande admiración , necesarias en esta historia : diré las que hubie- re guardado la memoria con doloc de Jas que ha perdido. Él M. R« P. Josef de Acosta toca tambiea esta historia del descubrimiento del Nuevo Mundo > con pena d^ ao poderla dar entera ^ que tam- bién faltó á su paternidad parte de ia relación en este paso, como en otros mas noodernos , porque se habían acabado ya los conquista- dores antiguos , quando pasó á aquellas partes , sobre lo qual di- ce estas palabras, libro primero» l8 HISTORIA GENERAL capítulo diez y nueve : ijHabicndo mostrado que no lleva camino pen- sar que los primeros moradores de indias hayan venido á ellas con na- vegación hecha para este fin , bien ^e sigue, que si vinieron por mar, haya sido acaso y por fucrxa de tormentas el haber llegado á In- dias^ lo qual por inmenso que sea 'el mar océano no es cosa increíble* Porque pues asi sucedió en el des- cubrimiento de nuestros tiempos, quando aquel marinero, cuyo nom- Ibre aun no sabemos , para que ne* gocio tan grande no se atribuya á otro autor sino á Dios, habiendo *por un terrible é importuno témpo- ra], reconoscido el Nuevo Mundo; jdexó por paga del buen hospedage á Christobal Colon la noticia de cosa tan grande. Asi pudo ser, &c. . Hasta aquí es del P. M. Acosta, sa- chado á la letra , donde muestra haber hallado ea el Perú parte de DEL FBRÚ. 19 nuestra relación , y aunque no to- da , pero lo mas esencial de* ella. Este fue el prinier principio y ori- gen del descubrimiento del Nue« vo Mando , de la qual grandeza pedia loarse la pequefia villa de Huelga que tal hijo crió , de cu« ya relación , certifcado Christobal Colon , insistió tanto en su de- manda^ prometiendo cosas nunca vistas ni oídas , guardando como hombre prudente el secreto de ellas , aunque debaxo de confian- za dio cuenta á illgunas personas tie' mucha autoridad , acerca dé los Reyes Católicos que le ayu- Üaron á salir con su emj)resa , que Sfoo fuera por esta noticia que Alonso Sánchez de Hueíva le dio,' no pudiera de sola su imaginación de cosmografia prometer tanto y faa certificado como prometió, n! salir taií presto con la empresa del descubrimiento 3' pues- según aquel^ di HISTOAIA GSNUAl ^e estos, subió mas ^ue los otto$^ j pasó la línea equinocial á la par- te del sur « y cerca de ella ^ nave-* gando costa á costa, conao se nave» gaba entonces por aquel viage, vio un Indio que á la boca de uo rio, de muchos que por toda aquella tierra entran en la mar, estaba pes* ado ; imaginando qué pudiese set aquello que en la mar veía delance de si; y tanto se embebeció y ena<* geno en este pensamiento, que pri<* mero lo tuvieron abrazado los que le iban á prender que él los sin*. tiese llegar ; y asi lo llevaron al lia vio con mucha £esu y regocijo de todos elJos. Los Espafíoles, ha< biéndole acariciado porque perdie* se el miedo que de verlos con bar^* bas y en diferente trage que el sayo habia cobrado , le pregunta* ron por señas y por palabras qué tierra era aquella 5 y cómo se lia* naba. £i Indio , por los ademanes y meneos que con manos y rostro ie hacían como á un mudo^ en^ teisdia que le preguntaban , mas ñq entendía lo que le preguntaban $ y^ i. lo que entendió que era el pre* juntarle , respondió apriesa an« tes que le hiciesen algún mal y nombró su propio nombre diciendo ft4 HISTORIA 6BNBRAS Berú , y añadió otro y dixo Pel& Quiso decir , si me preguntáis co» mo me llamo , yo me digo Ber6$ y si me preguntáis donde estaba, digo que estaba en el rio : porque es de saber que el nombre Pelú ea ^ el lengaage de aquella provincia es nombre apelativo , y significa rio en común, como luego veremos eo un autor grave. A otra semejan-- te pregunta respondió el Indloí da nuestra historia de la Florida con el nombre de su amo, diciendo bre- zos y bredos,lib. 6, cap. zg. don^* de yo había puesto este paso á pro* pósito del otro, de allí lo quité por ponerlo ahora en su lugar. Lof chrlstianos entendieron conforme á su deseo, imaginando que el Indio les había entendido y respondido á propósito , como si él y ellos hu* hieran hablado en castellano, y des- de aquel tiempo , que fue el afio de mil quinientos quince ó diez y mIs , llamaron Perú aquel riqoi'* simo y grande Imperio , conom* piendo ambos nombres , como oor« rompen los Españoles casi codot los vocablos que coman del leogosi- ge de los Indios de aquella tierra; porque si tomaron ei nombre del Indio Berá , crocaron Ja B. por la P. , y si el nombre Pelé ^ qoe síg* aifica rio , trocaron la L. por la Si, y de la ana masera é de la otra dizeron Perú. Otros qoe pres«* men de mas repulidos , y seo las mas modernos , corrompen dos le- tras y en sos historias dicen Pirú. JjOS historiadores mas aotigoos, co- mo son Pedro de Cie»i de León , el Contador Agostin de Zarate , Pr^m" jedK:o Lope» de GomaOf i>í^»Fer* mndes ) natoral de Palencía ^ j aún el M. R. P. Fr. Gerónimo BOi^ man , ooa ser de los mo4ersoe« codos le UaanD PerÉ y no Vké ; y ,como aqeel parage donde eece sv^ TOMO I. X %6 AISTÓ&IA GBXrSRAX. cedió acercase á ser término de la tierra que los reyes locas tenian por aqaella parte conquistada y su- jeta á su Imperio, llamaron des* pues Perú á todo lo que hay des- de alli , que es el parage de Qui- tu , hasta los Charcas , que fue lo mas principal que ellos sefiorearoo, y son mas de setecientas leguas de largo , aunque so Imperio pasaba hasta Chile, ^ue son otras quinien- tas leguas mas adelante , y es otro muy rico y fértilísimo reyno. ' CAPÍTULO V. Autoridades en confirmación del nombre Perú. Jiiste es el principio y origen del sombre Perú , tan famoso en el mundo, y con racen famoso, pues á todo él ha llenado de oro y plata^ de perlas y piedras preciosas; y por haber sido asi impuesto acaso^ i toe Indios naturales del Perú , aun* ^e ha sesenta y dos años que se conquistó , no toman este nombre en la boca, como nombre nunca |K>r ellos impuesto; y aunque por la comunicación de los Españoles ea« tienden ya lo que quiere decir, eUos no usan de él , porque en su leoguage no tuvieron nombre ge«- sérico para nombrar en junto lor reynos y provincias que sus re- ,f yes naturales señorearon , como decir £spaña, Italia ó Francia, que contiene en si muchas Provincias. Supieron nombrar cada provincia por su proprio nombre , como se verá largamente en el discurso de la historia ; empero nombre pro- prio que significase todo el reyno junto no lo tuvieron; llamábanle Ta- ▼antin sujni 9 qno quiere decir las quatro partes del mundo. £1 nom- bre Berú , como se ha visto , fue nombre proprio de no Indio , y es Bft $8 HISTORIA GBHSRAX. BombrA de tos que usaban entré los Indios Yuncas de' los Uanos y cosca de la mar 9 y no en los de la sierra ni del general lengaage: que como en Espafia.hay nombres y apellidos que ellos mismos di'- cen de qué provincia son , asi los había entre los Indios del Petib Que haya sido nombre impuesto por los Españoles , y que no lo t»* nián ios Indios en su lenguage co- muQ , lo da á entender Pedro át Cieza de León en tres partes., ea el capitulo tercero, hablando de la isla llamada Gorgona dice: aqui es» tuvo el Marques Don Francisco Pi« sarro con trece cbristianos Espa- ñoles cpmpañeros suyos ^ que fue«* ron los descubridores de esta tier-* ra que llamamos Perú , Slc. En el capitulo trece dice : por lo qual se- rá necesario que desde el Quito, que es donde verdaderamente co^ mienza lo que llamamos Per4 &e; BBX. PERÚ. ft9 Capitulo diez y ocho , dice : por las relaciones que los Indios de^ Cuzco nos dan , se colige que ha- bla autiguamente gran desorden en todas las provincias de este reyno^ que uosottos llamamos Perú , &c. 3>ecirlo tantas veces por este mis- mo término , llamamos , es dar á entender que los £spa£oles se lo llaman , porque lo dice hablando con ellos , y que los Indios no te- nían tal dicción en su general len- gUBge , de lo qual , yo como Indio Inca , doy fe de ello. Lo mismo , y mucho mas dice el P. M. Acosta en el libro primero de la historia natural de Indias , capitulo trece, donde , hablando en el mismo pror pósito, dice: ha sido costumbre muy ordinaria en es^tos descubrimientos 4el Nuevo Mundo , poner nombres ¿ las tierras y puertos 4e la ocasión que se les ofrecía , y asi se ^atien- de haber pasado en nombrar ii est^ 30 HISTORIA 6BiniAA¿ xeyoo Pirú. Acá es opinión, que ife «n rio en que á los principios die* ion los Espafioles , llamado por los natnrales Pirú , intitularon toda ea« ta tierra Pirú : y es argumento de esto , que los Indios naturales del Pirú ni usan ni saben tal nombre de su tierra fice. Bastará la auto* Tidad de tal varón para confun^ dir las novedades que después 9eá ee han inventado sobre este nom* bre , que adelante tocaremos algu- nas. Y porque el rio que los Es**- pafioles llaman Perú está en el mismo parage y muy cerca de la equlnocial, osarla afirmar que él hecho de prender al Indio hubie- se sido en él , y que también el tío como la tierra , hubiese parti- cipado del nombre proprlo del In- dio Berú : ó que el nombre Pelú, apelativo , que era común de to- dos los ríos , se le convirtiese en nombre proprio particular , con el v- 1>B£ PBEÚ* 31 ^uai le fiambran despaes acá los Españoles, dándoselo en particalar á él solo, diciendo el rio Perú. Francisco López de Gomasa, en su Historia general de las In- dias , hablando del descubrimiento deTacatan, capitulo cincaenta y dos , pone dos deduciones de nom- bres muy semejantes á la que he- mos dicho del Perú , y por serh> tanto las saqué aquí como él lo dice , que es lo que se sigue. Par- tióse , pues , Francisco Hernández de Córdoba , y con tiempo que no 2e dezó ir á otro «abo , ó con vo- luntad que llevaba á descubrir, fue á dar consigo en tierra no sabida ni hollada de los nuestros , do hay anas salinas en una punta que lla- mó de las mugeres, por haber allí torres de piedras con gradas y ca- pillas cubiertas de madera y pa- ja , en que por gentil orden esta- ban puestos muchos ídolos que pa- ja HISTORIA GtWtRAI. redan mageres. Maravilláronse los Espafioies de ver edificio de pie- dra V que hasta entonces no se ha- bla visto , y que Ja gente vistiese tan rica y lucidamenoe : ca /tenían camisetas , y mantas de algodón blancas y de colores : plumages, ceBcilios , bronchas y joyas de oro y plata ^ y las mugeres cubiertas pecho y cabeza. No paró allí sino fuese á otra punta que llamó de Co* toche , donde andaban unos pesca- dores que de miedo ó espanto se retiraron en tierra , y que respon- dían cotoche , cotoche , qiue quie-^ re decir casa , pensando que les preguntaban por el lugar para ir allá. De aquí se le quedó este nom« bre al cabo de aquella tierra. Ua poco mas adelante hallaron ciertos hombres que preguntados cómo se llamaba un gran pueblo allí cerca, dixeron tectetan , tectetan , que vale por no te entiendo. Pens^iroa los Espafioles que se llamaba así^ y corrompiendo el vocablo , llama» ron siempre Yucatán , y nunca se le caerá tal nombradla. Hasta aquí es de Francisco López de Gomara sacado á la letra ^ de manera que en otras muchas partes de las In-^ días ha acaecido lo que en el Pe-* lú , que han dado por nombres á las tierras que descubrían, los pri« meros vocablos que oían á los In<* dios quando les hablaban , y pre- guntaban por los nombres de las ta-^ les tierras , no entendiendo la sig-* fiificacion de los vocablos, sino ima-* ginando que el Indio respooadia á propósito de lo que le preguntaban, como si todos hablaran un mismo lenguage. Y este yerro hubo en otras muchas cosas de aquel Nuevo liando Y y en particular en nuestro Imperio del Perú, como se podrá no* tar en muchos pasos de la historia* BJ 34 HISTORIA GBNBltAL CAPÍTULO VI, Lo que dice un autor acerca del nombre Perú. s in lo que Pedro de Cieza , el P. Joseph de Acosta, y Gomara dicen acerca del nombre Perú , se me ofrece la autoridad de otro insig- ne varón , Religioso de la Compa« fila de Jesús , llamado el P. Blas Valera , que escribía la historia de aquel Imperio en elegantísimo la- tín , y pudiera' escribirla en mu« chas lenguaf^, porque tuvo don de ellas : mas por la desdicha de aque* )la mi tierra , que no mereció que su república quedara escrita de tal mano , se perdieron sus papeles ea la ruina y saco de Cadis , que los Ingleses hicieron afio de mil qiii« nientos noventa y seis ^ y él ma« rió poco después. Yo hube del sa- co las reliquias que de sus papeles quedaron , para mayor dolor y las- tima de los que se perdieron , qae se sacan por los que se hallaron. Quedaron tan destrozados, qae fal- ta lo mas y mejor : bisóme merced de ellos el P. M. Pedro Maldona* do de Saavedra , natural de Sevi« Ha , de la misma Religión , que en este afio de mil seiscientos lee Es- critara en esta ciadad de Córdoba. £1 P. Vaiera , en la denominación del nombre Perú , dice en su ga- lano latín k) que se sigue , que yo como Indio , traduze en mi tosco romance. £1 reyno del Perú , ilns*- tre , famoso y muy grande , áott* de hay mucha cawridad de oro y plata , y otros iBCialCi ricos , de cuya abundancia nasció el xefraa que para decir que un hombre .es rico , dicen posee, el Perú. £sfee nombre fue nuevamente impuesto por los Españoles á aquel Imperio de los Incas , aombie fHiesto acaso »4 ¡6 HISTORIA 6BKBRAL y no proprio , y por tanto de l09 Indios no conocido , antes por ser bárbaro tan aborrecido , que nin- guno de ellos lo quiere usar , sola- mente lo usan los Españoles. La nueva imposición de él no signifi- oa riquezas ni otra cosa grande: y como Ja imposición del voca- blo fue nueva , asi también lo fue la significación de las riqueaas; fK>rque procedieron de la felicidad de los sucesos. Este nombre Pelú "■ entre los Indios bárbaros que ha- 'bitan entre Panamá y Huayaquil, es nombre apelativo que significa •fio. También es nombre proprio de icierta Isla que se liema Pelua , 6 Petu. Pues como los primeros con- i^uistadores Españoles , navegando «ksde Panamá , llegasen á aquellos lugares primero que á otros , les egradó tamo aquel nombre Perú, 6 Pelua , que cojqqo si significara al<^ "^utia cosa grande y señalada , lo ainaroii |ian munbrar coo él quil* quiera otra cosa que hallasen , co- no lo hicieron en llamar Pera á iodo el Imperio de los locas. Mih chos havo que no se agradaron del nombre Perú , y por ende le lla- maron la nueva Castilla. £stos dos nombres impusieron á aquel gran Yeyno , y los usan de ordinario ios escribanos reales y notarios ecle« siásticos) aunque en Europa y eo otros reynos anteponen el nombre Perú al otro. También afirman mu- chos que se deduzo de este nom« l>re Pirva , que es vocablo del Cos« co de los Quechuas , significa oron^ en que encierran los frutos. La sentencia de estos apruebo de muy buena gana , porque en aquel rey** no tienen los Indios grao número ite^ orones para guardar sus cose» ehas^^^r esta causa fue á los E§m palióles fácil usar de aquel nombro ageao y decir tltü , quitándole !• ¡i HISTORIA GBKSRA£ úlcima vocal , y pasando el acen* to á la última silava. Este nom* bre , dos veces apelativo , pusieros los primeros conquistadores por nombre propio al Imperio que cont* quistaron^ é yo usaré de él sin nin- guna diferencia diciendo Perú óPi- jú. La introdudon de este vocablo suevo oo se debe repudiar por decir que lo usurparon ñdsamente y sin acuerdo ) que los Españoles no hallaron otro nombre genérico y propio que imponer á toda aque- lla región, porque antes del rey- sado de los Incas , cada provincia tenia su propio nombre coaio Char» ca , Colla , Cosco , Rlmac ^ Quitu y otras muchas , sin atención ni respeto á las otras regiones : mas despnes que los Incas sojuagaroa todo aquel Reyno á su Imperio, le fueron llamando conforme al or- den de las conquistas 9 y al suje- tarse y rendirse I98 vasallos 9 y al DBL SER¿. 59 cabo se llanuion Tahuaotin oayu, tan es , las quatro partes del Rey- so , ó lacap RuDain, que es vasa- llos del Idgs. Los Eipafioles ad- Tiniendo la variedad y coafusioa de estos nombres, le Uamaroa piu- denie y discretamente Perú , 6 la nueva Castilla , 8tc. Hasta aquí ea- d«i P. filas Valera , el qual tam- bién como el P. Acosta , dice ha- ber sido nombre impuesto por los Espafiol$s , y que no lo tenían los Indios en su lenguage. Declaran- do yo lo que el P. Blas Valere di- ce , digo que es mas veiisimil qfia la imposicioa del nombre PerA atm cíese del nombre propio Berú^ 4 del apelatko Pelú , qu« en el lea* gaage de aquella provincia slgnift- c« rio , que no del DOfflbie Pirgi) que significa oroa , porque coma se ha dicho lo impnsieraa iM áM ViMo Nufiea de Balboa , que b4 •Dtiuoa la tieoí ideotEO pan te- 4^. HrSTORIA CBNl^AK ser noticia del nombre Pirua , y no los conquistadores del Perú, por« que quince afios antes que ellos fueraa á la conquista^ llamaban Pe^ f ú los Españoles qae vivían en Pa* namá á toda aquella tierra que corre desde la equinocial af medio- ^ia ; lo qual también lo certifica francisco López de Gomara en la •historia de las Indias , capUiti^ ciento y diez, donde diee estas pa* labras: Algunos dicen que Balboa tuvo relación de como aquella tier-* fa del Perú tenia oro y esmeraldasi sea asi ó no sea , es cierto que ha« bia en Panamá gran fama delPerú quando Pizarro y Almagro arná^ ron para ic aUá« &c. Hasca aqoi es de Gomara , de donde consta cla« ID que la imposición del nombre Perü fue mucbo antes que la ida de los conquistadores que gana** ron aqael Impelió. CAPÍTULO VIL Ofréfs dedueianes de nombres mtevas. p. orqtté la deducios del sombre Perú so quede sola, digamos de otras semejastes que se hicieros astes y después de ésta , que aus- que las asticipemos , so estará mal que estés dichas para qaasdo lie** guemos á sus lugares , y sea la pri« mera la de puerto Viejo , porque fue cerca de dosde se hizo la del Perú. Para lo qual es de saber que desde Panamá á la ciudad de los Reyes se navegaba con grande traba* jo por las muchas corrientes de la mar , y por el viento sur que cor* sé siempre en aquella costa : por lo qoal los savios en aquel viage eran forzados á salir del puerto eos un bordo de treista 6 quaresu leguas 43 HISTORIA CXlTBllAi; á la mar , y volver con otro á tier- ra ^ y de esta manera iban sabieiw do la costa arriba , navegando siem- pre á hi bolina^ y iacaeda Jimchas veces, quando.el navio no era buen velero de la bolina , caer mas atris de donde habia salido , hasta que Francisco Drac , inglés , entrando por el estrecho de Magallanes, afio de mil quinientos setenta y nueve, enseñó mejor manera de navegar, alargándose con los bordos docien- tas y trecientas legues la mar aden- tro , lo qual antes no oraban hacer los pilotos^ porque sin saber de qué ni de quien , sino de sus ima* ginaciones, estaban persuadidos y temerosos , que apartados de tierra cien leguas , habia en la mar gran* disimas calmas , y por no caer ea ellas no osaban engolfarse mucho adentro: por el qual miedo se hu- biera de perder nuestro navio quan- do yo vine á Espafia, porque con tioa inrisa decayó hasta la isla lla« mada Gorgona, d«ade temimos peit-* cer sin poder salir de aquel mal seoo. Navegando , poes , un navio de la flumera que hemos dicho á lop. prin» ciplos de la conquista del Pero, y liabiendo salido de aqnel puerto é la mar con los bordos seis ó siete Teces ) y volviendo siempre al mis» BBO puerto porque no podía arribar enr su navegación , uno de los que «n él iban , enfadado de que no pa* sasen adelante diaoí yá este puer* to es viejo p»ra nosotros , y de aqui ee llamó Puerto Viejo. Y la punu de santa £lena , que está cerca de aquel puerto , se nombró asi porque la vieron en su dia. Otra imposi* don de nombre pasó macho antes que las que hemos dicho , semejan» te á ellas^ y fue , que el aÍo de mil quinientos , navegando on na« vio, que no se sabe coyo era , si de YafieaPiaon, *^ i^^ 44^ HISTOklA 6BlfBa.Alt de Solis ^ dos capitanes veatotoaoa €o descubrir suevas tierras , yendo el na vieran demanda de nnevas t»» gioftesj^ ^ue -entonoes no entendían los Españoles en otra cosa , y de-* feando hallar tierra firme , porque la que hasta allí habian descubier* to eran todas islas , ^ue hoy Ha* man de Barlovento, un marinero que iba en la g^via , habiendo vi8aen puerto , que por seme* jarse mucho al de Cartagena de £s» pa£a , dixeron los que primero lo vieron , este puerto es tan bueno como el de Cartagena. La isla Ser-« rana, qne está en el viage de Carta- gena á la Habana , se llamó así por un espafiol llamado Pedro Serrano^ cuyo navio se perdió cerca de ella^ y él solo escapó nadando, que ert grandisin^o nadador , y llegó aque- lla isla que es despoblada , inhaU* table, sin agua, ni lefia, donde vivió siete afios con industria y buena mafia qne tuvo , para tener lefia y agua y sacar f negó : es un ca^ I I r I 4fi BtSTORIA I •O IliKOtial de gmut qoMft lo diréiui» te cuyo sombre llam:- aquellaÍKti, y Seif «stá cerca de eü' la una iÍ4i la c ■anco Domingo isla ae Ilao» á ES fundi y ooriu' Gomara, captEuk por «Kiat paiabt.^. fc lo letra : El p 4 cido o santo i Bartolomé C^!. rio Oz^,-.i > porque i;..-,;, la de i-.7':.i 49 ti «tsar. I pdarg pocas f legmuám t-LoqoK Utmta P»- itat cjaciienra I»- r t>=rrs , de>d« el I buti IM Cfaidui, I ptoviocta d« los i y lo qn9 ll*-> , coQüess e*f • cf&cuflnta I«gua>, , coDUaila iaáa I pravincis de los I río BSaalii. ! por iiírmlDV !• jimis pUaila de bna- M , nt ilft ires« lia de nluvesqo* i Mana li»s(» «» , 4110 u, AI pom!ngo , qiie fundó Bartolomé Colon á la ribera det fio Ozama. Púsole aquel nombre porque llegó allí un Domingo ñe9* ta de santo Domingo , y porque su padre se Uanuba Domingo. Asi que concurrieron tres causas para lla^ narlo así, &c. Hasta aquí es de Gomara. Semejantemente son im- puestos todos los mas nombres de puertos famosos , ríos grandes, pr»* ^incias y reynos , que en el Muevo BSZr TZRÚ. 47 Hoadose han descubierto, poniéa« doles el nombre del santo ó san- ta en cuyo día se descubrieron, 6 el del capitán , soldado., pilo- to ó marinero que lo descubrió, como dizimos algo de esto en la histotia de la Florida quando tra- tamos de la descripción de ella , y de los que á ella han ido ; y en el libro sexto después del capítulo quince , á propósito de lo que allí sé cuenta , habla puesto éstas de- duciones de nombres juntamente con la del nombre Perú , temien^ do me faltara la vida antes de lle- gar aquí : mas pues. Dios por su misericordia la ha alargado , me pa» recio quitarías de allí y ponerlas en su lugar. Lo que ahora temo es, no me las haya hurtado algún his- toriador porque aquel libro por mi ocupación fue sin mi á pedir su c»« li£cacion , y sé que anduvo por ma- chas manos ^ y <ía esto me han pre- 4^1 HISTORIA GSlipRAIÍ guntado muchos si sabia la dedhM «ion del nombre Perú 9 y auoqoé be querido guardarla , no me ha si-* do posible negarla á algunos seio* res mios. r -1 CAPÍTULO VIII. i Descripción del Perú. ' T JL^os quatro términos que el impe^ rio de los Incas tenía quando los Españoles eneraron en él , son loa siguientes : al norte llegaba hasta el rio Ancasmayu , que corre eatre los confines de Quitu y Pastu, quie» re decir en la lengua general del Perú , rio azul: estádebazo de la línea equinocial casi> pespendictt«» larmente. Al mediodía tenia por término al rio llamado Mauli , que corre leste hueste , pasado el. rey- no de Chill , antes de llegar á loé Araucos : el qual esti dms de qua^ UBI. noL^. 49 renta grados de la eqoinocial al sor. £ticre estos dos ríos ponen pocas menos de mil trescientas legnas de largo por tierra. Lo qne llaman Pe^ r& tiene setecientas cincuenta le* gaas de largo por tierra , desde el rio Ancosmayu hasta los Chichas^ que es la última provincia de loa Charcas, norte sur^ y lo qae lla*«. man reyno de Chile , contiene cer^ ca de quinientas cincuenta leguas^ tambkn norte snr , contando desde k> último de la provincia de loa Chicas hasta el rio Maulli. ^ Al levante tiene por término aquella nunca jamás pisada de homn hres^. ni de animales, ni, de avef^ snaoeesible cordillera de pieves qu^ corre desde santa Marta, hgsta et estrecho de Magallanes, que loa Indios llatOian Ritisuyu , que es^ vanda de nieve. Al poi^iente con« fina con la mar del sur , que corre por toda su^ costa de largo ¿ largo*, TOMO I» ' c ^ HISTOklA GBNBRAX. Empieza el término del imperio porr la costa desde el cabo de Pasau, por do pasa la linea equkoclal, hasta el diehp rio MauUi) que también entra en la mar del sur. Dte levante al poniente es angos- ta todo aquel reyno..Por lo mas ancho, que es atravesando desde la provincia Muyupampa por los Cha- cfaapuyas hasta la ciudad de Tru->' xillo^ que estáá la costa dé la mar, tiene'ciénto veinte leguti» de an- cho , y por lo mas angosto^ que es desde el puerto de Arica á la pro-^ vincia llamada Llaricosa , tiene se- tetitáí leguas de ancho. Estos son* )£a qúatroí^términos dé lo que se- Borcáíofl '- los- Rtíyes- Incas^ cuya- historia pretendemos escribir ñae- diánt^ el favor Divino, Será bien' anteé que pasemos 'adelante , diga- mos aqiií él' suceso de PeSro Ser-' rano , qóe<- atrás propusimos Vpor-^ qué no esté* lejos dé su lugar ; y también porque este capitulo no sea tan corto. Pedro Serrano salió á nado á aquella Isla desierta quo antes de él no tenia nombre; la qual ^ como él decía , tenia dos le-« gaas en contorno, casi lo mismoi dice la carta de marear , porqae plata tres islas muy pequefias coa ii[iuchos bagios á la redonda , y la nhisma figura le dá á la que llamaír Serranilla , que son cinco istetas pequefias con muchos mas bagios que la Serrana; y en todo aquel parage los hay , por lo qual huyen los navios de ellos , por no caer eit peligro. A Pedro Serrano le cupo en suerte perderse en eilos y llegar nadando á la isla , donde se hall6 desconsoladísimo porque no hallé en ella agua ni lefia , ni aun yer« ba que poder pacer , ni otra cosa alguna con que entretener la vida mientras pagase algún navio que de c a jS HISTORIA CBNSRAI allí lo sacase , para que no perecie- se de hambre y de sed , que le pa* recia muerte mas cruel que haber muerto ahogado, porque es ma» breve. Así pasó la primera noche llorando «u desventura , tan afligi- do como se puede imaginar que es- taría un hombre puesto en tal es- tremo. Luego que amaneció volvió i pasear la isla, halló algún ma- risco que salia de la mar, como son cangrejos , camarones y otra* savandijas , de las quales cogió las que pudo , y se las comió crudas, porque no habia candela donde asarlas ó cocerlas. Así se entretu- vo hasta que vio salir tortugas, viéndolas lejos de la mar arreme- tió con una de ellas y la volvió de espaldas ^ lo mismo hizo de to- das las que pudo , que para volver- se á enderezar son torpes ^ y sa- cando un cuchillo que de ordinario solía traer en la cinta , que fue el medio para escapar de la muerte » la degolló V^ bebió la sangre en lugar de aguado mismo hizo de las demás ^ la carne puso al sol pa- ra comerla hecha tasajos , y para desembarasar las conchas para co- ger agua en ellas de la llovediza^ porque toda amella región , como es notorio, es muy lloviosa. De és- ta manera se sustentó los primeros dias,coa matar todas las tortugas que pedia , y algunas habla . ten gran- des y mayores que las mayores adargas , otras coiíio rodelas , y como broqueles , de manera , que las habia de todos tamafios. Con tas muy grandes 00 «e pedia valer para volverlas, de espaldas, por« que le vencían de fuerzas , y aun- que subia sobre elias^ para cansar- tas y sujetarlas , no le aprovecha- ba nada , porque con él acuestas sd iban á la mar^ de manera que la ezpexiencie le decia á quaies tor-7 $4 HISTORIA CBNERAI. tugas había de acometer , y á qu&^ les se había de rendir» En las coa-'» chas recogió mucha agua , porque alonas había que cabian á dos ar-^ robas, y de allí abaxo. Viéndole Pedro Serrano con bastante recau-f do para comer y beber , le pareció que si pudiese sacax fuego para si- quiera ^ar la comida , y para ha<- cer ahumadas quando viese [pa- sar algún Qavio, que no le falta- rla nada. Oon esta imaginacioa ^omo homl^^e que había andado por la mar» q^e^ cierto los tales .^9 qualquier trabajo hacen mucha v«ii« taja á los demás ^ dio en buscar un par de guijarps que le sirviese ée pedernal ^ porquo del C^ichillp peq- sa}>a hacer eslaboii; para lo.quaJ^ fiO hallándolos en Jaisla^ porque t0'^ da ella estaba cubierta de arena, inuerta , entraba en la mar nadan- do y se zambullía, y en el suelo coa gran diligencia buscaba ya en unas DB£ FBRti. $,; partes , ya en otras lo qae preten- dia 9 y canto porfió eo «u trabajo que halló guijarros , y sacó los que pudo <, y de ellos escogió los mejo;- rés : y quebrando los unos con l^s otros, para ^ue tuviesen esqutntfB donde dar con el cuchillo , tentó sn artificio , y viendo que sacaba fnego , hizo hilas de un pedazo de ia camisa muy desmenuzadas , que -parecían algodón carmenado, qu« le sirvieron de yesca ; y con ^ 'industria y buena mafia, habiéndo- lo pprfiado muchasveces, sacó fue- go. Quando se vló con él se dio por bien andante , y para sustentarlo fecogió lasorrarasqae k4[nar ech^i- ba en tiecra , y por horas las rectin gia donde hallaba mucha yerba que llaman ovas marinas, y madera de navios que por la mar se perdían, conchas y huesos de pescados , y «tras cosas con que alimentaba el fuego. It para que los aguaceros no fó HISTORIA eSHERA£ se lo apagasen hizo una choca de hit mayores conchas que tenia - jron machos que no rifieron ^ y de manera que «paitaron rancho que fiO faltó sino llegar á las manot^ ( porque se vea quán grande es la jniseria dé nuestras pasiones ). La causa de la pendencia fue decir cd uno al otro que no cnidaba . cono conven» de lo qae era meiester^ •y esce enojo y las palabras que con él sedixeroa, los descompusieron y apartaron. Mas ellos mismos c^ -yendo en so díspatace se. pídíér- C4 6o HISTORIA CmUSllAS ' Ton perdón , se hicieroiit amigo^ y volvieron á su compafiia , y eo ella vivieron otros quacro afios. En este tiempo vieron pasar algunos navios, y hacian sus ahumadas^ mas no les aprovechaba, de que ellos quedaban tan desconsolados ique no les ñiltaba sino morir. Ai cabo de este largo tiempo acertó á pasar un navio tan cerca -át ellos que vio la ahumada , y les hecho el batel para recogerlos. Pe- dro Serrano y su compafiero, que se habla puesto de su mismo pela- ge , viendo el batel cerca , porque los marineros que iban por ellos no entendiesen que eran demonios y huyesen de ellos , dieron en de« dr el credo i y llamar el nombre de nuestro Redentora voces^ y va- lióles el aviso, que de otra mane-» xa sin duda huyeran los marineros, porque no tenian figura de hombres -Itum^nos. Asi los llevaron al n^"« ▼10, donde tdmiraron á quantos lo$. Tieron y oyeron sus trabajos pasa-> dos. £1 compafiero murió en la mar viniendo á Espafia. Pedro Serrano llegó acá y pasó á Alemania , don- de el Emperador estaba entonces, llevó su pelage como lo trata para qi|e fuese prueba de su naufragio, y de lo que en él habia pasado. Por todos los pueblos que pasaba á la ida , si quisiera mostrarse ganara muchos dineros. Algunos señores y caballeros principales que gustaron de ver su figura , le dieron ayudas de costa para el camino ^ y la Ma« gestad Imperial, habiéndole visto y óido, le hizo merced de quatro mil pesos de renta, que son quatro mil y ochocientos ducados eñ el Perd; Yendo á goxarlos murió en Panamá, que no llegó á verlos. Todo este cuento , como se ha dicho , conta-* ba un Caballero que se decía Gai^ ci Sanchos de Figueíoa , á quie» yo se lo oi , que conoció i Pedr6» SerraiK) , y certificaba qne se lo he* bia oído á él mismo ^ y que des-», pues de haber visco al Emperador se habla quitado el cabello y la bar-, jba , dexandola poco mts corta que baica la ciota. Y para dormir de ^oche se la entreosaba \ poique no entrenzándola , se tendía por tode la cama y le estorvaba el auef o* . CAPÍTULO IX, Jdohtria y diosis que adoraban ai^ tes de ¡os Jnsas. x ara que se entienda mejor la ido* latría , vida y costumbres de ios JEndiOs del ^ru , stxk necesario dividamos üqueiioa siglos en. dos edades : diremos cómo vivían ano- tes de los locas , y luego diremos cómo gobernaron aquellos Reyes, l)aca que no se confunda ló uñó coa lo etfo f oi se. nctibuíyaQ Us cosfi lumbres ,- m los iw$M de lorunor i los otros. Para lo qual es de sa-* ber , que en aqaeHa primera edad y antigua ge^itllid^d 9 unos Indios habla ppco^9iejor^9.qpo bestiadakaa^ s^s , y otros ni«$ilio« pooxes que fie» ras^bcanras ^ y pripeipiaodode 'Se^ dioses , deciiDOS que los tuvieron conforine i las deoias sitnplicida* des y torpezas que usaron , asi ea la;mttc)}edumbre de. ellos ^ como ^ii> la-i^ileaa y baxeaa de las cosas .quQ adoraban ^ porque :es jasl:, quf cada p:|povincia , cada nación v cada pueblo:, cada barrio , cada linage y cada casa tenia dioses /diferentes JU90S de; otros ^ porque Jes pare^{| qn» el '|\k>s ageao ocupado •con-:Otro, na podts( ^odar ^s v sitio .el-siiyo pfopio;ya$l vinieron á tener tan- ta variedad de dioses y tantos, que .fueron ain* número ^ y porque ao üfij^xQí^ como los gentiles Romi^ $4 BISToárA eSMSltAK nos , hacer dkses imagíDádot V CO' fuo la esperanza , la victoria , la pac y otros semejantes , porque no levantatOQ los pensamientos á cosas invisibles , adoraban lo qne velan, unos á dii^renóa de otros^ sin con* sidefadon de las cesas que adora- ban , si merecían ser adorados^, ai re^to'de si propios para no ado« rar cosas inferiores á ellos : solo atendían i diferenciarse estos de aquellos, y cada uno de todos; y asi adoraban 3^rbas , plmtas ^ño^ fes , áiuboles de todas suertes j cer-» tos altos , grandes pefias , y los resquicios de ellas, cuevas hondas, guijarros y piedrec^as , lasque en los ríos y arroyos hallaban^ de di-^ vetsas üolores, como' el jaspe. Ado^ Taban la piedra esmeralda, particu^ 'larmente en una provicia qué hoy llaman Puerto Viejo , ño ádorabüli • diamantes ni rubíes porque no loe %»bo ^ aquella tieita; Bn4uf«x de ellos adoraron diversos anima* les , á unos por su fiereza , como al tigre , león y oso ; y por esta cansa teniéndolos por dioses , si acaso los topaban no huian de ellos, sino que se echaban en el suelo á adorarles , y se dexaban matar y comer sin hair ni hacer defensa al* gana. También adoraban á otros ani- males por su astucia , como á la zorra y k las monas. Adoraban. §1 perro por $u lealtad y nobleza , y al gato cerval por sa ligerexa : s^ ave que ellos llaman cuntur por sa grandeza , y á las águilas adorabas ciertas naciones, porque se precian descender de ellas , y también del cuntur. Otras naciones adoraron los « halcones por su ligereza y buena industria de haber por sus manos lo que han de comer : adoraban al buho por la hermosura de sus ojos y cabeza, , y al murciélago por la sutileza de su vista , que les cau*; 66 HISTORIA GEKBRAI. :saba mucha admiración qu^ viese de Doche ; y otras muchas -aves adoraban como se les antojaba. A Hs culebras grandes por su mons^ (truosidad y fiereza , que las hay «n los Antis de veinte y cinco y de treinta pies , mas y menos de lar- -go , y gruesas muchas , mas que el -muslo. También tenian por dioses ^ otras culebras menores donde no las habia tan grandes « como ed loe Antis , á las lagartijas^ sapos y es- tuerisos adoraban. En ño , no habia ttñlmal tan vil ni sucio que no lo tuviesen por dios , solo por dife- renciarse unos de otros en sus dio- ses , sin acatar en ellos deidad al- guna , ni provecho que de ellos pudiesen esperar. Estos fueron sim- plicisimos en toda cosa , á seme- janza de ovejas sin pastor. Mas no hay que admirarnos que gente tan sin letras ni. enseñanza alguna ca* yese en tan grandes simplezas^ pues ixBii rs&tr. 67 es notorio que los Griegos y los Bomanos que taofto presumian do sos ciencias , tuvieron qaando mas florecían en su imperio treinta mii dioses. CAPÍTULO X. Gran variedad de dioses que tuvieron. Vatros muchos Indios hubo de di« versas naciones .en aquella prio^e'^ xa edad que escogieron sus .dioses con alguna mas consideración quQ los pasados ^ porque adoraban algu* ñas CQsas.de las quales recibían al« gun provecho ^ como los que adOf Tgban las fuentes caudalosas y ríos gandes , por decir, que les dabaa agua para regar sus sementeras. Otros adobaban la tierra , y la llamaban madre ^ porque les daba sus frutos } otros al ayre. t P^' ^K tfS HISTORIA GBNB1LA& lespirar , porque decian que ine'« diante él vivian los hombres^ otros al fuego, porque los calentaba y por- que guisaban de comer con él ^ otros adoraban á un carnero , por el mu- cho ganado que en sus tierras se criaba^ otros á la cordillera grande de la Sierra nevada , por su altura y admirable gradeza, y por los mu- chos rios que salen de ella para los riegos. Otros al m^iz ó zara , cor iño ellos le llaman , porque era el ^an común de ellos. Otros á otras mieses y legumbres, según que mas abundantemente se daban en sus provincias. Los de la costa de la mar , de« mas de otra infiniflad de dioses que tuvieron , ó quizá los mismos que hemos dicho , adoraban en comuní á la mar , y le llamaban mamaco- cha , que quiere decir madre mar, dando á entender que con ellos ha- da oficio de madre en sustentarles y con sa pescado. Adorabtii tambiea generalmente á la ballena por su grandeza y monstruosidad. Sin es* ta coman adoración que hacían en toda la costa , adoraban en diver- sas provincias y regiones al pesca- do que en mas abundancia mataban en aquella tal región , porque de« clan que el primer pescado que e»> taba en el mundo alto, que asi Ua^ man al cielo, del qual procedía to« do el demás pescado de aquella er* pede de que se sustentaban, tenia cuidado de enviarles á sus tiempos abundancia de sus hijos para sus- tento de aquella tal nación ^ y por esta rázon en unas provincias ado- raban la 'sardina , porque mata-* ban mas cantidad de ella que de otro pescado , en otras la lisa , en otras al tollo, en otras por su her« mosara al dorado, en otras al cao* grejo y al demás marisco, por la falta de otro mejor peKado 9 pojr« f% HISTORIA GBirBRAXr» mones , y con la saogr» de ellos antes que se enfriase , rociaban el Ídolo que tal sacrificio mandaba lia* cer, y hiego en los mismos pulmó* nes y corazón miraban sus agüeros, para ver si el sacrificio habla sido acepto ó no ^ y que lo hubiese si- do ó no, quemaban en ofrenda para el ídolo el corason y los pulmones liasta coasumlrios, y comían alln« dio sacrificado con grandísimo gus« to y sabor , y no menos fiesta y regocijo aunque fuese su propio hijo. £1 P. Blas Valéra , según que en muchas partes de sus papeles rotos parece , llevaba la misma io» tención que nosotros en muchas co« sas de las que escribía , que era dividir los tiempos , las edades y las provincias para que se ente»* dieran mejor las costumbres queca* da nación tenia ^ y así en uno de sus quadernos destrozados diee lo DBA YBRir. 71 ^«e se sigue y y habla de presente, porque entre aquellas gentes se osa hoy de aquella inhumanidad. Los que viven en los Antis cernen car- ne humana , son mas fieros que ti« gres , no tienen dios , ni ley , ni saben qué cosa es virtud; tampo* , co tienen ídolos ni semejanza de ellos ; adoran al demonio quando se les representa en figura de al- gún animal ó de alguna serpiente, y les habla. Si cautivan alguno en la guer^ra , 6 de qualquiera otra suerte , sabiendo que es hombre pleveyo y bazo , lo hacen quartos, y se los dan á sus amigos y criados para que se los coman ó vendan ea la carnicería : pero si es hombre noble , se juntan los mas principa-* les con sus mugeres é hijos , y co« mo ministros del diablo , le des-*- nudan, y vivo le atan á un palo, y con cuchillos y navajas de peder« nal le cortan á pedazos , no des<* TOMO I. D 74' HÍSTOniA GSNfiRAC Qiembrándole , sino quitándole lá carne de las partes donde hay mas cantidad de ella \ de las pantorri- lias , muslos , asentaderas y mo- lledos de los brazos , y con la san- gre se rocían los yafrones , las mu- geres é hijos , y entre todos comed la carne muy apriesa , sin dexar- la bien cocer ni asar , ni aun mas- car 'y tragansela á bocados , de ma- nera que el pobre paciente se vé vivo comido de otros y enterra* do en sus vientres. Las mugeres, mas crueles que los varones, untan los pezones de sus pechos con la san- gre del desdichado para que sus hi- juelos la mamen y beban en la le- the. Todo esto hacen en lugar de sacrificio con gran regocijo y ale- gría , hasta que el hombre acaba de morir. Entonces acaban de co- mer sus carnes con todo lo de den- tro ; ya no por via de fiesta ni de deleyte como hasta allí > sino por OBt PKRÚ. J^ cosa de grandísima deidad; porque de allí adelante las tienen ea suma veneración) y asi las comen por cosa sagrada. Si al tiempo que atot« mentaban al triste hizo alguna se<* áal de sentimiento con el rostro 2 j6 HISTORIA CENSUAL de hombres tas terribles y crueles sftlió de la región Mexicana, y po- bló la de Panamá , la del Darien^ y todas aquellas grandes montañas que van hasta el nuevo ttyno de Granada , y por la otra parte has- ta Santa Marta, Todo esto es del P. Blas Valera , el qual contando diabluras , y con mayor encarecí* miento, nos ayuda á decir lo que en- tonces había en aquella primera edad y al presente hay. Otros Indios hubo no tan crue- les en sus sacrificios , que aunque «n ellos mezclaban sangre humana, no era con muerte de alguno , sino sacada por sangría de brazos ó píer-? SBS, según la solemnidad del sa-^ crificio) yapara los mas solemnes la sacaban del nacimiento de las ' narices á la junta de las cejas ; y esta sangría fue ordinaria entre ios Indios del Pera, aun después de ios Xácasi asi para sus sacrificios, par- ticalarmente uno , como adelante diremos, como para sus enfermeda- des qnando eran con mucho dolor de cabeza. Otros sacrificios tuvie« ron los Indios todos en común, que los que arriba hemos dicho se usa- ban en unas provincias y naciones, y en otras no ^ mas los que usaros en general fueron de animales, co- mo carneros, ovejas , corderos , co- nejos , perdices y otras aves , se- bo , la yerba que tanto estiman, llamada cunea , el maiz y otras se- nillas y legumbres , madera olo« xosa y cosas semejantes , según las tenian de cosecha , y según que cada nación entendía que seria sa« crificio mas agradable á sus dioses, conforme á la naturaleza de ellos, principalmente si sus dioses eran aves 6 animales carniceros , ó no, que á cada uno de ellos ofrecian lo que les veian comer mas ordinario, y lo que parecía les era mas sa- 78 HISTORIA 6SNBRAI. broso al gusto ^ y esto baste para lo que en materia de sacrificios se puede decir de aquella aatigiia geiH tilldad. CAPÍTULO XII. « Vivienda y gobierno de ¡os anti" guos : cosas que comían. E, in la manera de sus habitaciones y pueblos teaian aquellos gentiles la misma barbariedad que en sus dioses y satrifícios. Los mas politi-r eos tenian sus pueblos poblados sia plaza ni orden de calles , ni de ca- sas , sino como un recogedero d^ bestias. Otros por causa de las guer- ras que unos á otros se hacían , po-> biaban en riscos y pefias altas á manera de fortaleza donde fueseo menos ofendidos de sus enemigos. Otros en chozas derramadas por los ampos , valles y quebradas : cada BEL g^ERÚ* 79 uno como acertaba á tener la co^ modidad de su comida y morada^ Otros vivían en cuevas debaxo de tierra , en resquicios de pefias « e« huecos de árboles \ cada uno com« acertaba á hallar hecha la casa, por# que ellos no fueron para hacerla^ y de éstos hay todavía algunos , co- mo son los del cabo de Pasau y los Chiriuanas , y otras naciones que conquistaron los Reyes Inca$¿ los quales se están hoy en aquella rusticidad antigua^ y éstos tales son \qs peores de reducir asi al sef^ vicio de los Españoles como á Ja religión christiana: que como ja** mas tuvieron doctrina son irra-« clónales , y apenas tienen lengoa para entenderse unos ccn otros den^ tro en su misma nación % y asi vi-> veo como animales de diferentes especies ^ sin juntarse , ai común tticarse > ad tratarse sino á sus so^ 8o HISTORIA GBNBRAX. En aquellos pueblos y habita- ciones gobernaba el que se atrevía y tenia animo para mandar á los demás ; y luego que sefioreaba^ trataba i los vasallos con tiranía y crueldad , sirviéndose de ellos co- mo de esclavos , usando de sus mu* geres é hijas á toda su voluntad, haciéndose guerra unos á otros. En unas provincias desollaban los cau- tivos , y con los pellejos cubriao sus caxas de atambor para ame- drentar sus enemigos ^ porque de- clan que en oyendo los pellejos de sus parientes luego huían. Vivían en latrocinios , robos , muertes , ízh cendios de pueblos, y de esta ma- sera se fueron haciendo muchos Se- ñores y Reyecilios , entre los qua- les hubo algunos buenos que trata- ban bien á los suyos, y los mante«> aian en paz y justicia: á e^tos tales por su bondad y nobleza, Iqs Indios ^n simplicidad los adoraroA por BSXí PBRÚ. 8t dioses , viendo qoe eran diferentes y contrarios de la otra multitud de tiranos. En otras partes vivían sin señores que los mandasen ni gober-* sasen , ni ellos supieron hacer re-* pública de suyo para dar orden ^ concierto en su vivir : vivían como •ovejas en toda simplicidad, sin ha* terse mal ni bien : y esto era mas por ignorancia y falta de malicia ^ue por sobra de virtud. * £n la manera del vestirse y en** brir Stts carnes , fueron en muchas jirovindas los Indios tan simples jp ■torpes que causa risa el trage de ^Uos. En otras fueron en su comer y manjares tan fieres y bárbaros ^ue pone adaibacion tanta .fierisza^ y en otras diodias regiones «nay largas , tuvieron lo; imo-y lo otr^^ juntamente. Ea lastietras oaliea^ tes y por ser mfis fértiles , sembx gtflitM, hinchéndolar de cante ^pQf 10 perderlas. r Pedro de Ctezai, ca> )iltnlO veieer j seis j dice lo mi»4- no , y lo vló por sus ojos. Creció tanto etu pasión,. qae llegó á-no .^rdooar'los hijos propios bebidos 'Q-augeMs estraogeraadoi^las.^ae DEL PKRV. 8ji 4 cautivaban y prendíais en las guer^ ras 9 las quales tomaban por man- cebas, y los hijos que en ellas ha- blan los criaban con mucho regalo hasta los doce 6 trece a6os , lúe- go se los cQmian , y á las madres .tras ellos quando ya no eran para parir. Hacían mas , que á muchos Jíndios de los que cautivaban les reservaban la vida , y les daban snugeres de su nación , quiero dec¿£ de la nación de los vencedores , y Jos hijos que hablan, los criaban cqr mo á los suyos, y viéndoles ya mo*- zuelos se los comian , de manera que hacian semioario de muchar chos para comérselos ; y no los per- donaban ni por el parentesco, ni por ja crianw que aun en diversos y coiv trarios animales suelen causar amor^ coiBO podriamos decir de algunos que hemos visto, y de otros que he^ ^osqido.tPues en aquellos bárbaros ap.tast^a lo uno ni lo otro j^sino qu^ D4 V \ I ■ j" $4 BISIO&IA GBKBRAS mataban los ■hijos que habian en- gendrado , los parieoces que ha- bían criado i truei}ue de comérse- los , y lo mismo hacían de los pa- dres qnando ya no estaban para en- gendrar , que tampoco, les valia el - parentesco de afinidad. Hubo na- ción tan estrafia en esta golosina de comer carne humana , que enter- raba sus difuntos en sus estómagos, que luego que espiraba el difunto ae juntaba la parentela , y se le comían cocido ó asado , según le habían quedado las carnes , muchas ó pocas : si pocas , cocido , si mu- chas asado. Después juntaban loa huesos por sus coyunturas , y tes liacíen las exequias con gran llan- to : enterrábanles en resquicios i* peEas, y en huecos de árboles: no tuvieron dioses, ni supieron qué cosa era adorar, y hoy se están en lo mis- Esto de comer carne humana ^ !• usaron los Indios d« tiet- X>B£ ÍPSRt7. 8$ tú calientes que los de tierras frias. En las tierras estériles y frías, donde no daba la tierra de suyo frutas , raices ni yerbas , sembrar ban el mais y otras legumbres, for- sados de la necesidad , y esto ha«> cían sin tiempo ni sazón. Aprove- chábanse de la caza y de la pesca con la misma rusticidad que en las demás cosas tenían. CAPÍTULO XWL Como se vestían en aguellñ antigüedad. MZA vestir por su indecencia era mas para callar y encubrir que para lo decir y mostrar pintado^, mas porque la historia me fuerza^ á que la saque entera y con'ver- diad , suplicaré á los oídos hones- tos se cierren por no oírme en ts* ta f arte , y me casclgen con esoí disfavor , que yo lo doy por bicf empleado. VescUnse los lodios en aquella primera edad como aoiina» ■les , porque no traían mas ropa qife -la. piel que la nacuraleza les dio. Maeboi de eltoi por cuTiosidid.é -gala traian cefiido al cuerpo ap hilo grueso , y les parecía que bas^ ^ba para vestidura , y no pasemq* adelante que .no es ticitp, El.aifp de mil quinientos y sesenta vinien- do á.'Sspafla , topé en una calle de las de Cartagena cinco Indios sin TOpa alguna , y no il^n rodos jun- tos , sino uno en pos de otro co- mo grullas , con haber tactos aSos j^ue trataban con EspaBolas. Las mugere» andaban al mismo trage en cueros. Las casadas traían un liílo ceSido al cuerpo , del qual traian colgando como delantal un trapillo de algodón de uns vaia en quadro; y donde no sabian ó nfi lueiiao Kxer ai lúlar , lo traía» nBZ. PERÚ. 9jl ^e cortezas de árboles ó de $119 liojas , el qual servia de cobertura por la honestidad. Las doncellas atraían tambieo por la pretina ce« £ido- un hiU> sobre sus carnes , y «Arh^ar de >d)Blapt;al y sefial de •jgue eran i;idad ^ue en el ornado de sus per^oaa^ usaban , se-p^ede colegir quán btv^ tales serian en todo lo deoiás los Indios de aqueUa gentilidad antes del inaperio de los Incas. £n las tierras frias andaban mas honestamente ai|>iertos , no poc fardar too^ftidad, sino pox l9^ ner 88 BISTOAIA CBKSRAC cesidad qae el frío les cansaba: cu^ brianse con pieles de animales y maneras de cubijas que hacian del cáfiamo silvestre, y de una paja 1>landa , larga y stfave que se cria en los campos. Conectas invencio* aes cnbrian sus carnes como mejor podian. En otras naciones huvo al* gana mas policía , que traían man* tas mal hechas, mal hiladas y peor tosidas, de lana, ó del cá- Camo silvestre qne llaman chahuar: traíanlas prendidas al cuello y ce- fiidas al cuerpo , con las quales an- daban cubiertos bastantemente. Es- tos trajies se usaban en aquella pri<- mera edad , y los que diximos que se usiiban en las tierras calientes, que era andar en cueros , digo qué los Españoles los hallaron en muy muchas provincias que los Reyes Incas aún no habían conquistado, y hoy %e usan en muchas tierras "a conquistadas por los Espafioles» DSZ. PBRtr. S^ donde los Indios son tan brutosque BO quieren vestirse sino los que tratan muy familiarmente con los £spañoles dentro en sus casas , y se visten mas por importunidad de ellos que por gusto y honestidad propia^ y tanto lo rehusan las mu- geres como los hombres^ á las quales , motejándolas de oíalas hi« tanderas y de muy deshonestas, les preguntan los Espafioles si pot no vestirse no querían hilar , ó si por no hilar no querían vestirse. CAPÍTULO XIV, Diferentes casamientos y divet'' sas lenguas. Usan de veneno y de hechizos* Edtk las demás costumbres, como el casar y el juntarse , no fueron me-' jores los Indios de aquella gentili- dad que en su vestir y comer) 9P HISTORIA GENSRAI. porque muchas naciones se junta^** ban al coito como bestias , sio co- noper muger propia sino como acer^ taban á toparse, y otras se easa* ban como se l&s antojaba, sin exce(H tuar hermanas, hijas, ni madres. £a otras guardaban las madres y no mas. £n otras provincias era licito y aun loable ser las mozas quaQ deshonestas . y perdidas quisiese^, y las mas disolutas tenian mas cier* |o su casamiento , que el haberlp sidp, se tenia entre ellos por. ma- yor calidad ^ á lo menos las mozas de aqoeUa suerte eran teoidas por hacendosas, y de las honestas de- ciftn que por flojas no las babia querido nadie. En otras provinc^s usaban lo contrario, que las madres guardaban las hijas con gran reca- to , y quando concertaban de las casar las sacaban en publico, y en presencia de los parientes que se habían hallado al otorgo , con sus propias manos las defioraban mos- trando á todos el testimonio de stt buena guarda. £n otras provincias, corrompia9 la virgen que se habia de casar lC9 parientes mas cercanos del novio y sus mayores amigos , y con esta condición concertaban el casamien? to , y asi la recibia después el ma-? rido. Pedro de Cieza, capitulo vein? te y quatrO) dice lo mismo. Hubo sodomitas en algunas provincias^ aunque no muy al descubierto a} toda la nación en común ^ sino al« gunos particulares y en secreto. Ea algunas partes los tuvieron en sus templos, porque les persuadía el demonio que sus dioses lecibiaa mucho contento con ellos, y ha-^ rialo el traidor por quitar el velo de la vergüenza que aquellos gen* tiles tenian del delito, y porque lo usaran todos en publico y en co-* muo. También huvo hombres y mu« p2 HISTORIA 6BKEAAI* geres que daban ponzoña, asi paM matar con ella de presto ó de esi- pacio , como para sacar de juicio y atontar los que querían , y páralos afear en sus rostros y cuerpos, que los dezaban remendados de blanco y negro, alvarazados y tullidos de sus miembros. Cada provincia, cada nación y , en muchas partes, cada pueblo tenia su lengua por sf, diferente de sus vecinos. Los que se entendían en un lenguage se tenían por parientes 9 y asi eran amigos y confederados. Los que no se entendían por la variedad de las lenguas , tt tenian por enemigos y contrarios, y se hacían cruel guer- ra hasta comerse unos á otros co-^ mo si fueran brutos de diversas es- pecies. Huvo también hechiceros y hechiceras ^ y este oficio mas or- diñarlo lo usaban las Indias que los Indios : muchos lo exercitabaa "bolamente para tratar con el de* aionio en particular, para ganac xepatacioa con la gente, dand» y tomando respuestas de las cosas por venir , haciéndose grandes sa** cerdotes y sacerdotisas. Otras mugeres lo usaron para en- hechizar mas á hombres que á mu- geres , ó por envidia ó por otra mal gaereocia , y hacian con los hechi* ios los mismos efectos que con el ▼eneoo. Y esto baste para lo que por ahora se puede decir de los Indios de aquella edad primera y gentilidad antigua, remitiéndome en lo que no se ha dicho tan cumpli- damente como eUo fue , á lo que cada uno quisiere imaginar y aña- dir á las cosas dichas , que por mt^ cho que alargue su imaginación, no llegará á imaginar qnán grandes fueron las torpezas de aquella gen- tilidad. En ña como de gente que no tuvo otra guia ni maestro sino .al 4«monio , y asi unos fueron eji P4 HISTORIA GEVERAI. SU vida , costumbres , dioses y sa«> erificios barbarísimos , fuera de to« do encarecimiento. Otros hubo sim" plicisimos en toda cosa , como ani- males mansos, y aun mas simples. Otros participaron del an estremo y del otro, como lo veremos ade- lante en el discurso de nuestra his- toria , donde en particular diremos lo que en cada provincia y en ca- da nación habia de las bestialida- des arriba dichas. m CAPÍTULO XV. Origen de los Incas Reyes del Perü. V ivíendo ó muriendo aquellas gentes de la manera que hemos visto, permitió Dios nuestro se- fior que de ellos mismos saliese un lucero del alva , que en aquellas ^oscurísimas tinieblas les diese al- a craszldaz "v jc^ae ¿oies quiera :s:^¿sl nszzrirL rrri ti.¿ W leí Q£ 535 2"^ TT1 P? ' J\ c : L SI !«-- dbir IsÍB lay *cí la tas: rez: £-^^ . I ><1 • S^ ¿. ' rt ^^^A io uno y ic otro «r ^ íusciirst estahisn^ia. Qnc wr iBny ^ara se ba noraik). csazitc prontos y agües esrabac las r e cibg ^l evangelio los Indios Qut bos B»^ Trincas snjetaiQi^gobexiBrany 9^ HISTORIA CSNBRAC señaron, que no las demás aacionec comarcanas, donde aún no habim Hígado la enseñanza de los Incas: muchas de las quales se están hoy tan bárbaras y brutas como antea se estaban , con haber setenta y un años que los Españoles entra* ron en el Perú. Y pues estamos á la puerta de este gran laberinto, será bien pasemos adelante á dar noticia de lo que en él habia. Después de haber dado muchas trazas , y tomado muchos caminos t>ara entrar á dar cuenta del orí- gen y principio de los Incas , Re- yes naturales que fueron delPerúy me pareció que la mejor traza , y el camino mas fácil y llano , era contar lo que en mis niñeces oí muchas veces á mi madre , herma- nos y tios , y á otros sus mayores, acerca de este origen y principio: porque todo lo que por otras vias ^e dice de él , viene á reducirse ea 9KK Tsmé. yf lo ndsmo que n oao tjos diréoM» , j seri mejor qae se sepa por las pit- pits palabras que los locas lo caea- tan qae no por las de otros auto- res estralk». Es asi qae residiendo mi madre en el Cóxco sa patria, Tenian i visitarla casi cada semana los pocos parientes y parientas qae de las crueldades y tiranías de Ata* goalpa (como en su vida contare- mos } escarparon ^ en las quales vi- sitas siempre sus mas ordinarias pláticas eran tratar del origen de sus Reyes , de la magestad de ellos, de la grandeza de su Imperio , da sus conquistas y hazañas , del go« bierno que en paz y en guerra te- nían , de las leyes que tan en pro- vecho y favor de sus vasallos or- denaban. En suma , no dexaban co- sa de las prósperas que entre^ellot hubiese acaecido que no la traxe* sen á cuenta. I>e las grandezas y prosperidA* aroaao i. b pS HISTOAIA GBVBBAL des pasadas venían á las cosas pre-,, sentes: lloraban sus Reyes muer- tos , enagenado su Imperio y aca- bada su república , &c. Estas y otras semejantes pláticas tenían los Incas y Pallas en sus visitas , y con la* memoria del bien perdido, siem"* , pre acababan su conversación ea lágrimas y llanto, diciendo: tro- cósenos el reynar en vasallage, &c. En estas pláticas yo como mucha- cho entraba y salía muchas veces donde ellos estaban , y me holga^» ba de las oir , como huelgan los ta- . les de oír fábulas. Pasando , pues, dias , meses y afios , siendo yá yo . de diez y seis ó diez y siete años acaeció , que estando mis parientes . un día en esta su conversión ha- blando de sus reyes y antigua- llas , al mas anciano que era el que daba cuenta de ellas, le dixe: Inca , tío , pues no hay escritura *.ntre vosotros, que es la que guar- . DBS PBRlfr. 99 da la memoria de las cosas pasa^ das i , raices de árboles , y la fruta ioculta que ellos daban de suyo, y carne humana. Cubrían sus car- nes con hojas y cortezas de árbo* les y pieles de animales ^ otros an- daban en cueros. En suma vivían como venados y salvaginas , y aun en las mugeres se habían c-omo los brutos, porque no supieron tenerlas propias y conocidas. Adviértase, porque no enfade el repetir tantas veces estas palabras, nuestro padre el sol , que era len- guage de los Incas , y manera de veneración y acatamiento decirlas siempre que nombraban al sol , por- que se preciaban descender de él, y al que no era Inca no le era li- cito tomarlas en la boca, que fuera blasfemia y lo apedrearan. Dizo el Inca! nuestro padre el solvien- do los hombres tales como te he dicho , se apiadó y hubo lástima de ellos , y envió del cielo á la Itn BISTOXIA OBHSRAK tierra ud hijo y uoa hija de los tu- yos , para que los doctrinasea ea el conocimiento de nuestro padre el sol , para qae lo adorasen y tu- viesen por la dios, y para que les diesen preceptos y leyes en que viviesen como hombres , en raion y urbanidad ; para que habitasen en casas y pueblos poblados ; su- piesen labrar las tierras, cultivat las plantas y mieses , criar los ga- , nados y gozar de ellos y de los frutos de la tierra , como hombres racionales y ao como beitias. Coa esta orden y mandato puso nues- tro padre el sol estos dos hijos su- yos en la laguna Titicaca, que está ochenta leguas de aquí , y les di- xo que fuesen por do quisiesen, y do quiera que parasen i comer tt adormir, procurasen hincar en el auelo una barrilla de oró de me- 'ia vata en largo y dos dedos en Lieso,que les dio para seBal y iXEL PERÚ. I ¿3 muestra , que donde aquella^ barra se les hundiese , con solo un golpe que con ella diesen en tierra , allí quería el sol nuestro padre que pai- rasen é hiciesen su asiento y cor- te. A lo último les dixo: qiiando hayáis reducido esas gentes á nues- tro servicio , los mantendréis ea razón y justicia , con piedad , cle- mencia y mansedumbre, haciendo en todo oficio de padr$ piadoéo para con sus hijos tiernos y ama- dos , á imitación y semejanza mia^ que á todo el mundo hago bién^ que les doy mi luz y claridad pa- ta que vean y hagan sus haciendas, y les caliento quando han frió , y crio su$ pastos y sementeras , bago frutificar sus árboles , y multiplico sus ganados , lluevo y sereno á sus tiempos , y tengo cuidado de dar una vuelca cada dia al mundo, por Yer las necesidades que en la cier- ra Be ofrecen , para las proveer y ^ 104 HISTORIA GB^ffBRAE socorrer, como sustentador y bien- hechor de las gentes , q^uiero que vosotros imitéis este exemplo CO"- mo hijos mios enviados á la tierra solo para la doctrina y beneficio de esos hombres que viven como bes- tias. Y desde luego os constituyo y^ nombro por re^es y sefiores de todas las gentes que asi doctrina- redes con vuestras buenas razonen, obras y gobie'rno. Habiendo decla- rado su voluntad nuestro padre el sol á sus dos hijos los despidió de si. Ellos salieron de Titicaca, ca- minaron al Septentrión, y por todo el camino, do quiera que paraban, tentaban hincar la barra de oro , y nunca se les hundió. Asi entraron Nen una venta ó dormitorio peque- ño que está siete ó ocho leguas al mediodía de esta ciudad que hoy llaman Pacarec Tampu , que quie«* re decir venta ó dormida que ams»-* ^ece. Púsole este nombre el tn^ de aquelit dormida al ipo que amanecia. Es uno áé IcK pabilos que este principe inafi« dó poblar despees ; y sus morado- scs se jactan hoy graodemeoce del nombre porque lo impuso nuestro Inca : de aili llegaron éi y su mu* ger nuestra rey na á este valle del Cozco, que entonces todo él ei(i« ba hecho montafia brava» CAPÍTULO XVL Fundación del Cozeo ciudad imperial» JLtfa primera parada que en este Yalie hicieron, díxo el Inca, fue en el cer»> llamado Huaoacautit al mediodía de esta ciudad. AlU pro^ curó hincar en tierra la barra de oro , la qudl con líiucha facilidad ae lea hundió al primer golpe que dieroA con ella ) gue no la vieíoa »3 ii 106 HISTORIA GBNBRAL roas. Entonces dixo nuestro Inca á tu hermana y muger : En este va- lle manda nuestro padre el sol que paremos y hagamos^ nuestro asi en- . to y morada , para cumplir su vo- luntad. Por tanto , reyna y herma- na , conviene que cada uno por su parte vamos á convocar y atraer esta gente para los doctrinar y ha- cer el bien que nuestro padre el sol nos manda. Del cerro Huana- cauti salieron nuestros primeros Reyes cada uno por su parte á con-r vocar las gentes , y por ser aquel lugar el primero de que tenemos noticia que hubiesen hollado con sua pies , y por haber salido de allí á bien hacer á los hombres, teníamos hecho en él, como es so- torio, ua templo para adorar á nuestro padre el sol , en memoria de esta merced y beneficio que hi- to, ai mundo. El principe fué al »ptentiion , y la princesa al me«> ©BI» PBftÚ. 107 diodia. A todos los hombres y ma- geres que hallaban por aquellos brefiales les hablaban y decían, como su padre el sol los habla en- viado del cielo para que fuesen maestros y bienhechores de los mo- radores de toda aquella tierra , sa* candóles de la vida ferina que te- nían , y mostrándoles á vivir co- mo hombres^ y que en cumplimien- to de loque el sol su padre les ha- bla mandado, iban á los convocar y- sacar de aquellos montes y ma- lezas, y reducirlos á morar en pue- blos poblados , y á darles para co« mer manjares de hombres y no de bestias, £¿cas cosas y otras se^ mejánte^ dizeron nuesfros Beyes k Ids primeros salvages que por es-' tas sierras y montes hallaron : los quales viendo aquelJas dos perso- nas vestidas y adornadas con los ornamentóos. que nuestro padre el sol le$ habla dado , hftbko muy d^' B4 L Io8 HISTORIA .GSHBRA£ ferente del ^ue ellos tiafao, las or«> jas horadadas y cao abiertas co- mo sus descendieDl es las traemos, y i]ue en sus palabras y lostro mos- teaban ser hijos del sol , y que v^ niao áloshorobres para darles pji«- blos en que viviesea , y manteni' inieiitos que comieseo, maravilla- dos pOT una parte de lo que veían, por otra aficionados de las pro- mesas que les haciaa , les dieron enterocrédito á todo loque lesdi- xeron, y los adoraron y levereo- ciaron como i hijos del sol , y obe- decieron como á Reyes j ycooro- cíiadosQ los mismos salvages uno* i Qtros, y refiriendo las maravillas, ^ue hablan visto y oido , se jun- taron en gran uúmero hombres y. mugeres , y salieron coa nuestros Tcyes para los seguir doude ellos quisiesen llevarlos. Nuestros principes , viendo iB %cba gente que te les allegaba, 3>si.PBitir. 109 dieron orden qae unos se ocupasen en proveer de su comida campea tre para todos , porque la hambre no los volviese t derramar por los montes : mandó , que otros traba- jasen en hacer chosas y casas, dan* do el Inca )a traca como las hablan de hacer. De esta manera se prin- cipió á poblar esta' nuestra impe- Tial ciudad , dividida en dos me* dios , que llamaron Hanan Coceo, que como sabes quiere decir Co^ co el alto, y Hurin Cozco,. que e^ Cozco el bazo. Los que atrajo el rey , quiso que poblasen á Hanao Cozco , y por esto le llamaron el alto , y los que convocó la reyna, ^oe poblasen á Uurín Cozco, y por eso le llamaron el baio. Ssta di«* visión de ciudad no fue para que los de la una mitad se aventajases á los de la otra mitad en ex6ndo- lies y preeminencias, sino qu9 todos fuesen iguales como berg»* 'lio HISTORIA GBNBRAC nos , hijos de un padre y ¿c noa Biadre. Solo quiso el Inca que hu- biese esta división de pueblo y di-* ferencia de nombres alto y baxo, para que quedase perpetua memo- -^ia de que á los unos habia qoq- vocado el rey, y á los otros la reyna^ y mandó, que entre ellos hubiese sola una diferencia y re- conociaiieoto de superioridad , que los del Cozco alto fuesen respetad- dos y tenidos como primogénitc» •hermanos maytfres , y los del bazo fuesen como hijos segundos » y en suma fuesen como el brazo dere- cho y el izquierdo en qualquiera preeminencia de lugar y oficio, por haber «ido los del alto atrakio^ ^r el varott y los del baxo por It hembra. A semejanza de esto hubo •después esta misma división en to- dos los piiebloa grandes ó chicos de nuestro Imperio , que los dividió- 9n por barrios ó por lioages , di- ciendo Haniniyllu y Harín ayllo, qoe es el lioage alto y el baxo^ Hanan soyo y Haría suya , qae es el distríco alto y el bazo. JontamenCe poblando la ciodad, eosefiaba ooestro Inca á los Indios Taroaes los oficios pertenecientes^ Taron , como romper y cultivar la tierra, y sembrar las mieses , semi* lias y legumbres que les mostró qae eran de comer , y provecho- sas ; para lo qoal les enseñó á ha- cer arados y los demás instrumea» tos necesarios , y les dio orden y manera cómo sacasen acequias de los arroyos que corren por este va- lle del Cozco , hasta ensefiarles i hacer el calzado que traemos. Pot otra parte la reyna industriaba á las Indias en los oficios mugeriles, á hilar , tezer algodón y lana , y hacer de vestir para si y para sus maridos y hijos : decíales cómo ha- Uan de hacer los demás oficios det tid HISTORIA cxmíiAr servició de casa. En suma, áingu- fia cosa de las que pertenecen á la vida humana dezaron nuestros principes de ensefiar á sus prime- ros vasallos , haciéndose el Inca rey . y maestro de los varones, y la Coya reyna y maestra de las mitgeres. CAPÍTULO XVII. ■ . Lo que reduxo el primer Inca • Manco Capac, L ros mismos Indios nuevamente asi reducidos , viéndose ya otros, •y reconociendo los beneficios que iiabian recibido , con gran coáten- to y regocijo entraban por las sier- ras , montes y brefiales á buscar los Indios , les daban nuevas de aquellos hijos del sol , y les de^ cían que para bien de todos ellos se haíbiao aparecido en su tierra, f les contaban los^ muchos beaefi^ 9MJ^ 9smtf. 113 cios que les habían hecho ; y para ser creídos les mostraron los nue- vos vestidos y las nuevas comidas qac comían y vestían , y que vi- vían en casas y pueblos. Las qua« les cosas oídas por los hombres sü« vestres , acudían en gran numero. á ver las maravillas que de nuestros primeros padres , reyes y sefiores se decían y publicaban ^ y habién- dose certificado de ellas por vís^ de ojos , se quedaban á los servir y obedecer. De esta manera , ¡la- oiándose unos á otros , y pasando la palabra de éstos á aquellos , so junt6 en pocos años mucha gente: tanta, que pasados los primeros seis ^ siete años, el Inca tenia gente de guerra armada é industriada par^ S9 defender de quien quisiese ofen- derle, y aun para traer por fuerza los que no quisiesen venir de grar do. Enseñóles ¿ hacer armas ofenr sivas , como arcos , flechas i laa» IIA HISTORIA GENSRAL zas , porras , y otras que se usas agora. Y para abreviar las hazañas de nuestro primer Inca , te digo , que hacia el levante reduzo hasta el rio llamado Paucartampu, y al po*- aiente, conquistó ocho leguas has- ta el graii rio llamado Apurlmac, y al mediodía atrajo nueve leguas hasta Qnequesana. En este distrito mandó poblar nuestro Inca mas de cien pueblos, los mayores'de á ciéa casas , y otros de & menos , según la capacidad de los sitios. Estos fue- ron los primeros principios que es- ta nuestra ciudad tuvo para haber- se fundado y poblado como la ves. Estos mismos fueron los que tuvo este nuestro grande , rico y famosa imperio que tu padre y sus com- pafieros nos quitaron. Estos fueron nuestros primeros Incas y 'Reyes que vinieron en los primeros siglos "del mundo , de los quales descien* den los demás Reyes que hemos tenido ) y de éstos mismos descen- demos todos nosotros. Quántos años ha qae el sol nuestro padre envió estos sus primeros hijos , no te lo sabré decir precisamente , que son tantos que no los ha podido guar* dar la memoria : tenemos que son mas de quatrocientos. Nuestro Inca se llamó Manco Capac , y nuestra Coya Mama Oetk) Huaco : fueron como te he dicho, hermanos , hijos del sol y de la luna, nuestros prime- ros padres. Creo que te he dado lar- ga cuenta délo que me la pediste, y respondido á tus preguntas , y por no hacerte llorar , no he recitado esta historia con lágrimas de sangré derramadas por los ojos , como las derramo en el corazón del dolor que siento de ver nuestros Incas acabados , y nuestro Imperio per«* dido. Esta larga relación del orlgeai Il6 HISTORIA OBKBSAK de SUS Reyes me dio aqoel Inck, tio de mi madre , á quien yo se la pedí ; la quaJ yo he procurado tra- ' ducir fielmente de mi lengua ma- terna , que es la del loca , ca la agena , que es la Castellana , aun- .que no Ib he escrito con la mages- tad de palabras que el Inca habió, B¡ con toda la significación que lis de aquel lenguage tienen, que por ser tan signlflcativo pudiera haber^ ce esteodido mucho mas de lo que se ha hecho ; aates la he acortado quitando algunas cosas que pudie- ran hacerla odiosa ; empero bas- tara haber tacado el verdadero sea- tido de ellas , que es lo que god- Tiene i nuestra historia. Otras co>* lai semejantes , aunque pocas, me dixü este Inca en las visitas y pli- licas que en casa de mi madre se haciao, las quales pondré adelanta eo sus lu¿ar¿s citando el autor : y füimt da no haberle preguntado BttL PBRlí. 117 Otras muchas para tener ahora la Bocicia de ellas , sacad^ xle tan - baen archivo para escribirlas aqai« CAPÍTULO xvin. V&bulas bistariaies del origen de ¡os Licae» ^ vy tra fábula cuenta la gente co- mún del Perú del origen de sus Reyes Incas , y son los Indios que ' caen al mediodía del Cozco , que llaman Collasuyu , y los del po- niente que llaman Cuntisuyu. Di** - cen que pasado el diluvio, del qual no saben dar mas razón de decir que lo hubo , ni se entiende si fue ' el general del tiempo de Noé ó - alguno otro en particular , por lo ' qual desar^mos de decir lo que cuentan de él y de ot as cosas se- mejantes , que de la manera que las 4icea mas parecen sueños ó* 'i 1 8 HISTOnÍA GB|tSX.AL fábulas mal ordenadas qoe saca* casos historiales. Dicen , pues, que cesadas las aguas , se apareció un hombre en Tiahuacanu , que está al mediodía del Cozco, que fue tan poderoso que repartió el mundo en quacro partes , y las dio & qua- tro hombres 1que llamó Reyes : el primero se llamó Manco Capac, el segundo Colla , el tercero To- cay , y el quarto Pinahua. Di- cen que á Manco Capac dio la par- te septentrional, y al Colla la par- te meridional , de cuyo nombre se llamó después Colla aquella gran provincia : al tercero llamado To- cay , dio la parte del levante , y al quarto , que llaman Pioahua , la del poniente^ y que les mandó fue- se cada uno á su distrito, y con- quistase y gobernase la gente que hallase ^ y no advierten á decir si el diluvio los habla ahogado , ó si los Indios habian r^ucita^o para ser conquistados y doctrinados , y asi es todo quaoto dicen de aque- llos tiempos. Dicen que de este re-* partimiento del mundo nació des- pués el que hicieron los Incas de su reyno llamado Tahuantin suya. Dicen que ^anco Capac fue háp cia el norte y llegó al vaile del Cozco. , fundó aquella ciudad, su- jetó los circunvecinos , y los doc- trinó ; y con. estos principios di* cen dé Manca Capac casi lo mis- mo que heñios dicho de él^ y que los Reyes Incas descienden ,de él» y de los otros Reyes no saben de*- cir qué fue de ellos 9 y de esta ma- nera son todas las historias de aque- lla antigüedad ^ y no hay que es* pautarnos de que gente que no tu*: vo letras con que conservar la me-> moría de sus antiguallas trate de aquellos principios tan confusamen- te 9 pues los de la gentilidad del ^undo Viejo con tener letras y ser. tüO HISTOSfA GENSRAi; tan cariosos en ellas, inventaron fí- bulas tan dignas de risa, y mas qae estotras ) pues una de ellas es la de Pirra y Deucalion , y otras que pudiéramos traer á cuenta ; y tam- bién se pueden cotejar las de la una gentilidad con las de la otra , que en muchos pedazos se remedan ; y asimismo tienen algo semejante á la historia de Noé , como algunos Españoles han querido decir , se- gún veremos luego. Lo que yo sien** * to de este origen de los Incas di- ré al fia. Otra manera del origen de los Incas cuentan semejante á la pasa- da, y estos son los Indios que viven al levante y al norte de la ciudad del Cozco. Dicen que al principio del mundo salieron por unas ven- tanas de unas pefías, que están cer- ca de la ciudad en un puesto que llaman Paucartampu , quatro hom- bres y quatro mugeres , todos hep- DBL PBRÚ. Idt irianos , y que salieron por la ven« tana-- de enmedio , que ellas son tres], la qoal llamaron ventana real; por esta fábula aforraron aquella ventana por todas partes con gran- des planchas de oro y mudias pie* dras preciosas : las. ^entanas de ios lados -guarnecieron solamente coa oro , mas no con pedrería. Al pri- mer hermano llamaron Manco Ca- pac , y á «a muger Mama Oello: dicen que éste fundó la ciudad,' qat la llamó Cozco, que en la len- gua particular de los Incas quiere- decir ombligo, que sujetó aque-» lias naciones, les ensefió á ser hom- bres , y que de éste destlenden todo»4o5 Incas. Al segundo herma-; so llaman Ayar Cachi, al terce- ro Ayar Vchu , y al quartó Ayac Sanca. La dicción Ayar no tiene significación en la lengua general éel P^rú , en la particular de los Inci|s la.debia de tener : las otras TOMO X s laa HISTORIA CBNBRAL dicciones son de la lengua general. Cachi quiere decir sal , la que co-« memos , y uchú es el condimento que echan en sus guisados, que los Españoles llaman pimiento : no tu-* vieron los Indios del Perú otras es* pecias. La otra üiccion sauca quie- xe decir regocijo , contento y ale* gria. Apretando á los Indios sobre qué se hicieroo aquellos tres hex« manos y hermanas de sus primeros reyes , dicen mil disparates; y no hallando mejor salida , alegorita» la fábula diciendo que por la sal, que es uno de los nombres, entien- den la enseñanza que el Inca les hizo de la vida natural ^ por .el pimiento , .el gusto que de ella se- eíhieroaj; y por el nombre regoci- jo entienden el contento y alegría con que después vivieron ; y aun esto lo dicen por tantos rodeos, tan •in orden y concierto ,>que m&s se KA por coDjetujas^dis 1<^ que ques padres , diferenciándose unos de DBL PfiRlfi. - 12 1 otros ) como las veremos en el dis- curso de la historia *. que no se cie« se por honrado el India que no des- ciende de fuente , rio ó lago , aun« qne sea de la mar^ó dé animales fie- ros 9 conoo el oso , león ó tigre , ó de «güila ó del ave que llaman cun^ tur , ó de otras aves de ra pifia ^ ó de sierras , montes ^ riscos ó ca- bernas , cada uno como se le anto- ja para sn mayor loa y blasón ^ y para fábuhu baste lo que se ha di- ^ácho. »• ■ . ' CAPÍTULO XIX. Protestación del autor sobre id historia,' Y a que hemos puesto lar primera piedra de nuestro edificio , aunque, fabulosa , en el origen de los Incas Reyes del Perú , será razón pase- B108 adelante en la conquista y re- 126 HISTORIA GENERAL éuccion de los Indiosj exteediendo algo mas la relación sumada quo me dio aquel Inca, con la relación de otros muchos Incas é Indios naturales de los pueblos que este primer Inca Manco Capac jnandó poblar y reduxo á su imperio , con los quales me crié y comaaiqad liasca los veinte afios. £n este tiera« po tuve noticia de todo lo que va-* mos escribiendo^ porque en anisini* fieces me contaban sus hi^^tonas, co- mo se cuentan las fábulas á les ni* ños. Después en edad mas crecida me dieron larga noticia de .sus le- yes y gobierno , cotejando el nue- vo gobiecno.de los £spafioles bou el de los Incas,. dividiendo en par- ticular los delitos y las penas, y e,^ rigor de ellas.: deciaome cómo pro- cedían sus reyes en paz y en guer^* fa , de qué manera trataban á sus vasallos , y cómo eran servidos de ellos. Demás de esto , me coRta-< {mil como á propio hijo toda su idolatría , sus ritos , ceremonias y sacrificios , sus fiestas principales y sio principales, y cómo l&s celebra* ban :. decíanme sus abusos y supera ticiones , sus agüeros nialos y bue- nos , asi los que miraban en sns si' crifícios como fuera de ellos. £h suma digo , que me dieron noticia de todo lo que tuvieron en su re- pública , que si entonces lo escrí* Ibiera fuera mas copiosa esta histcr** ría; Demás de habérmelo dicho los Indios 5 alcancé y vi por mis ojos mocha parte de aquella idolatría, 0US fiestas y supersticiones , que auh €11 mis tiempos hasta los doce ó trece afios tle mi edad no se habían acabado del todo.* Yo nací ochó afios después que los Españoles ga(- oaron mi tierra, y cómo lo he di- cho, me crié en ella hasta los veif¿- te afios , Y así vi muchas cosas dé las que hacían los Indios en aque^ laS HISTORIA GBNBRAK ]]a su gentilidad , las quales conta- lé diciendo que las vi. Sin la re- lación que mis parientes me dtc- .ron de laf :cosas dichas , y sin lo que yo vi, he habido otras mu- chas relaciones de las conquistas y hechos de aquellos Reyes: por- que luego que propuse escribir es- ta historia , escribí á los condis- cípulos de escuela y gramática, en- cargándoles que cada uno me ayu^- .dase con la relación que pediese haber de las particulares conquis- tas que los Incas hicieron de las provincias de sus madres j porque cada provincia tiene «us cuentas 7 nudos con sus historias , anale^ y la tradición de ellas ', y por esto retiene mejor lo que en ella pasó que lo que pasó en la agena. Los condiscípulos , tomando de veras lo que les pedí , cada qual dio cuenta de mi intención á su müf* dre y parientes ; los quajes , sa« INII. VVB.é. ISp -Jbieodo que un Indio hijo de su, tierra quería escribir • loe: sactste de elle , sacaren de sus archivos las relaciones que tenían de sus historias y me las esTíaron : y asi tuve la noticia de los hechos y conqaUtasi de cada Inca , que es Ja nuisAa-fue Jos historiadores Es- •pafioles tuvieron^ sino que ésut se«- ■rá maslarge, coma lo advertíré- Aios en muchas partes de ella. Y porque todos los hechos de este jirimer Inca son principios y fun- damento de la historia que hemos de escribir, nos valdrá mucho de- cirlos aquí 9 á lo menos los mas importantes , porque no los repi- tamos adelante en las vidas y he* ches, djS tada uno de los Incas sus descfinditates-^ pprque todos ellos generalmente , asi los reyes co- mo los no reyes y se preciaron de imitar en todo y por todo la con- jdimoo, obras y costumbres de este »3 1 30 BISTORIA 6EKBRAL primer principe Manco Capac ;^ ^ lUehu sufi cosas ) habremos dicha las de todos ellos. Iremos con aten^ cion de decir las hazañas mas his- toriales , dexando otras muchas por Impertideotes y prollxas : Y aun- que algunas 'cosas de las dichas^, y -otras quo se dirán ^pare^ean fabu^ losas, me pareció no dezar de es* cribtrlas , por no quitar los fun^ ¿amentos sobre que los Indios se fundan para las cosas mayores y mejores que dé su Imperio cucntam; porque , en fin , de estos princi^ píos fabulosos procedieron las gran^ dezas que en realidad de verdad posee hoy Espafia; por lo qual se me permitirá decir lo que convi- niere , para la mejor noticia que se pueda dar de los principios, me^ dios y fines de aquella monarquía, que yo protesto decir llanamente la relación que mamé en la leche, y la que después acá he bakndo, * BBL PKRÚ. 131 -pedida á los propios oiios ^ y pro* meto que la afíccion deell05.no «ea parte para dexar de decir la verdad del hecho , sin quitar de lo- malo , ni añadir á lo bueno que tuvieron: que -bien sé que la gen* tilidad es un mar de errores , y no escrilÑré novedades que no se liayan oído , sino las mismas cosas que los historiadores Españoles haa «sentó d^ aquella tierra , y de los «ey^s de ella ^ y alegaré las mis- mas palabras de ellos donde con- viniei e ^ para que se vea que no finjo ficciones- en favor -de mis pa« «lentes, sino que digo lo mismo ^ue los Españoles dixeron ^ sok> «erviré de comento para declarar y ampliat muchas cosas que ellos asomaron á decir , y las dexarotí imperfectas por haberles faltado *retecioa «ntera. Otras muchas se sañadirán que íaltab de ii^p tí^té^ fias y pasaron . en hecho de vet- »4 IgS HISTOHXA GEKE11A£ dad ; y algunas se quitarán que sobran, por falsa relación que tu- vieron , por no saberla pedir el Espafiól con distinción de tiempes y edades , y división de provin- cias y naciones; ó por no enteo- der al Indio que se la daba ; ó por so entenderse el uno al otro por la dificultad de! lenguage : que el Español que piensa que sabe mas de él , ignora de diez partes Iñs .nueve , por las muchas cosas que un mismo vocablo significa , y por las diferentes pronunciaciones que una misma dicción tiene para muy diferentes significaciones, comos^ verá adelante en algunos vocablos que stfÍL forzoso traerlos á cuenta. Demás de esto , en todo lo j que de esta república , antes des-* truida que conocida , dixere , será contandQ'llanamente lo que ea su antigüedad tuvo de su idolatría, xjigs 9 sacrificios y ceiemoaias 9 y \ DBX. VKBLÚ. 13S «n su gobierno , leyes y costam- bres ep paz y en guerra , sin com- parar cosa alguna de estas i otras semejantes que en las historias divinas y humanas, se hallan , ni al gobierno de nuestros tiempo^, porgue toda comparación es odio- sa. El que las leyere podrá coter jarlas á su gusto , que muchas htf Hará semejantes á las antiguas , así de la Santa Escritura^ como de la^ profanas y fábulas de la gentilidad antigua : muchas leyes y costum*- bres ve:^á que se parecen á las de nuestro siglo , otras muchas oirá en todo contrarias : de mi parte he hecho lo que he podido, no ha- biendo podido lo que he deseadq. Al discreto lector suplico reciba mi ánimo , que es de darle gusto y contento , aunque las fuersas ni la habilidad de un Indio, nacido en- tre los Indios y criado entre arm^s y caballos , no puedan Uegar ai^. 134 HISXOBIA GBNSRAL CAPÍTULO XX. Pueblos que mandó poblar el pri^ mér Inca. V olviendo al Inca Manco Capat 'decimos , que después de habeí fundado la ciudad del Cozco eo las dos parcialidades que atrás qae^ 'dan dichas ^ mandó fundar otro^ muchos pueblos ^ y es asi que iQ oriente de la ciudad , de -la gentfe que por aquella vanda atraxo en el espacio que hay hasta el rio llama- do Paucartanípu ^ mandó poblar á tina y á otra vanda del camino real •de Antisuyu trece pueblos que no nombramos por escusar proli- gidad; casi todos ó todos son de la nación llamada Poqués, A po- niente de la ciudad , en espacio de ocho leguas de largo y nueve ó diez de. ancho, mandó poblar creiü- tt pséblos que s% derraman á uaa aaatio y otra del catoino real de Cuncisuyu. Fueron estos pueblos de tres naciones de diferentes apé^ Ijídos ; conviene á saber , Masca', Chillqui , Pap.ri. Al norte de la :ciiidad se polcaron veinte pueblos •de quatre apellidos , que son ^ Mai- yo , Canea , Chinchapucya , Ri« roactampu. Los mas de estos pue- blos están en el hermoso valle db Sacsabuana , donde fue' la batalla y prisk» de Gonzalo Fizarro. £l pue- hko mas alejado de estos está 4 sie^ te leguas de la ciudad ) y los ¿^ mas se derraman á una mano y á otra del camino real de Cbineha^ auyu. Aí-iaedíodia de la ciudad se poblaron treinta y ocho 6 quaren-* ta pueblos , los dies y ocho de Itt aacion Ayármaca , los qoales se derramaban á una mano y á otn del camino real de CoUasoyo por espacto de tres Uguas de largo, ean ^ t%( HISTORIA GBKVRAXr pezando del parage 4e la$ salinas ^ue están una legua peque6a de la ciudad , donde fue la batalla la- mentable de Don Diego de Alma- gro el viejo y Hernando Pizarro: los demás pueblos son de gentes de cinco 6 seis apellidos , qne son: Quespicancha , Muyna , Urcos*» Quehuar , üuaruc , Cavi£a. Esta Aacion Cavifia se preciaba en su va- na creencia , que sus primeros par dres hablan salido de una laguna^ á donde 4ecian que valviao las ¿ni- jnas de los que morían , y que de allí volvían á salir y entraban ea los cuerpos de los que. nacían : tu- .vi-eron un idolo de espantable figu*- jra á quien hacían sacrificios muy •^birbaros. £1 Inca Manco Capac Jes quitó los sacrificios y el idolo ,. y les mandó adorar al sol oomo á los demás sus vasallos. Estos pueblos , que fueron mas dk ciento , en aquellos principios ]>BI. VSRÚ. 137 fueron peqnefios , que los mayo- res no pasaban de cien casas, y los menores eran de Teinte y cinco y treinta : después por/ los favores .y privilegios qne e] naimo Hanoo Capac les dio , cono iaego dii^ OQos , crecieron en gr^ii námero, qne muchos de ellos llegaron á c^ ser mil vecinos , y los men aes á trescientos y á quatrocientos. I>es- pues, muclio mas adelante, jpor ks mismos privilegios ^ y fevores qoe «1 primer Inca y sos deaoendimités les hablan hecho , los destruyó el gran tirano Atanhuallpa, 4 osos mas , á otros menos 9 y i mo- chos ¿e ellos asoló del todo. Abo* ra en nuestros tiempos , de pooo mas de veinte afios á esta parte, aquellos paeblos que el Inca Man- co Capac mandó poblar , y casi todos los demás que en el Perú habla , no están en sos sitios an- tiguos , sino en otros muy djufe* t$Z HISTORIA 6BNBRAX rentes , porque un visorrey) como se dirá en su logar , los hizo redu- cir á pueblos grandes , juntando cinco y seis en ano , y siete y «cho en * otro , mas y menos co- mo acertaban á ser los poblezuelos que se reducían'^ de lo qaal resul- taron muchos inconvenientes que iior ser odiosos se dexaa de decir. CJAPÍTÜLO XXX EnstAmza que daba ti Inca a sus vasallos* E 1 Inca Manco Capac , yendo po« blando sus pueblos, juntamente con cnsefiar á cultivar la tierra á sus vasallos , labrar las casas , sacar acequias , y hacer las demás cosas necesarias para la vida humana, les iba instruyendo en la urbanidad, cottapafíía y hermandad que anos á otros se hablan de hacer , con- farme á lo qae la razón y ley na- taral les eosefiaba , persuadiéndo- les Qon macha eficacia , que para que entre ellos hubiese perpetua paz y concordia , y no naciesen enojos y pasiones , hiciesen con todos lo que quisieran que todos hicieran con ellos , porque no se permitia querer una ley para sí y otra para los otros. Particularmen«- te les mandó que se respetasen onos •k otros . Jsn las* mugres é hjjas^ porque -esto de las mugeres- andaba «ntre eüos mas bárbara que otro ▼icio álgiúio. Puso pena dé muerte á Jos. adúlteros , á los homicidas y ladrones. Mandóles que no tuvier smn nia^de una muger , que se ca^ sasen dmtro en sii parentela por- que no se confundiesen los lina-^ ges , y que se casasen de veinte afios arriba , porque pudiesen go-* bernar sus casas y trabajar en sus hacieA4as. Mandó' recoger el gaoa^ I4P HISTOAIA GXKSHAC do manso que andaba poí el csnH* po sin duefio ^ dé cuya lasa los vistió á todos , mediante la indas-» tria y ensefianza que la Reyna Ma- ma Oello Huaco habia dado 4 las Indias en hilar y texer. Ensefióles á hacer el calzado qne hoy traen ItoHudo usuta. Para cada pueblo ó aacion de las que reduzo , eligió un Curaca , que es lo mismo que Cacique en la lengua de Cuba y santo Domingo , que quiere decir •efifir :de vasallos : eligiólas por sus snéiibos los que habían trabajado mas en la redncion de los Indios, mostrándose mas afables, mansos y piadosos, mas amigos del bien común, á los quales constituyó por señores de los demás , para que los doctrinasen como padres á hijos ^ á los Indios mandó que los obedecie- sen como hijos á padres. Mandó que los frutos que en oada pueblo $e. recogían se guarda- UBI. psmih ' 1-41 sen en junto , para dar á cada uno lo que hubiese menester, hasta que hubiese disposición de dar tierras á: cada lodiot en particular.- Jttnt»- asente con estos preceptos y orde- aanias, les ensefiaba ei culto di« vino de su idolatría. Sefialó sitio para hacer templo al sol donde 1# SBcri£casen , persuadiéndoles que lo tuviesen por principal Dios , á quien adorasen y rindiesen Jas gra-* ciás de tos beneficios naturales que les hacia con su las y calor , pues arelan que les produeia sus campos, y multiplicaba sus ganados, con las demás mfercedes que cada dia re* ídlriaB) y qué 'particularmente de« ^tan adoración y servicié al sol y i la luna, por haberles enviado dos hijos suyos, que sacándolos déla vih ^ ferina qu^ hasta entonces halÑaft tenido , .-los hubieseo reducido á ih «humana qué al presente tenian* Mandó que hiciesen casa, de mu- ' I4> BISTOIUA GBVBRAIr ^eies para el sol^quando hubiese bastante oámero de mugares de la sangre real para poblar la casa. Todo lo qaal les mandó que guatw dasen y cnmpliesen coma gente agradecida á los beneficios qoe ha-» bian recibido , pues no los podían negar) que de parte de su padre el sol les prometía otros muchos bienes si asi lo hiciesen , y que tu- viesen ppr muy cierto que no de* cia él aquellas, cosas de suyo , sino que el sol se las revelaba y man- daba que de su parte las dizese á los Indios, el qual como padre le guiaba y adiestraba en todos sus liechos y dichos. Los Indios, con la simplicidad que entonces y siem* pre tuvieron , hasta nuestros tiem- pos , creyeron todo lo que el Inca Jes dixo , principalme/ite el decir** its qae era hijo del sol; porque también entre ellos hay naciones que so jactan descender de seme- Jantes fábulas, como adelante dire- mos, auoque no supieron escoger tan bien como el Inca , porque se precian de animales y cosas baxas y terrestres. Cotejando los Indios entonces y después sus descen- dencias con la del Inca ; y viendo ^ue les beneficios que les habla, hecho lo testificaban , creyeron ñr^ Biisifnaoiente que era hijo del sol. Le prometieron guardar y cuqon pUf lo que les mandaba^ y e&8a« ma le adoraron por hijo del sol^ confesando que ningún hombre hu* mano pudiera haber hecho con ellof lo que i\ , y que asi xreian que era hdoibre 4ivíno venido del cielo. . *: 144 HISTORIA GEVBmAI. CAPÍTULO XXII. Insignias favorables que el Bics dio á ¡os suyos. E n las cosas dichas y otras senie- jaotes se ocupó muchos afios el lo* ca Manco Capac , en beneficio de sos vasallos^ y habiendo experi- meatado la fidelidad de ellos., el amor y respeto con que le servian, la adoración que le hacian , quiso por obligarles mas ennoblecerlos con nombres é insignias de las que el Inca traía ea su cabeza ^ y esto fue después de haberles persuadi- do que era hijo del sol, para que las tuviesen en mas. Para lo qual es de saber que el Inca Manco Ca- pac , y después sus descendientes, á imitación suya, andaban tresqui- lados , y no traían mas de un dedo de cabello : tresquilabanse con na- BBL PERÚ. 14J ▼tjts de pedernal rozand^o el cabe- llo hacia abaxo , y lo dexaban del altor que.se ha dicjio. Usaban de las navajas de pedernal porque no líallaron la invención de las tixeras, trasquilábanse con mucho trabajo, como cadtt uno puede imaginar; pbr lo qual , viendo después la facili- dad y suavidad del cortar de las tixeras, dixo un ínca á un condiscí- Fulotmestro de Jeer y escribir: si los Espafioles , vuestros padres, no hcrbieran hecho mas de traernos ti- seras i esfiejos y peines les hubid- Tamos dado quanto oro y pla^a te^ filamos en nuestra tierra. Demás de attdar trasquilados traían las ore; jes horsKladas por donde comun- mente las horadan las mugercs pa- ít los aarcillosj empero háctati cre- cer el horado con artificio ( como mas largo en su lugar diremos) en, estrafia grandeza^ ibcrtííWe'á quién aola huMere visto y porque pítrécc t^6 HISTORIA GENBRAL impcsible que tan poca carne cá» ipo.Ja que hay debaxo de la oreja, ▼epga á crecer tanto que sea ca- paz de recibir una orejera del ta* mafio y fornia de una rodaja de can- taro , que semejantes a rodajas eraa las orejeras que ponían en aquellos lazos qi^e de sus ojrejas hacían, los quales lacos si acertaban rom* perlos , quedaban de una gran quar- ta devar^de medirán largo, y de grueso como la mitad de un dedo* Y: porque los Indios las traían de la manera que. hemoS' dicho , lea llatnaron orejones los< Españoles. ., Traían los Incas en la cabeía por tocado una treava que llaman U^utu : hacíanla de noñichas ¿olo- res , y del ancho de. un dedo- y po- co mefios gruesa. Esta, srenza.ro» deaban á la cabeza ,» daban qua- tro ó cinco bueltas y quedaba co- lino una gul/n^lda. JEstaf. tres divi'^ m que soA^ el llautti , el jCfasqiúr iit% PE&d. t47 lai9ft') y traer las orejas horadadas eran las principales que el Inca Manco Capac traía , sin otras que sidelante diremos, que eran insig- nias de la persona real , y no laa podía traer otro. £i primer privi- legio^ue el Inca dio á sus' vasallos^ ftte mandarles que á*imitacion su-i* ya traxesen todos en coman ia trenza en. la cabeza, empero que no fuese de todos cotores como la que el Incairaia , sino de un co- lar solo y que fuese negro. ' Habiendo 4ia5ade algiiñ tiempo ea medio, les hito gracia de la otra divisa que ellos tuvieron por mas farorahle, y fue mandarles que aa** duTieseii trasquilados , empero coa diferencia de unos vasallos á otros, y de« todos . eHos ai Inca ^ porque no hubiese confusión en la división ^ue. mandaba hacer de cada pro- yincia, y de cada nación ni se se* majasen tanto al Inca que no hu- 6 2 148 niSTOAlA CWtntíkAX, biese mucha disparidad da tétfí efl^s;' y asi mandé que anos trazesen una coleta de la manera de un bonete de orejas , esto es , abierta por la frente hasta las sienes, y que por los lados . llegase el cabello hasta lo último de las orejas. A otroa mandó qué- traxesen la coleta á media oteja y otros mas corta : em- pero que nadie llegase á traer el «ibeilo tan corto tsomo el Inca. Y •s de^adviertirique todos estos In- dios, principalmeote los Ineas , te- nían cuidado de 'no dezar crecer el cabello , sino que lo traían siempre en un largo por no parecer unos días de una divisa y otros de otra. Tan nivelados como esto andaban todos ellos en lo que tocaba á las divisas y diferencias de las caber cas , porque cada nación se precia^^ ba de la suya , y mas de estas que fueron dadas por la mano del Inca. CAPÍTULO XXIII. Otr(ts insignias mas favorable s,,* con e¡ nombre Inca. p asados algunos úieses y afios les hizo otra merced mas favorable que Jas pasadas , y fue mandarles que se .horadasen las orejas : mas también fue con limitación del .tamafio del horadado de la oreja que noUegai^e á la mitad de como los traía el Inca sino de .medio atrás , y que trajesen cosas diferentes por ore*- jeras , según la diferencia de los apellidos y provincias. A ;U!nDS dio que traviesen por divisa un palillo del grueso, del dedo merguerite, como fue á la nación llamada Ma« yu y Cancu. A otros mandó que traxesen una vedijita de lana blan- ca que por una parte y otra de hi oreja 93oma8e tanto como la ca-^ IfO HISTOniA 6fiN zarles el colmo de sus favores y mercedes , que era el apellido de sa nombre real , para que ellos y sos descendientes viviesen honra* dos y estimados de todo el mun-* do ; y asi para que viesen el amor que como á hijos íes tenia , man- dó que ellos y sus descendientes para siempre se llamasen locas, sia alguna distinción ni diferencia de nnos á otros, como habían sido los demás favores y mercedes pasadas, sino que llana y generalmente go- zasen todos de la alteza de este sombre , que p9r ser los prime* ros vasallos que tuvo , y porque elh)Srse habían reducido de sa vo- luntad , los am^ba como á hijos, y gustaba de darles sus insignias y nombre real y llamarles hijos^ por- que esperaba de ellos y de sos des- cendientes , que como tales hijos sexvkian á su rey presente ^ y ¿ los 03 I {4 HISTOniA GENERAL que de él sucedlseo ea las con- quistas y reducción de Ips demás Indios para auroento de su imperio. Todo lo qual les loaodaba guarda- sen en el corazón y en la memo- ria para corresponder conei ser- ¥Ício como leales vasallos : y que 00 quería que sus mugeres d hijas se llamasen Pallas como las de la sangre real ^ porque no siendo las mugeres como los hombres capa- ces de las armas para servir en la guerra , tampoco lo eran de aquel nombre y apellido real. De estos Incas hechos por pri« vilegio son los que hay ahora en el Perú , que se Uamai» Incas , y sos mugeres Pallas y Cojras por gozar del barato que á ellos y á las otras naciones en esto y ea otras muchas cosas semejantes les han hecho los Españoles. Que de los Incas de la sangre real hay pocos, y por su pobreza y necesidad no cono? . 3»l 9MKÚ* m cidos sino qaal y qual : porqae Im tiranía y crueldad de Acahualpe destruyó 9 y los pocos que de ella «scaparoo , á lo menos los mas principales y notorios acabaron es Dtras calamidades ^ como adelante diremos en sas lugares. I>e las ia* ^gnias que el Inca Manco Capac •traía en la cabesa , reservó sola una ^ara si y para los reyes sus des*- -cendíentes, la qual era una borla colorada é manera de rapacejo, que ee tendía por la frente de una sien á otra. £1 principe heredero la traia amarilla y menor que la del pa- dre. Las ceremonias con que se la 4)abftn quando le Juraban por prin- cipe succesoff y de otras insignias que después traxeron los reyes In- cas, diremos adelante* en su lugar, qnftfldO' tratemos del rarmar caba>- Jieros 4 los Incas. El favor de las insignias que su joy les dio , estimaioA los ^Indios 04 1 I {5 HISTORIA CBNB^AK en mucho porque eran de la per* sona real ^ y aunque fueron con las diferencias que dixlmos , las aceptaron con grande aplauso, por- que el Inca les h»o creer que las había dado , como se ha dicho, por mandado del sol , justificados se- gún los méritos precedidos de ca- da nación : y por tanto se precia^ ron de ellas en sumo grado. Mas qnando vieron la grandeza de la ul- tima merced , que fue la del re- nombre Inca , y que no solo habla sido para ellos sinQ también para sus descendientes, quedaros tan ad- mirados del animo real de su Prin» cipe , de su liberalidad y magnifi- cencia que ne sabían cómo la en- carecer. Entre si unos con otros deciaa que el Inca, no contento de haberlos sacado de fieras y trocá- dolos en hombres , ni satisfecho de ios muchos beneficios que les ha- bla hecho ea enseñarles las cosas necesarias para la vida hamaDa, las leyes naturales para la vida mo- ral y el coQOcimiento de su diof el sol, que bastaba para que fueran esclavos perpetuos, se habla huma- nado á darles sus iosignias reales: y últimamente , en lugar de impo* nerles pechos, y tributos , les ha« ¿la comunicado la magestad de su aombre , tal y tan alto que ca- tre ellos era tenido por sagrado y divino, que nadie osaba tomarlo en la boca sino con grandísima vene- ración solamente para nombrar al rey : y que ahora por darles ser y calidad lo hubiese hec)io tan co- mún que pudiesen todos ellos lia* márselo á boca llena , hechos hijos adoptivos , contentándose ellos coa ser vasallos ordinarios del hijo del sol. f {t BI5T0KXA GBHSRAL CAPÍTULO XXIV. ^ Tíombres y renombres que los Indios pusieron á su rey. \Joi losideraado bien los Indios In grandeza de las mercedes y el amor con que el loca se las habia be^ che r echaban grandes bendiciones y loores ¿ so principe , y le basca* ban títulos y renombres que igoa* lasen con la alteza de su animo, y eignificasen en junto sus beroycas virtudes ^ y asi entre otros que Je inventaron fueron dos, £i uno foe* Capac , que quiere decir rico , no 4e hacienda, que , como los Indios (ticen, no trazo este principe bie^ nos de fortuna , sino riquezas de mximo , de jnansedumbre y piedad^, clemencia , liberalidad , justicia ^ magnanimidad y deseo , y obras pa- ra hae^r bien á los pobres ^ y por baberlas tenido este Inca tan ^raa. des como sus vasallos las caentan^ dicen que digoamente le llamaron Capac* Tambieo quiere decir rico y poderoso eo armas. El otro pom* bre fue; llamarle Hu&c Chacúyac^ que quiere decir amador y bienhe- chor de pobres , para que como el primero significaba las grandezas de ^u animo, el segundo significase loa beneficios que á los suyos habia he- cho^ y desde entonces se llamó esn pt principe Manco Capac , habi^^ dose llamado hasta allí Mafico Ineav Manco es nombre propio , no sabe« mos qué signifique en la lengua ge« peral del Perú , aunque en la par«* ticttlar que los Incas tenían para ha* blar unos con Otros , la qual me es^ criben del Pera se ha perdido ya totalmente , debia de tener alguna ^gnificacion ^ porque por la mayor parte todos los nombres de ios reyes la tenian , como adelan- te veremos quando declaremos loa sombres. El nombre Incaeo éi prin- cipe quiere decir señor , rey , ó emperador , y en tos demás se- fíor , y pira i&terpretarle en to- da su significación , quiere decif hombre de la sangre real. Que á los caracas, por grandes sefíores que fuesen , no les llaman loeas. Palla quiere decir muger de la sangre real , y para distinguir al rey de los demás Incas le llaman Capa Inca , que quiere decir solo sefíor, de la manera que los suyos Ilamaa al turco Gran Se^or. Adelante de- clararemos todos los nombres re- gios masculinos y femeninos para los curiosos que gustarán saberlos. -Tanobien llamaban los Indios á es- te su primer rey y á sus descen- dientes Intip churin , .que qoiere decir hijo del sol ^ pero este nom-^ bré mas se 16 daban por naturaleza, conio falsamente -lo creian que poi impostciofl* SBXi fiSlLÚ. l6l CAPÍTULO XXV, Testamento y muerte del Inca Manco Capac* M •ancoCapac reynó muchos áfios, mas no saben decir de cierto quán- tos : dicen que mas. de; treinta y y otros que mas de quarenta^ ocupat- do siempre en las cosas qae hemos dicho ^ y quaodo se tío cercano á la muerte llamó á sus hijos, que eran muchos , asi de su muger la reyna Mama Oello Uuaco , como de las concubinas que había toma- do 9 diciendo que «ra bien que hu* biese muchos hijos del soU Llamó asimismo los mas principales de sus vasallos , y por via de testa-* mentó les hizo una larga plática, enconoendandp al principe herede"* ro y á los demás sus hijos el amor y beneficio de los vasallos ^ y á ios itfS HISTORIA GBNSllAK vasallos la fidelidad y servicio dñ su rey , y la guarda de las leyes que les dexaba ^ afirmando que to- das tas habla ordenado su padre el sol. Con esto despidió los vasallos, y á los hijos hizo en secreto otra plática, que fue la ultima , en que les mandó siempre tuviesen en la memoria que eran hijos del sol pa- ra le respetar y adorar como á Dios y como á padre : dixoles que á i mi* tacion suya hiciesen guardar sus leyes y mandamientos , que ellos fuesen los primeros en guardarles para dar exemplo á los vasallos^ y que ñaeseí^ mansos y piadosos , que ■N reduxesen lOá Indios por amor, atra* yéndolos con ^beneficios y no por fuerza , que los forzados nunca le$ serian buenos vasallos, que los man* tuviesen en justicia ^in consentir agravio entre ellos ^ y en suma les dixo, que en sus virtudes mostrar sen que er'an hijos del sol , confir- nniiMlo con las obras lo que certifi- Cffban con las palabras para que los Indios les creyesen ^ donde no, que* -liarian borla de ellas si les vieseti -decir uno y haper otro. Mandóles ,que todo lo que les dezaba enco- . mendado , lo encomendasen ellos á -BUS hijory descendientes de gene^ ñicion en generación, para quecuan* -pUeson y guardasen lo: que su pa^ ere el iol mandaba , afimiaodo que todae^eran palabras suyas , y qii# asi las dexaba^ or vía de pestamen** to y ultima volufitad, Pixolear que le llamaba el sol , y que uedK> coBJetutar del erigen de este t»riodpé Manto In^ ca , que sus vasallos por sus gran-* desas llamaron Manco Capac , es, que debió de ser algún Indio de buen entendimiento ^ pcodeocia y l^nsejo, y que alcanzó bien4a mtt^ cha simplicidad de aquellas nació-* aes, y vio la necesidad que tenias de doctrina y eosefianza para la vi« da natural , y con astucia y saga* cídad para ser estimado, fin^óaque« Ha fábula , diciendo que él y sn muger eran hijos del sol , que ve* nian del cíelo , y que su padre los enviaba para que doctrinasen é hi- ciesen bien á aquellas gentes : y •{Ara hacerse creer , debió de po»- ]i«rse en la figura y h&bicoiqúe tra«^: jo., pacticuburmente las «orejas tan? grandes como los Incas las traiaui que cierto eran increíbles á quien no las hubiera visto comQ yo, y al quejas viera ahora, si las usan, se le hará estraio imaginar cómo pu«. dieron agrandarlas tanto. Y cómo con los beneficios y honras que á sus vasallos hizo, confirmase ia fá« bula de su genealogía , creyeron firmemente Jos Indios que era hijd del sol venido del cielo y lo ado- baron por tal , como hicieron los gentiles antiguos con ser menos bru- tos , á otros que les hicieron se- mejantes beneficios^ porque es asi que aquella gente á ninguna cosa atiende tanto como á mirar si lo que hacen los maestros conforma con lo que les dicen ^ y hallando conformidad en la vida y en la doc- trina., no han menester argumen* .tps para ^onveocejclos á 1q que qjni^ f lS8 HISTORIA GEHBRAC sieren httett de ellos. He dicito es- to', porque ni los Incas dé la san- gre real, ni la gente común no dfta otro origen á sus reyes, sino el que se ha visto en sus fábulas his- toriales , las quales se semejan unas á otras, y te^as concuerdan en ha-- cer á Manco Capac primer laca. CAPÍTULO XXVI. Namires reates y su significaciofL Oerá bien digamos brevemente la sigoiíicacion de los nombres reales apelativos , asi de los varones co'- mo de las mugeres , á quién y cómo «e los daban , y cómo usaban de ellos : para que se vea la curio» Sidad que los' Incas tuvieron en pot ner sus nombres y renombres, que en su tanto no dexa de ser cosa no- table. Y principiando del nombre Inca , es de saber que en la per-* SODB real significa rey ^ emperador; y en los de sa linage quiere decic hombre de la sangre real , que %\ nombre Inca, pertenecía á todos ellos con la dif erienda dicha ; pe« 70 habían de ser descendientes poc la linea masculina y no por la fe- menina. Llaoiaban á sus reyes Ca- pa Inca , que es solo rey , solo «operador , ó solo sefior , porque Capa qniere decir solo^ y este nom* bre no lo daban á otro alguno de la parentela , ni aun al principe Iteredero hasta que había hereda* do : porque siendo el rey solo , ne podían dar su apellido á otro , que fuera ya hacer muchos reyes. Asi- mismo les llamaban Huacchacuyac, que es amador y bienhechor de po- bres , y este renombre tampoco lo daban i otro alguno sino al rey, por el particular cuidado que to- dos ellos desde el primero hasta el ultimo tuvieron de hacer bien á TOMO I. H 170 HISTORIA GSKSRAL SQS vasallos. Ya atrás queda dicho la significación del renombre Ca* pac , que es rico de magnanimidad des y de realezas para con los su^ yos : davanselo al rey solo y no i otro, porque era el principal bien- hechor de ellos. También le llama* ban Intip cbutin « que es hijo del sol 4 y este apellido se lo daban ^ todos los varones de la sangre xeal^ porque según su fábula desoea-* diaa del sol, y no se 10 daban á las henabras, A los hijos del rey y á todos los de su parentela por linea de varón llamaban Auqui , que es inñmte ^ como en España á los hi- jos segundos de los reyes* Rete- nían este apellido hasta que se ca* saban , y en casándose les llama- ban Inca. Estos eran los nombres y renombres que daban al rey y á los varones de su sangre real , sin 'Otros que adalante sé verán , que siendo nombres propios se hlcie« DBI. V1SRÚ, 171 too apellidos en los descendientes. Viniendo á los nombres y ape- llidos de las mugeces de la sangre real, es asi que á H. réyna , mu- %tt legitíma del rey , itaman Co-^ ya^ quiere decir reyna ó empera- tria. También le daban este apelli* do Mamanchic , que quiere decir nuestra madre : porque á imitación' de su marido hacia oficio de ma-' dte eon todos sus parientes y va»* salios. A sus hijas llamaban Coya por participación de la madre y no por apellido natural ^ porque^ este nombre .Coya per tcneda. sola-* > mente á la reyaa. A las £Oncubir: ñas del rey que eran de sa pairen^? tela 9 y á todas las demás mngerea de la sangre real llamaban Palla, quiere decir muger de la, sangre real. A las demás cóacitbsna^ del rey que eran de las estrangeras y no de su sangre llamaban Maoiaett- Aa. t que bastarla decir matrona^ Iff2 HISTORIA GEMSRAL mas en toda sn significación quiere* decir muger que tiene oUigacion de liacer oficio de noadrt. A las iofan* tas hijas del rey, y k tedas las de« mas hijas de la parentela y saagre zeal llamaban Nusta , quiere decir doncella de sangre real ^ pero era con esta diferencia, que á las legitU mas en la sangre real decian llana« mente Nosta, dando á entender que eran de las legitimas en sangre. A las no legítimas en sangre llamaban- con el nombre de la provincia de donde era natural su madre , comO' decir , Colla Nusta , Huánca Nus- ta , Yuca Nusta , Quitu Nusta y aei de las demás provincias. Este* nombre Nusta lo retenían hasta que se casaban , y casadas se lla- maban Palla. Estos nombres y renombres da* ban á la descendencia de la sangre real por linea de varón ; y en faU ^mdo esta linea , aongue la madre DEL VBRt^. * 173 fílese parienta del tty^ qae mu^ chas veces daban Jos reyes parlen- tas suyas de bis bastardas por ma^ geres á grandes sefiores , sos hi- jos é hijas no tomaban de los ape- llidos de la sangre real , ni se lla- maban Incas ni Pallas, sino del ape- llido de sus padres , porque de la descendencia femenina no hacían caso los Incas, por no baxar su san- gre real de la altesa en que se te- nia : que aun la descendencia mas« calina perdía mucho de su sét real por mezclarse con sangre de muger estrangera y lio del mismo linage, quanto mas la femenina. Cotejando ahora los unos nombres con los otros veremos , que el sombre Co- ya , que es reyna , corresponde al nombre Capa Inca , que es solo sefior ^ el nombre Mamanchic, que es madre nuestra, corresponda al nombre Huacchacúyac , que es amador y bienhechor de pobres^ 4 74 HISTOHIA GBNERAL el noisbfe Nasta , qoe es infanta, •corresponde al nombre Auqui, y el nombre Palia, que es muger de la ^aaogre real , corresponde ai non»- bre Inca. Estos eran los nombres reales j los quales yo alcancé y yi llamarse por ellos á los Incas y é lasrPallas, porque mi mayor con- Tersacion en mis nifieces fue con -ellos* No podían los Curacas , por grandes señores que fuesen , ni sus mttgeres ni hijos tomar estos nom«- bres^ porque solamente pertenecían t los de sangre real , descendientes de varón en varón : aunque Don Alonso de Ercilla y Zufíiga en la declaración que hace de los voca- blos indianos , que en sus galanos versos escribe , declarando el noai* bre Palla , dice que signiñca sefio» xa de. muchos vasallos y haciendas: dicelo , porque quando este caba- liero pasó allá ya estos nombres In« ' y PaUa en muchas personan andaban i na puestos impropiamente, porque los apellidos ilustres y he<- roycos son apetecidos de todas las gentes por bárbaras y baxas que ^ean ; y asi no habiendo quien lo .estorve , luego usurpan los xneí- jor^s , como ha acaecido en mi tierra. •r CAPÍTULO xxvn. ' Idolatría de la Segunda edad: . ' • Su origen. JLia que llamamos segunda edad y iaidolatria que en ella se usó, tus vo prfncipio de Manco Capac, Inca; Fue el primero' que levantó la mo- narquía de los Incas reyes del Pe-^ rá , que reynaron por espacio dé mas de quatrocieocos afíos , aunque el P. Blas Valera dice que fueron mas de quinientos y cerca de seis- cientos. De Manco Capac hemof 17^ HISTORIA 6BNERAL dicho ya quién fue y de dtede vino, cómo dio principio á su im- perio 9 y la reducción que hizo de eqneiios Indios sus primeros vasa- llos , cómo les ensefió á sembrar, criar , á hacer sus casas y pueblos, y las demás cosas necesarias para el sustento de la rida natural , y cómo su hermana y muger la rey- na Mama Oello Huaco eoselSó á las Indias á hilar , tezer, criar sus hi- jos, á servir á sus maridos con amor, regalo, y todo lo dornas qne una buena muger debe hacer en su casa. Asimismo diximos que les ensefia- jon la ley natural y les dieron le- yes y preceptos para la vida mo« ral en provecho común de todos ellos, para que no se ofendiesen ea sus honras y haciendas, y que jun- tamente les ensebaron su idolatría, y mandaron que tuviesen y adora- sen por principal dios al- sol , per- luadiéndoles á ello con se hermo- DEt PERÚ. 177 sura y resplandor. Decíales qae úo en valde el Pachacanaac,. que es el ^Sustentador del mundo , le había aventajado tanto sobre todas las estrellas del cielo dándoselas por criadas , sino para que lo adorasen y tuviesen por su dios* Represen- -tábales los muchos beneficios que cada dia 4es hacia , y el que ulti* mámente «les habla hecho en ha- iierles enviado sus hijos , para que •sacándolos de ser brutos los hicie^ sen hombres ^ como lo hablan vis- to por experiencia y adelante ve^ fian mucho mas andando el tiea»< ]K>. Por otra parte los desengafiaba de la baxeza y vileza de sus ma- chos dioses, diciéndoles ¿qué espe^ ranza podían tener de cosas tan vi* les para ser socorridos en sus. ne- cesidadea , ó qué meroedes- haWae recibido de aquellos animiúes , co«- mo lo recibían cada dia de su pa- idiB jel sel i Mirasen , pues )Ia rutm B3 176 HISTORIA GSmSRAIi los desengañaba , que las yerbas, plantas « arboles y las demás cosas qae adoraban las criaba el sol para servicio de los hombres y sustento de las bestias. Advirtiesen la dife- rencia que kabia del resplandor y liermosara áal sol á la suciedad y fealdad del sapo, lagartija, escaeri- £0 y las demás savandijas .que te^ nian por dioses. Sin esto mandaba ique.Jas cazasen y se las traxesea delante : decíales que aquellas sa^ vandijas mas eran para haberles ns* co y horror que para estimarlas y hacer caso de ellas. Con estas tz* sones y otras tan rústicas , persua^ dio el Inca Manco Capac á sus pri^ meros vasallos á que adorasen al aól y lo tuviesen por su dios. ' Los Indios, convencidos con tos razones del Inca, y mixsho maa coa jos beneficios que les habla he^ cho , y desengañados con su propia ^itta^ recibieron al sol porsuDios^ y D&L PERÚ. 179 solo , sto compañía de padre ni her- iBaoo. A sus reyes tuvieron por hi- jos del sol y porque creyeron sinv- •pUcisimamente que aquel hombre y aquella mugerque tanto habian hecho por ellos eran hijos suyos tenidos del cielo; y asi entobces los adoraron por divinos , y des-^ ipues á todos sus descendientes, coa mucha mayor veneración Interiot y^ exterior que los gentDés anti^ guos, griegos y romanos* adoraron ¿ Júpiter , Venus y Ma^rte , &xi Pigo que hoy los adoran como én« tOnces , que para nombrar alguno de sus reyes Incas hacen primero grandes ostentaciones de adoración^ y si les repreenden qu> por qué lo hacen , pues saben que fueroa hombres como ellos y no dioses, dicen que ya están desengañados de stt idolatría ; pero que los ado-^ ran por los muchos y grandes be»^ iiefioios qQe4e ellos reclbier90,qu« «4 I So HISTORIA eSKEB-AX; te hubieron con sas vasallos como Incas , hijos del sol y ao meóos, ^ue les muestren ahora otros hom- bres semejantes que también los adorarán por divinos. Esta fue la principal idolatría de los Incas y la que ensefiaroa á sus vasallos , y aunque tuvieron muchos sacrificios , como adelante diremos , y muchas supersticiones, como creer en soefios, mirar en jigueros y otras cosas de tanta bur- lería , como otras muchas que ellos vedaron ^ en fin , no tuvieron mas dioses que al sol , al qual adoraron por sus eicelencias y beneficios ofr- turales , como gente mas conside- rada y mas política que sus ante- cesores los de la primera edad , y le hicieron templos de increíble ri- queza ^ y aunque tuvieron á la lu*« na por hermana y muger del iS0l, y madre de los Incas , no la ado- raron .por diosa , ni le ofrecldroa DK£ PBHÚ. l8l sacrificios, oi le edificaron tem- plos : tuviéronla en gran renera- cion por madre universal , mas no pasaron adelante en su idolatría. «Al relámpag;o , trueno y rayo tu- .vieron por criados del sol, como . adelante veremos , en el aposento que les tenían hecho en la casa del sol en el Cozco ^ mas no los tu- vieron por dioses , como quiere al* gnno de los Españoles historiador res i antes abominaron y abominaa ia casa ó qaalquier otro lugar del «ampo donde acierta & caer algüm rayo.. La puerta de la casa cerra- ban á piedra y lodo para que ja* mé$ eatrase nadie en ella ^ y el lu- gar del campo señalaban con mo- -^ jones para que ninguno lo holla- se. Tenian aquelloa lugafes por mal hadados , desdichados y mal- ditos : decian que el sol los había sefialado por. tales con su criado el layo. Todo.lo qiial.Ti yo en Coa^ 1 83 HlSTOniA GBNBRAC co, qae en la casa real qué fue les las abomkian todas por cosas del demonio ^ y los Españoles tampo* co advierten en pedir la noticia de ellas con llaneza ; antes las confir« man por cosas diabólicas como las imaginan: y también lo causa el no saber de fundamento la lengua ge« neral de los Incas , para ver y en- tender la dedudoD , composición y propia significación de las seme* jantes dicciones : y por esto en sns historias dan'otro nombreá Dios que es Tici viracocha , que yo no sé qod 1^2 HISTORIA aVWSnATi cfompuestos pueden pasar coaforiae á la significación Espafiola , como el Pachayackacher que qaieren que diga hacedor del cielo , significan- do ensefiador del mundo , qae pa- ira decir hacedor habia de decir Pn- <;harurac, porque rura quiere de- cir hacer 9 aquel general leoguage lo» admite mal porque no son su- yos naturales sino advenedisos ^ y también porque en realidad de ver- dad en parte baxan á Dios de la alteza y mage&tad donde le sube y encumbra este nombre Pachacamac, que es el suyo propio. Y para que se entienda lo que vamos diciendo es de saber , qué el verbo yácba significa aprender, pero añadiéndole esta silaba chi significa enseñar^ y el verbo rura significa hacer , pesa con la chi , quiere decir hacer que hagan ó mandar que hagan 9 y lo mismo es de todos ios demás ver- bos que quierau imaginar. Y asi coi* no aquellos indios 110 tuvieroa ttencion á coias e^pecalativas sino é cosas mateuales , asi estos sus verbos no significan ensefiar cosas espirituailes , ni hacer obras^ grsn^ diosas Y divinas, oonoo liaoer ^1 mondo., fice* 9 sinoiiíacer y ett-^ sefiar^ artes y ofioios' bazos y me-^ oánicea, obras que j>erteliecea b los hombres y no á la di^inidadj De toda la qual materialidad está muy agénaIa.sigidficacioii del nom« bre Pachacamac , que como se ha dkfaó qui^ne decir ef q¿e Itaeo cOí¿ el mundo universo lo que el alma con el cuerpo , que es darle ser, vi-- da, aumento y sustento ,'Aíc.'íPor lo qital consta claro la- iaipfwptodad^ de los nombres fluevafloentbi 4ttta>9 puestos para dárselos á X^lab^-^ han de hablar ñn la propia sígnÜ^ cacioá de aquel lenguagé porlaba^ zeza de sus significaciones'^ peftá: pofdese espetar ^nef coa el usoW TOMO X. I 194 BtlSTQBIA CBHS&AI^ vayan cultivando y recHúéBdose mejor ^ y^ adviertan los compone' dores á no trocar la significacios del nombre ó verbo en la composi- ción , que importa mocho para que los Isdios los admitan bien y no ha^ gan. borla.'de^lloSf principalmente en la ensefbiiza de la doctrina chris- tjana para lo qual se deben compo* ser , piero con mnch^ atención. CAPÍTULO XXIX» ir. ñni^níJos Inc$s una truz en luga/^ 1' . wgTao ios. «eyes Incas en el Qo^M-nna cruz de máinacA fina de ctíiAfb IllftncQ y encarnado que lia- 9)ao .-ftíiSpe cristalino , ca saben der cit de^de qué tiempo la tenian. Yo la -dexéel aiSo de mil quinientos y sesenta en ^a dacrisUade laiglen ^f Catedra^det^ju^lia ciudad , que la teoian colgada de «n clavo, a$ida con un cordel que entraba por un égajeío que tenia hecho en el alto ^ la Cabeza. Acuerdóme que el cordel era un orillo de terciopelo negro , qUiíá en poder de los Ih* dios tenia alguna asa de plata ó de wo, y quien la íacó de donde es- taíba la trocó por la de ^eda. Lá ütüz ira ^fñiátitáú ^ tan ancha como larga :' tendría de largo ^ 1 ^ Los, Espafiples q^apdo :g«af 10» %qfiell^ iiQperlal .ciudad^ié.bltíer; )epa (ep^lp: á fiu«t$tra «i^«Q9ti la^fHísieseii ^Buel inp^^q^^ be di^-. ^kq , no con mas orpa|o ,49l ^l(^ <^ ha leferido y que fuera mufjjv^i^ la pusieran en el aU«r nuiy^f «iiiy a4ar(iada.,4e oro y^ p^4fs^ prfi^Or sas , pi}e^ h^UarQn^ t«9tft de^tecbítr y aficioaar^n á IO0 lodUoi» 4 ai|e«T, tía santa iseUgion cQiiuSitsrípfo^ks cesas comparándolas 000 las. ane»- tras, como fue. esta cmz y of^raa que tuví^fOQ «a sus i9ye6,y.^pideaaa» ^sv mtMy^ aüegadae^ 41a ley:iaatu«? xal, que s^ pMdieran cotejaft eoa loe mandamieatos de nuestca sania ley^ y^üM laa obfas^miser¡co^dla, que las habo eár aqUellU gentilidad tttay -semejantes'coino «a adelante vere- mos. T porque es apropósito de It trm deieimbs , qae conde es fiotorio por aeá'%e usa^ar á I>i<>s y i 1% tcrut páraáfirtiiarlo^tt^dieetíasf et Jiiicio coHio faera de él , y muchos lo hacen sin necesidad de jarar sino del mal frbito hecho , decimos para tX)nñisFon éé los^tié M k> hace» ij'ue'ios Incas y tdéas la» nacione$ ^ 6ú imp^íri^ i^ iuplelÓÉÍ |amá^ -^úé cosa lira' jUfat -fids ttombte» ^deJ Pachacamac y del sol ya se ha dkho la veneración' y a^a¥amienta cdn que U» toteAb^m éá' la boca', que no los nombrabatí sfo^^para lKÍorárk>í. <^uand(x ^á^ióí^ftá al4. guR^testigo, porüiuy gráve'^üe ñie^ se el caso le déeia el juez 'en lu-^ gar de juramento j prometes decir verdad al^Inca? Decía el testigo ei i romeo». V«li4a Jl ^Ivciríe f mira meiitlni, m «albir parto «Igma do k> qoo ptsdt siao 9iiedtga< líaoa* neiite lo que sabes ea esto caso» Vol!PÍa el testigo 4 ratiieaise dif (át»á0 asi to.proiiiot94e veras* £n* Itoeos .deb^o de su prpmosa lo 4e»ibiin-de€ir4;odo io 900 #abia d^ hetho sin atajarle oi dacirle , no os pregaotamos os^^sino estotro, ai otra.i{osa>algujia. VM en averir guatíton dorpesi¿iopeia|*iianque ht^ hiwn Mrido «poertoí le ii«{ciao , di ids4^aaMPtatk> qiiOipasé 00 esta ^^^ deocia sia encubrir nada 4a lo quf luso ^ -^i^o quialquíei^a de los dos que^^SÍSproq,'y:9MiP d^pi» Ol tesr tígo > .dft maBera^q^i^ .pQs.ambas las -P^r te«cd qiie^ sabia on i favos jó^^.en .po9tra«.£l lesjtigo no- osaba aseatix ^ porque demás de ser aque« lia gente tioiidislma y muy reli* gioaa eit su idolairia, sabiía'que le batúaa d^ javerigyat^lar loontífa y BBK PEAÚ. 199 castigarle ligarosisimameote , que muchas veces era con muerte si el caso era grave : no tanto por el dafio que había, he^o oon su dicho, como por haber mentido al Inda y quebrantada su real. mandato qoe les niandaba que no mtntiesea. S»- Ua el testigo que hablar con qualh quiera juez era hablar coa él mis<- jno Inca, que adoraban >|fDr.dios ^ y #ste era el principal respetó qiie t«^ laian sin los demás jtam no mentiir en sus dichos. Después ^ue los Españoles ga^ naron aquel imperio sucedió un ca<* |o grave de muertas en una provia* cia de los Quechuas, £1 corregidor del G>cco envió allá un jaes que hiciese la averiguación, e) qual pa^ ra tomar el dicho á un curaca , que es sefior de vasallo» 9 le puso de-? lante la crux de su vara y le dixd que jurase 4 Dios .y i la cruz de decif verdad. Dixo el Üdio : aúa ftOO HISTOIUA GSmRAlL oo me han bantuado para jarair co» IDO jaran los christianos. Replicó «1 juez diciendo que jnrase por si» /dioses , el sel , la lona y sus Incaa Respondió el caraca : seaotros ao .tomamos esor nombres aino para adorarlos, y asi no me es licito ja« tar por elku. IKao el joes ¿qué sa« •tisfacciott tendeemos de la verdad de ttt dícbo sino ooa das alguna •paeada \ Restará mi'propaesa , dixo él Indio i y entender que hablo personalmente delante de ta rey^ pues vienes á kacer justicia en su nombre , que asi lo hsíciaaios cod nuestros Incas : lüas por acudir á la sati^accion que pides juraré por la tierra , diciendo que se abra y me trage vivo como estoy si yo mintiere. El juez tomó el juramen« to viendo que no podía mas , y le hizo las preguntas que convenian acerca de los matadores para ave- riguar quienes eran. El «curaca fue respondiendo , y quaodo vio que no le prégufKabBn nada «cérea de los muertos que hablan sido agre- sores de la pendencia dixo ^ que le destaMik déeir todo lo que sabia de aquel caso ^ pe^^úe diciendo una parte y callando otra entendía qu^ tuéntíía ,fy ^tíe nfl^hábitf diclio tú-* tera verdad cora^ao^h^biíi prome^ tido.'Y aunque el juez le dixo que bastaba que respondiese alo que H preguntaban di^xo , que noques ikba satísf^ho^iii'cuitiplia su prO'» -neta sin^ ^cia por • entero lo que ^os unos- y toá otros ^hicieron. £1 juez bizo su averiguación como me- ^ podo y sé volvió al Cozto, do»- díe«aiia6adaiitteíoii el «oloquio que coaió haber ten^a eon «!> eurabtf. I } - .ji ' : \'^ :«/ ;. ,;t t r • .. t. J f ^A>..tf V - *> - J í3 90t VI5TMM M^BAL JIfuQbps (üosei que la^ bis f criador ei xSfpaSghs impropiamente fií^léfian loca^ d^ioios mas largamente que atraa ^ dixo, que no tuvieron ioai dioses que al sol , al. qual adoraren exteriarmeate i hjoitfroiole tMiplor, ias paredes de altp á/haxo.i aforrar fdas oen planchas de lOca: oírecidre*- le sacxifíclos de muchas- cosaa; pre«- aentironle grandes 4ádi vas de ñau- xho oro« y de. rodas Jas cosas nías preciosas que teaian. en iignadceí"» jpiento de que éllaet lasibabtlt iladoc adjudicáronle por hacienda suya la tercia parte de todas las tier- ras de labor de los reynos y pro- vincias que conquistaron 9 cose- ^^ de ellas , é inqumeraUe gana- do i hiciéíonle casas de gran claa sura y recogimieato pata mugeres dedicadas á él , las quales guarda*, ban perpetua virglaldad. Demás del sol adorarofi al Pa-* chacamac , como se ha ciicho, iote- riormente por Dios no conocido. Tuviéronle en mayor veneración que al sol ; no le ofrecieron sacri* ficios ni le hicieron templos^poro que decían que no le conocían por- que no ^e habla dexado ytr^ empe- ro que creían que lo liabia» Y en su lugar diremos del templo famoso y xiquisiipo que hubo en el valle llama- do Pachacamac dedicado á efte Dios 90 conpcido. De maniera qu^.los In^* .cas no adoraron mas dioses que los dos que hemos dic^o « visible é in? visible , porque aquello^ principes y sus Amautasi que eran los filósofpf y doctore^ -de «m^ república, con ser gente tan sin enseñanza de letras, que nunca las tuvieron ^alcs^nzaron »4 404 HISTORIA GBNB11A£ que era cosa indigna y de macha afrenta y deshonra aplicar honra, poderla I nombre , fama 6 virtud divina á las cosas inferiores del cie- lo abaxo j y asi establecieron ley y mandaron pregonarla para que en todo el imperio supiesen qne no hablan de adorar mas de ai Pacha- camac por supremo Bios y Se- fior , al sol por el bien que hacia t todos, á la luna venerasen y honrasen porque era su muger y hermana , y á las estrellas por da- mas y criadas de su casa y corte. Adelante en su lugar tratare- mos del dios Viracocha, que fue una fantasma que se apareció á un prín- cipe heredero dé los Incas , dicien- do que era hijo del sol. Los Esps- fióles aplican otros muchos dioses á los Incas , por no saber dividir los tiempos y las idolatrías de aqu¿: íla primera edad y las delasegun^ ■*« > y también por so saber la pro*- (>i€d«d del lenguage , para sabor pedir y recibir la relación de los Indios ) de cuya ignorancia ha na^ tído dar á los Incas machos dioses ó todos los que ellos qoiiaron á los , Indios que sujetaron ¿ su inaperfit^ que ios tavieron tantos y tan es* trafios como arriba se ha dicho. PaN ticttlar mente. nació este engallo de no saber los Españoles las muéhtift y diversas significaciones que tiene este nombre huaca ; el quál , pro¿ nunciada la última silaba en lo altó del paladar, quiere decir, ídolo co-^ mo Júpiter , Marte , Venus y es nombre que no permite que de él se deduces verbo para decir idola^ tftr. Demás de esta primera y prfi»^ cipal significación ti^ne otnls mú^ chas , cuyos ezemplos iremos po^ niendó para que se entiendan mejor: quiere decir cosa sagrada,como eraá todas aquellas en que el demonio les hablaba : esto es , los ídolos, las %0é BISTOklü CBHBftAS f9ád$ i fnedras grandes 6 árboles CA que el enemigo entraba para ha<* caries creer que eraDlos, Asimis* IDQ Uaman huaca á las cosas que liabian .ofrecido al sol 9 como figu- fas de hoasbresf aves y animales hechas de oro 6 de plata , ó de pa- lo , y qualesqttiera otras ofrendas las quales tenían por «agradas, por* ^ttjslas babia recibido el sol en ofuenda y eran suyas; y porijue lo Cf an las (enian en grfin veneración* ;Xainblen Uaman huaca áqualquie- ra templo grande 6 chico , y á los sepulcros que tenian en ios campos ^ los ri^jcones de las casas, , de don- do el demonio hadaba á. los sa- cerdotes y á ptros particulares gue irafahan con éi familiarmente; los iguales rincones tenian por Jugares aantos , y asi los respetaban como á. un pratprio ^ santuario. También dan. el aiísmo nombre á todas aque« lias, cosas- que en hermosura ó en .. BES. FSRI^t . 907 ^oeleoda sc^ ayentstjao de las otrm de su especie, como uoa rosa , num^ zaoa 6 camuesa , ó «jual^uiera otjcn fru.ta que sea mayor y mas be^mo? s« que lo^as Us de. so árbol ^ y ^ los árboles que baceo la misma veo* taja á los.de ^u ^especie le dan e| mismo sombre. Por el contrario Ua^ man buaca ^ laf^ cosas muy f^as y monstruosas que causan horror y ^pi^bfp^ y ^si daban este .nombif ¿Jas jqul<;bra^f^;ande6 de los Anti^ gu9 sofk.4^ á vqipt^ y cinco y 4« á tr^nCf^pies de largo. También llar man huaca á.las cosas qu.i^ ^]en da «u curBO natural , como á la muget 4que párcí doss d^ un vientre^ á I9 madre y ó Ipjb fpelUzos daba& este nombre ;por:ia. «s(r^^3b»del parc^ y nacimiento ; ^ te paridii sacaban por las. cjiUjjs. con: gr w £estaK y se- gocijo , y.ie p^pi^n. guirniadiis de flores v^n.gr:isdeii,b9iles y lM$«f ftoS HISTORIA GBlTBltAK iliciones lo temaban en cóátvario, quelJo^afmn teni^iido pot mai agüe- la los tales part y «si loege^ qne hablan subido lá cuesta oe des- cargabas ) y altando los' ojos si eie« lo , besándoos él eueio y hade»- do las mismas osventatlones-de ado^ Tacfonque ftrás4iximos.p»tfiioa»- brar arPacha^mac ','rtf|>etiaA do»¿ tres veces al dativo apeehecta , y en ofnsnda se • tiraban de liscejas^ y. qno; arrancasen algún petar ó no^ ]0 soplablin bácia dt oiekiry echa<* ban la yerba Uaniada enea > que Ue« yabaa en laiboca, qne>eálóa'itantd precian, como dictrádo-qne ie of re« clan lo mas -preciado que Jiev«bae$ y i mas no poder ni tener otra cosa mejor ofrecían' «algún palillo ó algu-* nas p8}aelas,ei las hallaban por all¿ ,1 > TOULZVmKÓ* 21^ eerca : y no las hallando ofrecían nn gttijiirrO( Condeno lo>hy>Íá echa* han ira pafiado de tierra , y de ei« tai'/ófciBilda^babí«>f candes nmoto^ aes en la»:.«Hfi&i!»6d cuestas. Mo miraban al sol qaando hacian ap^neUas^etftQiobiai^ ptffui no^ta la adoraooft'á él^sino^^al 'Páahaca-* me 9 y laat»frettdaa3nas, eran .se- tales, de sns afiaftCosjqaé'iiOrOima^ daa^{p(Siqiifthie*«otMdéan ^ae co^ sas -taoLvUes. A* jam i^sjtt oíjpecerw Da (todo le qnal ley jresiágft^qae i» Ki ; caemando .coa btes 'muchas ve^ cet., y mus difo que ño lo hadatir loa Jddiaa^tte 4bAit ¡desoacgados st-^ «^lAt^qitoSletabaácaxgca. Akoñ'en estO!S^^ieinpoa,Toria a^sariairdia de Dios, en io aleo de.aqcaéUaa enastas tienen puestas xruioes, que adofan ^n haciraiento. .de. gtaelaa de Jbahtf satea í cectamcado .Obriate se 4' HISTOSIA' 6«n&AK CAFÍtULO XXXL OtrmsfimeinuixosM qit^^^égmficm t? - ' •• • -^ ^^- ÜJSta IDÍ9flMl ditciofi lM«Ct , f>IO* Húádadá lá ultima silftbien lo mas interior de la «garganM s^ tece ▼ecbo:9^'qiiiefet d«cir l]orai^,.por loqoal dos^Micorí«déf^'Bkrpti«^ les qae no spplerort ¡éitá 'diteeiH «ia, dsxtroil 9 los lodida entrao^UcM raado y guayando en sus^ teaplea á' sus Sacrificios , qné 'httacn esi> qaiere dechr : habiendo iMBlil diÑi-^ yeneia de e^td' slgni^cádo-^orar.á los otnos , y tiendo el tuiO'- verbo y.el'otco ^nombre t verdad es que bi diferente significación coasiste solamente en la ^diferente pronon* cttttio^,üfl:m«day' letra tácacen^ to, qué la ultima silabare hl uni dicción se pronuncia en lo alto del ptltdtr 9 y la de la otra en lo in- teríor de la garganta^' De la qaal pfODDDciaGíoa t y de todas las de« ms qae aquel teogoage cieae , oo liaceo case algniie' los Bspafioles por curiosos que seu, con impor* talles taeta ti saberlas , porque ao las tiene ^ leoguage £spafiol. Véase el descuido de ellos por lo que mt pasó. con un religiosa dooiioico que ea eLPerá iialna %i-s do qi»rro añOs! x^tedrátíco éc la l#ogaa general 'de aqueL imperio^ el qual por saber que yo era nato* ral de aquella tierra , me comuni- có , y ye íe* visité mochas ▼eces ep Sao'PaUo de Córdobas Acaeció ^e un día baldando de aquel leu** guage, y de las muchas y diferen^ tes signÜícaciones que bnos ods^ mos TOcaUos tienen , di por ezern-^ pío este iMNDbre.padia'^e-., '^fó^ aoneiado Uanadiente ieii slgtiiffea ti cielo, Ift tierra, el infierno y quai- quiera saelo: dizo entonces el fray« le. , pues también significa ropa de yeitir, el ajuar y miiebles de casa: yo düe. es verdad ^ pero digame y. P* 2 qué diferencia hay en la pro- nunciación' que signifique eso ? di* xome , ne la sé : respondile , ha- biendo sido maestro en la lengua t-ignorá tA^'*. Pues sepa qué para que signifiqué ajuaró ropa de ves* tir , han de ^conundar-la^ primera silaba apretando las labios , y rom- piéndolos con el aym de la vos, de. manera. que suene el romperlos; y le mostré la pronunciación de e^- te jaombre y otros nfwu v^e , que de otra, manera no se puede ense* fiar. De lo qual el catedrático y los demás religiosos que se hálla- te á Ja .plática se admiraron mu- ^bo^ En. lo que se ha: dibho se ve iMl^miQttte quenco igaoraa los Es* J yuSoles los secretos de aquella Jeo* gua , pues este religioso con habet sido maestro de ella no los sabia^ por do vienen á escribir muchos yerros interpretándola mal , como decir que los !^cas y s.us yasallios adorabais por dioses todas aquellas qosas qjue Uaman huaca, m sabáenv do las diversas significaciones que tiene. Y esto baste de la idolatría y dioses de los Incas , en .la qual idolatría y en. la que s^ies de ellos hubOy son muelvo de estimar aque<« Uos Indios f asi los de la segunda edad como los de la primera , quo en tanta diversidad y tanta burle* rJg dOi dioses como tuvieron , niB adoraron ios deleytesni los vicios^ como Ips de la antigua gentilidad del naundo viejo qne adoraban á los f ue ellos confesaban por adúlteros» homicidas., borrachos , y sobre to« do al Priapo , con ser gedte qae presumía tanito'de sos* letras y sa- XOMO I. K 3 1 8 HISTORIA GBKSRAL ber, y esta otra taa agena de todA boena ensefianza. £1 Ídolo Taogatanga que un au- tor dice que adoraban en Chuqai« taca , y q«e lo» Indioa decían que eo uno eran trea y en tres uoo^ yo so ture noticlv de tal idolo , al en* el general lénguage del Peri hay tal dicción i quíaá es del par- ticular lénguage de aquella pro- vincia, la- qual está ciento y ochen-* to leguas del Cosco. Sospecho que el nombre est¿ corrupto, porque los £spafioles corrosipenF todos los mas que toman en boca j y que ha de decir acatanca , que quiere de- cir escaravajo : nombre con mu^ sha prepíedftd compuesto de acá,- 4ue es estieixol , y de este ver-^ bo tanca, pronunciada Ist ultima silaba en lo interior de la gai^anta, que es empujar. Acatanca quiere decir el que empuja el estiércol. Que en Chuquisaca en aquella tarimera edsid 7 antigua gentilidad antes del imperio de ios reyes In« cas lo adorasen por dios , no me espantaría^ porque, como queda di- cho , entonces adoraban otras co-« sas' tan viles ^ nías no después de los Incas que íás prohibieron toa- das. Que digan los Indios que ed uno eran tres y en tres uno , es in« ▼éneioa hueva de ellos, que' la hait heoho^ despbeft que hün dido la tri- nidad y unidad del verdadero Dios, traestro Sefior, para adular á los £s- páfióles con decirles que también ellos tenían algunas cosas semejan- tes á las de nuestra santa retlgioii tomo ésta y la trinidad , que el mismo autor dice que daban al sol y al rayo , que tenían confeso* res , y que confesaban sus pecados como 1q9 Cliristianos. Todo lo quU es inventado por los Indios , coii pretensión 'de qué siquiera por se- inejanza se les haga alguna corte- xa a a d HISTORIA 6BNSR AL sia. Esto afirmo como lodio qum conozco la nataral condición de lo< Indios : y digo qoe no tuvieron Ídolos cop nomjbre de trinidad ^ y 9ttnque el general iengaag^ del Pe- rú , por ser tan cQr^Pi.de. voca- blos , comprehende en jaoto coq folo uno tres y quatro cosas dife- rentes como el nombre illapa , que poipprehende el relámpago,, true* no y rayo , y este n^bre maqui, que es mano, cqmprel^ende Is^ ma«f jno , la tabla del brazo y el molle- do : lo mismo es del nombre cha- qui , que pronunciada llana mente pomo letras castellanas, quiere de- cir pie , comprehende el pie , la pierna y el muslo ^ y por el seme^ jante otrqs muchos nombres que pudiéramos traer á cuenta^ mas no púr eso adoraron ídolos con nom- bre de trinidad, ni tuvieron ta,) nom- bre en su ienguage como adelante vexéwos. Si eldeiponio pretendía / Incerse adorar debaxo de tal nocn-^ bre, no me espantaré ,'qae todo lo podía €00 aquellos infieles idola- tras tan alejados de la chrtstiana verdad. Yo cuento llanamente lo que entonces tuvieron aquellos geft-^ tiles en su vana religfoo. I>ecifiio9 también que el misooo nombre cha- qui , pronunciada la primera silaba ea lo alto del paladar «e hace ver« bo , y significa haber sed , estae seco ó enjugarse qualquiera . cosSi mojada , que también son tjres si^ aificaciones en una palabra. • CAPÍTULO xxxn. £0 que un autor dice de los dioses que fenián, Jbin los papeles del P. M. Blas Valera hallé lo que se sigue , que por ser á proposito de lo que he- mos dicho , y por valerme de su aiuoridad holgué de tomar el tra- aaa histoaia obkskai; bajo de traducirlo y sacarlo aquí. Dicelo hablando de los sacrificios que los Indios de México y de otras reglones haciaa » y de loa dioses que adoraban^ rdice asi : No •e puede explicar con palabras^ ni kni^ioar sin horror y espanto qeáa contrarios á religión, quán terribles, crueles é inhumanos eran los géneros de sacrificios que los Indios acos* lombraban hacer en su antigüedad, ai la multitud de los dioses que teaian , que solo en la ciudad de México. y sus arrabales habla mas de dos mil. A sus ídolos y dioses llaman en coaiun teulr : en parti- lar tuvieron diversos npmbies. £m- pero lo que Pedro Mártir, el Obis- po de Chiapa y otros afirman de que los Indios de las islas de Cu- súmela , sujetos á la provincia de Yucatán , tenían por dios la sefial de la cruz , qué la adoraron y que \o$ de la jurisdicción de Chiapa- tuvieron noticia de la Santísima Trinidad y de la Encarnacicn de nuestro Sefi(jr « fue interpretación ^oe aquellos .autores y otros Espa-r Soles ino^lfiaf^t^y apUquron 4 estos ' misterios : también como apHcarOA en las historias del Cozco á la trioi» dad las tres estatuas del sol que dicen que habia en su templo, y las del trueno y raya^i el dia de hoy ^ coa haber habido tanta enseñanza de Sacerdotes y Obispos, apenas sabef» si hay Espíritu Santo | cómo pu* dieron aquellos bárbaros en tioie-* ellos querían saber. Los Farautes por no teaer entera noticia dé las cosas .antiguas y por no saberlas de me- 994 HYSTO&fA OBKBHAE moría , ias decían faltas y menos- cabadas , ó mezeladas con fábulas poéticas ó hffitoríaa fabulosas ^ y lo peor ^ue en ello había , era le 'f>oca Botiola y mucha falta que ca- da uno de ellos tenia del lenguage ^el otro para entenderse al pregun- tar y responder, y esto era por la mucha dificultad que la lengua in- diana tiene , y por la poca ense- ñanza que entonces tenían los In- dios de la leDgaa-casteilaa^: lo qual era causa que el Indio entendiese mal lo que el Español le pregun- tabftt y (&1 £spa£ol entendiese peor lo que el Indio le respondía. Be manera que muchas veces enten- día el uno y el otro en contra de las cosas que hablaban. Otras mu- chas veces entendían las cosas se* mojantes y no las propias 5 y pocas veces Jas propias y verda-' deras. £n esta confusión tan gran- ^^ 9 «^ sacerdote ó seglar que las r SSX. -VWBJÚ* a 2 $ frégttfitaba , tonaba á ¡su gusto y eieccidn lo que le pai^icia mas se* aaejaate y mas -allegado á lo que deseaba rsabsr. y lo que imaginaba que podria haber re^poodldoel hk* ého. Y. asL ,. interpietáiidolas á a« HDag^aacioo y. -antojo , escribieroii por Verdadee cosas que ilot In- 4ios^ no sofiaroa : porque de las his- torias Verdaderas de ellos no se puede sacar mistfrriaalgttno de núes-* tta religión christíana.* Auoque no hay duda sino que el démomOf cor Bió tan soberbio , haya procurado siempre ser tenido y honrado co-. »o Dios , no solamente ^en los ri- tos y eeiemonias de la gentilidad, mas también en alguna» costumbrea de la religión christiaoa , Ms qtta:«> les , como mona envidiosa, ha in- tffOditcido en muchas regiones de las Indias para sex por esta via hon- tado y estimado de estos hombres y, de. aquJLi ea, .que ea« 8S6 HISTORIA ñmmmR Alt una reglón $e nsabt la: éonfestos vocal para limpiarse de los delitos: en otra labar la C2^>esa á los ni* fios : en otras proTincías tener aya-» nos aspeiüstfliios^ y en otra^ qae de Éú ¥ol»ntád se úh^dánA la aiuérce {K)r stt falsa religión ;.para que co- mo en -el mundo yiejo los £eles christiános se ofiecion al martirio por la fe católica ^ asi también eo nuevo mundo' los 'gentiles se -ofrO'* olesen á la muerte por el malvado demonio. Pero lo que dicen que leona es Dios Padre , Bacab Dios Hijo, Estruac Dios Espíritu Santo^ que ChírlpHi es la Santísima Vir«> gen María ., Ischen la Bienaventu^ rada Santa Ana ,-y que Bacab muer^ to' ppr Sopoco , ts Christo nuestro Sefior -crocificado por Pilato , todo esto y otras cosas semejantes son invenciones y acciones de algu- nos Españoles qne los naturales totalmente las ignoran. Lo cierto. es que éstos fueron hombres y mu* geres que los naturales de aqtie* lia tierra honraron entre su dioses, cuyos nombres' eran estos que se han dicho , porque los Mexicanos tuvieron dioses y diosas que ado- raron : entre ellos iiubo algunos muy sucios , los quales entendiao aqueUos Indios que eran dioses de los vicios, coóné fue TlaeoHeult d¡09 de la Ittzuria , Ometochtli dios de la embriaguez , VitcÜopuchtli dioi de la milicia 6 del homicidio. leona era el Padre de todos sus dioses: decian que los engendró en diver-*- sas mugeres y concubinas : tenían*^ íe por dios de los padres de fami-** lias. Bacab era dios de los hijos de familia. Éstruac dios del ayre. Chi«. ripia era madre de 4os dioses , y de la tierra misma. ^Zschen era ma- drastra de sus dioses. Tlaloc dios de las aguas. Otros dioses honra- ban por autores de las virtudes. «4 ü%9 HISTORIA GBNBltAC morales , como fue Qaexalcoatht dios aéred, reformador de las cos- tumbres. Otros por patrones de la vida humana , por sus edades. Tu- vieron inumerables imágenes y fi- guras de dioses, inventados para di- versos oficios y diversas cosas Mu-> chps de ellos eran muy sucios. Unos tuvieron en común , otros en particalar. Eran afiales, qué ca- ^ da afío y .cada uno los mudaba y trocaba conforme á su antojo , y desechados los dioses viejos por infames , ó porque no habian sido de provecho , elegiao otros dios^es ó demonios caseros. Otros dioses tuvieron imaginados para presidir y dominar en las edades de los ni- fios , raozo^ y viejos. Los hijos po- dían en sus herencias aceptar ó re- pudiar los dioses de sus padres, porque costra la volunta4 de ellos so les permitían reynar. Los vie- jos honraban otros dioses mayores J3XL TBBLV» tS9 y tamibien los desechaban 9 y ea lugar, de ellos criaban otros en pa- sando el afío ó la edad del mundo que los' Indios decían. Tales eran los dioses que todos los naturales de Mézldo , de Chiapa , de Gua* tímala , los de la Vera Paz y otros muchos Indios tuvieron , creyeodo que los que ellos escogían eran los mayores, mas altos y soberanos de todos los dioses. Los dioses que adoraban quando pasaron los £spa^ fióles á aquella tierra , todos er^n nacidos, hechos y elegidos después de la renovación del sol en la ultima edad , que según lo dice Gomara^ cada sol de aquellos t^ontenia ocho«« cientos y sesenta afios , aunque 'se-> gon la cuenta de los mismos Me- xicanos eran muchos menos. Esu manera de contar por sples la ^dad^ del mundo , fue cosa común y usa-rr da entre los de México y del Perúo Y ssgun la cuenta de 9II0& , los fljO HTSTORÍA GEMfiRAC afios del ultimo sol se cuentan des- de el afi'o del Señor de mil qua- renta y tres. Conforme á esto na hay duda sino que los dioses anti- guos , que en el sol ó en la edad antes de la ultima adoraron los na^ torales del imperio de México ^ quiero decir, Jos que pasaron seis- cientos 6 setecientos afios antes, todos según ellDS mismos lo dicen/ perecieron ahogados en el mar , y tú lugar de ellos inventaron otroj muchos. De donde manifiestaroen-» te se descubre ser falsa aquella interpretación de leona , Barac y £struac , que dice que eraa el Pa-' dre, el Hijo y el Espirita Santo. Toda la demás gente que liabita en las partes septentrionales que cor- lesponden á'las regiones septentrio- nales del mundo ▼iejo , que son las provincias de la Gran Florida y to- das las islas , no tuvieron ídolos ñ dioses hechizos , solamente ado* HIÉL VERÚs %it araban á los que Varroa llama na- turales , esto es , los elementos, la mar ^ los lagos , tíos , fuentes, montes , animales fieros , serpien- tes, las jnieses y otras cosas -de es* te jaez. La ^ual costumbre tuv^ principio y prigen-de Jos Caldeos, y se derramó por mochas y diversaa naciones. Los que comían carne hu^» nana, que ocupaxon todoel^imperio de México ^ todas las islas, y mo« cha parte de io& términos del Perú,- ';gaaniaron bestialisimamente esta mala eos tañare basta «que rey nar- ren los Incas y los £spafioles. Toda estoes del'P. Blas Valera. £n otra parte dice «qae Jos Incas no adoran ban sinocal sol y ¿ los planetas , y «gue eo esto imitaron' á los Caldeos. 93' HISTORIA GSimjlAS CAPÍTULO XXXIII. Alcanzaron la inmortalidad del anima y la resurrección universal. T, uvieroQ lof loca» Amaotas que el hombre era compuesco de ciier« fo y anima , qae el aiúma era espirico iomortal , j qae el cuei «i po era faecbo de tierra , porque le yeian convertirse ea ella, y asi Je Uaman allpacamasca, que qotete de- cir tierra anhnada ^ y para dlfe«- Tcmclarle de ios brutos le llaman xana , que es hombre da entendí*' miento y razona ,. y á i^s brutos ea coman dicta llama, que quiere de*; cir bestia.. Dieroaies lo queliamaai anima vegetativa y sensitiva , por« que les velan crecer y sentir , pero hq la racional. Creian que habia otra vida después detesta, con pe- na para los malos y descanso para - JÜBI, PERt}*. a ^ J los buenos. Dividían el universo ea tres mandos: llaman z\ 4;ielo hanan pacha, que quiere decir mundo al- trO, donde decían que iban los bue- nos á ser premiados de sus virtu- des : llamaban hurin pacha á este mundo de la generación y corrup-» cien, que quiere decir mundo bazo; Uamaban ucu pacha al centro de la tierra , .que quiere decir mundo inferior de allá abaso , donde de- cían que iban á parar los malos ; y para declararlo mas le daban otro nombre , qne es cupaypa huacin^ que quiere decir casa del demonio. No entendían que la otra vida era espiritual sino corporal como esta misma. Decian que el descanso del mundo alto era vivir una vida quie* ta , libre de los trabajos y pesa- dumbres que en ésta se pasan. Y por el contrario , tenían que la vi- da del mundo inferior , que llama- • moa infierno , era llena de todas 334' HISTORIA CEKIE'RA'L las eofermedades , dolores , pesa- dumbres y trabajos que acá se ps»« deceO) sin descanso ni poncento ai« gano. De manera ^ue esta misma vida presente dividían en dos par- tes : daban todo el regalo , desean* so y contento de «Ha á los que ha-* bian sido buenos, y las penas y tra- bajos á ios que hablan sido malos. No sombraban los deleytes «amales ni otros vicios entre los gozos de la otra vida , sino la quietud del ani- mo sin cuidados , y él descanso del cuerpo sin los trabajos corporales. Tuvieron asimismo los Incas la resurrección universal , no para gloria ni pena , sino para la misma vida temporal , que jio levantaron el. entendimiento á mas que esta vida presente. Tenían grandísimo cuidado de poner en cobro ios ca* bellos y ufias que se cortaban , tres- qnilaban ó arrancabaii con el pey«> ne : poníanlos en los agujero^ ó res-. juicios de las paredes j y si con ei tiempo se caian , qualqulera otro Indio que los vela los alzaba y po- 9ia á recaudo. Muchas veces, pos ver lo que deciai) » pregunté á di- versos Indios y en diversos tiem- pos para qué hacian aquella, y to* dos me respondían unas mismas pa- labras , diciendo : sábete que todos los que hemos nacido hemos d^. volver á vivir; en el mundo, no tu- vjeron verbo paiFi decir resucitar» y las animas se han de levantar d« las sepulturas con todo Ip que fue de sus cuerpos 9 y porque las nues- tras» no^ se. 'detengan huscando suS' cabellos y4i&as.,:que ha 4e l^beit aquel lapdo de; ^3^ HISTORIA CBiriíRAX; los entierros que á los reyes y á lod grandes señores hflcian en el Perú) dice estas palabras , sacadas á la le- t/a : Qttando Españoles abrían estas sepulturas y desparcian los huesos, les rogaban los Indios que no lo hi'^ ciesen, porque juntos estuviesen al resucitar : cá bien creen la resur- rección de los cuerpos y la in- Biórtalldad de las almas &c. Prué- base claro lo que vamos diciendo,'' paes este autor con escribir en Es* paña sin haber ido á Indias , al« canzó la misma relación. £1 Con- tador Agustín de Zarate , libro prí-* ñero , capitulo doce , dice eo esto casi las mismas palatois de Goma- ra , y Pedro de Ciesa ,- capitulo sesenta y dos , dice : que aquellos Indios tuvieron la importalid^d del anima y la resurrección de los cuer- pos. Estas autoridades y la de Go* mará hallé leyendo estos autores, después de haber escrito yo lo que este particular tuvieron mis pa<* Tientes en su geatilidad : holgué muy mucho con ellas, porque co- sa, tan ageoa de gentiles como. la re- f urrecciotn piírec^rla invención mia oo habiéndola escrito algún £spa<« £ol. Y. certifico que las hallé después de haberlo yo .escrito ^ porque se crea que en ninguna cosa de estas ^igo i los Espafíoles, sino que qqian* ^ ¡09 hulla huelgo de aleg:irlos en eon£smac¿on de lo que oí á los ji^ips. de su antigua tradición. Lo inismo me acaeció en la ley que ^abia c(>ntra los sacrilegos y adúl- teros con las mugeres del Inca ó del- sol, que adelante veremos, que después de haberla yo escrito la Italia acaso leyendo la historia del «contador general Agustín de Zara- te , con que recibí muoho coméis to por. alegar jji i^i caso un grave ^ .historiador. Español; Cómo ó M9F^ ^ tradición t^yji^en los Li- 7 S 3 S HISTORIA (^BKBR Alf cas la resurrección de los cuerpos, tiendo articulo de fe , no lo sé , ni es de un soldado como yo inqui- rirlo , ni creo que se pueda ave- riguar con certidumbre hasta que ^1 Sumo Dio» sea servida manifes*^ tarto : solo puedo' afirmar con ver- dad que lo tenian. Todo este cue»* to escribí en nuestra historia de la Florida , sacándola de su lugar por obedecer á los de la Coinpa&ia de Jesús , Miguel Vázquez de Pa« dilla, natural de Sevilla , y Gero* nimo de Prado , natural de Ubeda que me lo mandaron asi, y de alli lo quité f aunque taVde , por cier- tas causas tiránicas, ahora lo vuel- vo á poner en sii puesto porque no falte del ediicío piedra tan princi- pal : y así iremos poniendo otras como se fueren ofreciendo, que no fes posible contar de una vez las ni5eriks ó ' burlerías que aquellos Indios^ iñWenm , qut una de ellas fue tener que el alma salía de) cuer< po mientras ét dormía; porque de«* cian que ella no podía dormir , y que lo que veia por el mundo eran las- cosas que dectnios haber soba- do. Por esta van» creencia miraban tanto ei> los- suefios y los interpre** taban , diciendo' que eran agüeros y pronósticoa para conforme á ellos temer mucho mal 6 esperar macho liieo.. CAPÍTULO XXXIV. Co^as^ que sacfificahan al soL L os:sacrlficios que los Incas ofre« cieron al sol fueron de muchas y diversas cosas j cpmo animales do* ftiésticos, grandes y chicos. £1 sa« crifícto principal y el mas estinsa* do era el de los corderos , luego el de los cameros , y luego el de lu •veja» machorras. Sacrificaban cov 94P HISTORIA OBHSRAX^ nejos caseros j todas las aires q«e eran de comer , se^K) á solas , y todas las mieses y legumbres , has* ta la yerba cuca y ropa de vestir de la n»uy fina. Todo lo qiial que- mabao en lugar de incienso , y lo ofrecían en hacimíento de gracias de que lo hubiese criedo el sol pa** Ta sustento de los hombres. Tam- t>ien ofrecían en sacrificio mucho brevage de lo que bebían , hecho de agua y maiz , y en las comidas ordinarias quando les traían de be- ber después que habían comido» que mientras comian nunca bebían^ á los primeros vasos mojaban Ja punta del dedo de eomedio, y mi* Vindo al cielo con acatamiento^ desi peidian del- dedo , como quien da papirotes , la gota del brevage que eft di se les hal>ia pegado , ofre-« ciéndola al sol en hacimiento de ^iiaci^s porque les daba de beber. biSQS al ayre que, jc^mo hemos di<* cho , era entre aquellos Indios se- lial de adoipacion. Hecha esta ofren- da ea los primeros vasos , bebían lo que se les antojaba sin n^as ce- remonias. . .Ss^a^üiUíiiia oeiremonia ó idola- ttia yo la vi hacer á los Indios no bautizados , que en mi tiempo aun hablar muchos viejos por bautizar^ y i necesidi^i yo bauticé algunos. ][>)B. manera que ^n los sacrificios laerqnkslnoas casi d deLtodose- mqantes á los Indios de la prime- ra edad , solo se diferenciaron en ^ue no sacrificaron carne , ni san- gre humana con muerte , antes lo abominaron y prohibieron, como el comerla , y si. algunos historia- dores lo han escrito, fue porque los relatores los engafiaron , por no dividir las edades y las provincias, donde y quaado se hacían los se- mejantes sacrificios de hoiQbres9 TOMO I. L d^2 HISTOitTA 'eiSSlán AT0 fidageres y xiiñós ^ y asi nü histd- ilador dice, hablando de los Incas, ^ue sacrificaban hombres ^ y nom- bra dos provincias , donde dice que se hadan los satarifíctos. Lft una es- tá poco menos de cien leguas del Cozco ,^ue aquella* ciúdad'era don- de los Incas hacían sus sacrificios; y la otra es una de' dos provincias de un misitao nombre , la una de las quales está doscientas leguas al sur del Cozco , y la otra Tñas de qaatrocientas af norte. De donde consta claro, que por no dividir los tiempos y los lugares ^ atribu- yen muchas veces á los Incas mu- chas cosas dé las que ellos prohi- bieron á los que sujetaron á su im- perio , que las usaban en aquella primera edad antes de los reyes Incas. Yo soy testigo de haber oido mas de una vez á mi padre y á sus con- temporáneos , cotejando las dos re- 2>BC PBRIÍ. d^i páblicas Méxi¿o y Perú , hablando en este particular de los sacrificios de hombres y del comer carne hu- mana , que loaban tanto á los Incas del Perú , porque no los tuvieron ni consintieron, quanto abominaban á los de México, porque lo uno y lo otro se hizo dentro y fuera de aquella ciudad , tan diabólicamen- te como lo cuenta la historia de su conquista, la qual es fama cierta aunque secreta que la escribió el mismo que la conquistó y ganó dos veces, lo qual yo creo para mí, porque en mi tierra y en Espafia lo he oído á caballeros fidedignos ^ne lo han hablado con mucha cer- tificación; y la misma obra lo mues- tra á quien la mira con atención, y fue lastima que no se publicase en su nombre para que la obra tu- viera mas autoridad, y el autor ' imitara en todo al gran Julio Cé- sar, L 2 a 44 BT8T0RIA OBNBRAS Volteado á los sacrificios, de- cimos que los Incas no los tavlé- roo , ni los consintieron hacer de hombres ó nifios , aunque fuese en enfermedades de sus reyes , como lo dice otro historiado^ , porque oo las tenian por enfermedades como las de la gente común : teníanlas por mensageros como ellos decían de su padre el sol , que venían á llamar á su hijo para que fuese á descansar con él al cielo , y asi eran palabras ordinarias que las decían aquellos reyes locas quando se que- rían morir : mi padre me llama que ine vaya á descansar con él , y por esta vanidad que predicaban', por- que los Indios no dudasen de ella, y de las demás cosas que ¿ esta se* mejanza decían del sol , haciéndo- se hijos suyos , no coosentian con- tradecir su voluntad con sacrificios por su salud, pues ellos mismos confesaban que los llamaba para qne descansasen con él. T estobas* te para que se crea que no sacrifi«> ' caban hombres , niños , ni mogere^ y adelante contaremos mas larga- mente los sacrificios comunes y par- ticulares que ofrecían , y las fies- tas solemnes que hadan al sol. Al entrar de los templos ó es* tando ya dentro , el mas principal de los que entraban echaba mano de sus cejas , como arrancando los pelos de ellas , y que los arranca-* se ó no, los soplaba hacia el ídolo en señal de adoración y ofrenda; y esta adoración no la hacían al rey sino á los ídolos ó árboles , ó otras cosas donde entraba el demonio á hablarles. También hacían lo mis-f mo los sacerdotes y las hechice- xas quando entraban en los rinco- aes y lugares secretos á hablar coa el diablo , como obligando aquella deidad, que ellos imagibaban, á que los oyese y respondiese , pues en 94^ HlftTOktA GBiriniAK aquella démotutracion le ofrecían sus personas. Digo qae también les ▼i hacer, esta idolatría. CAPÍTULO XXXV. táOS sacerdotes , ritos , ceremonias yieyes se atribuyen a¡ primer Inca, X uviéron sacerdotes para ofrecer los sacrificios* Los sacerdotes de la casa del sol en el Cozco todos eran Incas de la sangre real y para el demás servicio del templo eran In-* cas de los de privilegio. Tenían sumo sacerdote , el qual habia de ser tio ó hermano del rey , y por lo menos dé los legítimos en san- gre. No tuvieron los sacerdotes vestimento particular sino el co- mún. En las demás provincias don- de había templos del sol, que fue- ron muchos, eran sacerdotes los naturales de ellas , parientes de los sefioresde las tales provincias^ eoír pero el sacerdote principal, como obispo , habla de ser Inca , par^ que los sacrificios .y cerenionias< ^p conformasen con las del .metropo- litano; ca en todos los oficios pre^ jninentes de paz ó de guerra po- ülan Incas por superiores, sin qui- jar los naturales por no los desde- ñar y tiranizar. Tuvieron asimisr pxo Quichas casas de vírgenes , qu« unas guardaban su perpetua virginir d^d sifi salir de casa, y otras er^a concubinas del rey., de las quales diremos adelante mas largamente fie su calidad , clausura > oficios y ezercicios. . Es de saber que los rey^es In- cas , habiendo de establecer qua- lesquiera leyes d sacrificios, asi ea lo sagrado de su vana religión co- mo en lo profano de su gobierna temporal , siempre lo atribuyeron al primer Inca MancQ Capac^ di-i • • • ciando qae él las había ordenado todas , unas que había dexado he<^ chas y puestas en uso , y otras en dibuzo para que adelante sus des- cendientes las perfeccionasen á sus tiempos , porque como certi^caban que era hijo del sol, venido del cie- lo para gobernar y dar leyes á aque» líos Indios , decían que su padre le había dicho y ' ensefiado las leyes que había de hacer para el beneficio común de los hombres, y los sa- crificios que le habían de ofrecer en sus templos. Afirmaban esta fá- bula por dar con ella autoridad á todo loque mandaban y ordénüban, y por esta causa no se puede de- cir con certidumbre qual de los In« cas hizo tal ó tal ley , porque co- mo carecieron de escritura , care- cieron también de muchas cosas que ella guarda para los venideros. Lo cierto es que ellos hicieron las leyes y ordenanzas que tuvié-* ron , sacando unas de nuevo y re- formando otras viejas y antígasj según que los tiempos y las nece- sidades las pedian. A uno de sas reyes , como en su vida Terémos, hacen gran leglslador^oe dicen que dio machas leyes de nncro , qoe enmendó y amplió todas las que ha- lló hechas , y qae fue gran sacer- dote porque ordenó muchos ritos y xeremonias en sus sacrificios, é ■ilustró ínuqhos templos con grandes -riquezas , que fne gran capitán y que ganó muchos reynos y provin- cias : empero no dicen precisamen- te qué leyes dio , ni quales sacrifi- cios ordenó y y por no hallar mejor salida se lo atribuyeron todo al pri- mer Inca, asi las leyes como el principio de su imperio. Siguiendo esta orden confusa, diremos aquí la primera ley , sobre la qual fun- daban todo el gobierno de- su re-, pública* Dichft esta y otras algunas S$0 HISTORIA CSNBRAL seguí remos la conquista que cada rey hizo , y entre sus hazafias y ▼idas iremos entremetiendo otras leyes y muchas de sus costumbres, juaneras de sacrificios , los templos del sol, las casas de las vírgenes, sus fiestas mayiores , y armar caba- lleros , el servicio de su casa , la grandeza de su corte , para que coa la variedad de los cuentos so can- je tanto la lección: mas primero me -conviene comprobar lo que he dicho tcos grandes calamidades V tanto ^ue se destruyeron muchos castit- líos y fortalezas , y siempre durar ba entre ellos la porfia de que no poco se holgaba el demonio enemib- go de natura humana , porque tan** tas animas se perdie^n. Estando de esta suerte todas las provincias del Perú , se levan* taron dos hermanos, que el uno de ellos había por nombre Manco Ca- pac , de los quales cuentan grandes maravillas los Indios, y fábulas muy donosas. En el libro por mi alega- do , las podrá ver quien quisiere qnando salga á lux. Este Manco Cft- -pac fundó la ciudad del Cuzco, estableció leyes á su usanxa » y ti y sus descendientes se llamaron lo- gas , cuyo nombre quiere decir ó significar reyes ó grandes seáores^ Pudieron tanto , que conquistaron y señorearon desde el Pasto hasta Chile : y sus banderas vieron por la parte del sural rio de Maule, y por la del norte al rio Angasmayo, y estos rios fueron términos de su Imperio, que fue tan grande que hay de una parte á otra mas de mil trescientas leguas. Y edificaron grandes fortalezas y aposentos fuer** tes ,' y en todas las provincias te- H6 HISTORIA GSNSRAX; nian puestps capitanes y goberna** dores. Hicieroo taa grandes cosas, y tuvieron tan bnena gobernación que pocos en el mundo les hicié* ron ventaja. Eran muy vivos de in- genio, y tenian gran cuenta sin le- tras Y porque estas no se han ha- llado en estas partes de las Indias* Pusieron en buenas costumbres i todos sus subditos, y diéronles orden para que vistiesen y traxesen ojotas en lug^ir de sapatos, qufs son como albarcas. Tenian gran cuenta con la inmortalidad del anima y con otros secretos de naturaleza. Creían que habia Hacedor de lasco- iras,y al sol tenian por dios soberano, al qaal hicieron grandes templos. Y engafiados del demonio adoraban en árboles y en piedras como los gentiles. En los templos principa* les tenian gran cantidad de virgen aes muy hermosas , conforme á las ^e hubo en Roma en el templo dé Vesta , y casi guardaban los mis» mos estatutos que ellas.En los txtt^ citos escogían capitanes valerosos y losmaé fieles que podían. Tuyié* ron grandes maite para «in guerra liacer de los enemigos amigos : y á los que se levantaban castigaban con gran severidad y no poca cruel- dad ^ y pues como digo , tengo he*> cho libró de estos Ingas -, basta lo dicho para qud ios que leyeren es- te libro, entiendan lo .que fueron estos reyes , lo tnucho que valie- ron , y con todo volveré á mi ca« mino. ( Todo esto contiene el capítulo treinta y ocho , donde parece que en suma dice lo que nosotros he- mos dicho , y diremos muy á la lar- ga de la idolatría ^ conquista y go« bierno en paz y en guerra de estos reyes Incas, y lo mismo va refirien- do adelante por espacio de ochenta y tres capítulos que escribe del Pe- 958 HISTORIA CXHSRAS rú , siempre habla en loor de los Incas.En las proviacias donde cuen* U que sacrificaban l^ombres , que comian carne hamana) que andaban desnudos , y no sabían cultivar las tierras, qi^e tenian.o^ros atxisos co^ pao adorar ^osas viles y rucias, ;sleni- pre dice que con el señorío de los Incas perdieron aquellas malas eos* tumbres y aprendieron las de los Incas* Hablando de otras muchas provincias que teoian. las. mismas cpsas., dice que aun np. habia lle« gado allí el gobierno de lo^ Incas, Y tratando de las provincias donde 90 habia tan bárbaras costumbres, sino que vivían con alguna politi-r ca , dice : estos Indios $e meiora* ron con el imperio de los Incas. De manera que siempre les dá la honra de haber quitado los malos abusos y mejorado jas buenas cos- tumbres, como lo alegaremos en sus lugares , repitiendo sus misóos BBI. fS&Ú. d$9 palabras. Quien las quisiese tsk é la larga lea aquella sa obra, y ve* cá diabluras ea costombies de la* dios, que aunque se las qmátssm levantar no halláfa la ioiagíaacsoa humana tan grandes tocpesas, |mo mirando que el demonio en el aa- tor de ellas no hay qoe espaocaf* sos , {mes las mismas ensefiabaáia gentilidad antigua , y hoy csseia A la que no ha alcanzado á tos la luz de la fe católica. £n toda aquella su historia^ coa 4ecir en muchas partes qae los la* cas ó sus sacerdotes hablaban coa el demonio , y tenían otras gtaa* des supersticiones, nonca diee qoe sacrificaron hombres ó nifios , sola- mente hablando de un templo cerd- ea del Cozco, dice que allí sacri- ficaban sangre humana , qoe es la que echaban en cierta masado pao, sacándola por sangría de entre las cejas, como en su logar diréoMSy \ atfo BisToaxA gsns&as pero AO con muerte de Jiiños Jii de hombres. Alcanzó, como él di- ce, machos caracas , qne conodé* ron á Huayna Capac el último de los reyes , de los quales hubo ma- chas relaciones de las que escribió, y las de entonces, que ha cincuen- ta y tantos afios , eran diferentes de las de estos tiempos , porqoe eran mas frescas y mas allegadas á aquella edad. Hase dicho todo es. to por ir contra. la opinión de los que dicen que los Incas sacrifica* ban hombres y niños , que cierto no hicieron tal . Pero téngala quien quisiere que poco importa , que en la idolatría todo cabe , mas un ca- so tan inhumano no se debia decir sino es sabiéndolo muy sabido. £1 P. Blas Valera, hablando de las an- tigüedades del Perú y de los sacri- ficios que los Incas hacían al sol, zeconeciéndolo por padre , dice es- tas palabras que son sacadas á la le- tra : en caya reverencia hacían los taccesores grandes sacrificios al sol, de ovejas y de otros animales , j asnea de hombres, como falsamen- te afirmaros Polo y los qne le si« gnieron , &c. Lo que decimos qne salieroa los primeros Incas de la lagnna Ti- ticaca , lo dice umbien Francisco López de Gomara , en la hinoría general de las Indias^capitulo ciento y veinte donde habla del lioage de Athualipaqne losEspafioles pren- dieron y mataron. También lo dice Agustín de Zarate , contador ge- BOral qne fae de la hacienda de su Magestad, en la historia que es- eribió del Perú, libro primero, ca- pitulo trece y el P. Joseph de Acos* ta , de la compafiia de Jesús , lo dice asimismo en el libro famoso qne compuso de la filosofia natu- ral y moral del nuevo orbe , libro primero ) capitulo veinte y cin* I j r ^6t HISTORIA GBSBftAr» «O , en la qaal obra habla mnclnl yaces en loor de los Incas ; de ma« sera que no decimos cosas nuevas, sino que , como Indio natural de aquella cierra , ampliamos y esten*^ demos con la propia relación , Iz' que los historiadores españoles, co» mó estrangeros , acortaron por no* saber la propiedad de la lengua , ni haber mamado en la leche aquellas fábulas y verdades como yo las ma- mé. Y con esto pasemos adelante á dar noticia del orden que los Incas tenían en el gobierno de sus reynos. CAPÍTULO XXXVII. Dividieron el Imperio en quafro distritos. Registraban los va" v salios. L OS reyes Incas dividieron su im- perio en quatro partes que llamad- ron Tavantinsuyu , que quiere de- cir las quatro partes d^l muadOi \ fifbrmé á las quatro partéd prín- pales del cielo, oriente , ponien-» , septentrión y mediodia. Pusie* n por puntó ó ¿entro la ciadad 1 CozGO , que en la lengua par- culaY de los Incas quiere decir biigo de la tierra: llaMaronlar' «on buena semejanza ombligo , por- que todo el Perú es largo y angosto como un cuerpo humano, y' aquella ciudad está casi en'medioXiámaroa á^a parte del oriente Aatlsuyu, por una provincia llamada Anti , que está al oriente, por la qual también llaman Anti á toda aquella gran cordillera de Sierra nevada que pasa al oriente del Perú , por dar á en- tender que está al oriente. Llama- ron Cuntisuyu á la parte del po- niente , por otra provincia muy pequeña llamada Cunti. A la parte del norte llamaron Chinchasuyo, por una gran provincia llamada Chincha que está al norte de la 4C4 HIST0&IA GBHBIIAS dudad 9 y al distrito del mediodiik llamaron CoUasuyu , por otra gran^ disima provincia llamada 0>lla que •stá al sur. Por cs(9S qiiatro pro- vincias entendían toda la tierra que habia hécia aquellas quatro par* ^s 9 aunque saliesen de los térmi- nos de las provincias raucha^s le- guas adelante , como el t eyno de Chile , que con estar mas de seis- cientas leguas al sur de la provin- cia Colla , era del partido Cpllasu- yu, y el reyno de Quitu era del distrito Chinchasuyu , con estar mas de quatrocientas legoas de Chincha al norte. De manera , que sombrar aquellos partidos era lo mismo que decir al oriente , al po- niente, &c.: y á los quatro caminos principales que salen de aquélla ciudad, también los llaman asi por- que van á aquellas quatro partes del reyno. Para principio y fundamento de SBZr FSRl}»' 26 i sa gobierno , inveataron los Incas una ley , con la qual les pareció podrían prevenir y atajar los ma«« Hs que en sus reynos pudiesen na*^ cer. Paira lo qual mandaron que ea todos los pueblos grandes ó chicos de su imperio, se registrasen los ve- cinos por decarias de. diez en diez^ y que uno de ellos que nombrabail por decurión tuviese cargo de los suever Cinco decurias de estáis de á diez tenian otro decurión supe- rior , el qual tenia « cargo de los cincuenta. Dos decurias de á cin- cuenta tenia otro superior j|ue mi« raba por los ciento. Cinco decarias de á ciento estaban sujetas á otro capitán ' decurión que cuidaba de los quinientos. Dos compañías de á* quinientos reconocían un general que tenia dominio sobre los mil^ y no pasaban las decurias de mil vecinos ^ porque decian que pata que uno diese buena cuenta basta« TOMO I, M 266 HISTORIA GBNBRAi:. ba encomendarle mil hombres. De manera qae hábia decurias de á diez, de ¿ cincuenta , de á ciento , de á quinientos , de á mil , con sus de- curiones ó cabos de e5q[uadra, sub- ordinados unos á otros de menores ¿ mayores , hasta el ultimo y mas principal decurión que llamamos general. CAPÍTULO XXXVIII. Tenían dos eficioí los decu^ riones. L os decuriones de á diez te- íoian obiigacion de hacer dos ofi- cios conloa de su decuciaió esqua* dta. El uno era ser procurador pa- ra socorrerles con su diligencia y solicitud en las necesidades que se les ofreciesen , dando cuenta de ellas al gobernador ó á quálquiera ocro ministro á cuyo cargo estu- viese el proveerlas , como pedir semilla sí les faltaba para sembrar ó para comer ^ lana para vestir^ 4 rehacer )a casa sí se le caía ó que«i maba , ó quaiquíera otra necesidad mayor ó menor. El otro oficio er» ser fiscal acusador de qualquiera delito que alguno de los de sú es«* ^uadra hiciese, por peqaefío que fuese , que estaba obligado á dac cuenta al decurión superior á quien tocaba el castigo del tal delito ó á otro mas superior ; porque confor- me á la gravedad del pecado , asf eran los jueces unos superiores k otros , y ©tros á otros , porque ne- faltase quien lo castigase coa bH^ ▼edad, y no. fuese menester ir con cada delito á los jueces superfore? con apelaciones una y mas veces^ y de ellos á Jos Jueces supremos de la corte. Decían qué por lú di- lación del castigo se atrevian mu-» chos á deliüquir j y que I0& pley- M2 t68 HISTOIIIA GENERAL tos civiles , por las machas apela-* cienes, pruebas y tacha^ se hacian inmortales , y que los pobres por no pasar tantas- molestias y dila< ciones eran forzados á desamparar su justicia y perder su hacienda; porque para cobrar dies se gasta- ban treinta. Por ende tenian pro- veído que en cada pueblo hubiese- juez .que definitivamente senten« ciese ios pleytos que entre los ve* cinos se levantasen , salvo los que se ofrecian entre una provincia y otra sobre los pastos ó sobre los términos , para los quales enviaba ^ Inca juez particular, como ade- lante diremos. . Qualquiera de los caporales in** priores 6 superiores que se des- c.uidaba en hacer bien el oficio de procurador , incurría en pena , y era, castigado por ello mas ó menos xigurosamente, conforme á la nece« sid^d que con su negligencia ha- ' BBL PERÚ. %69 ^a dexado de socorrer. Y el que dezaba de acusar el delito del sub- dito , aunque fuese holgar un dia 60I0 sin bastante causa, hacia suyo el delito ageno , y se castigaban por dos culpas , unsi por no habejr liecho bien su oficio , y otra por el pecado ageno , que por haberlo callado lo habla hecho suyo; y cor xDo cada uno , hecho caporal , co- mo subdito t^nia ^fiscal que velabfi sobre él , procuraba con todo cuir dado y diligencia hacer bi^n su o£cio y cumplir con. su obligación^ .3F de aquí nacía que no habla va« gamundos ni holgazanes , ni nadin osaba hacer cosa que no debiese;^ porque tenia el acusador cerca , y €l castigo era riguroso , que por la mayor pane era de muerte por liviano que fuese el delito v por- que decian que no los castigaban por el delito que hablan hecho, ni por la ofensa agena , sino por ha* MJO mSTORIA eSNERAK ber quebrantado el mandamiea* to y rompido la palabra del Inca, que lo respetaban eono i Dios; y aunque el ofendido se apartase de la quere]la ó no la hubiese dado, sino que proeediese la justicia de oficio ó por la via ordinaria de los fiscales ó caporales, le daban la pe* aa entera que la ley mandaba dar t cada delito conforme á su cali- dad , ó de muerte , azotes , desa- tierro , ú otros semejantes. Al hijo de familia ca^igaban |K>r el delito que cofnetia como i todos los demás, conforme á la gra« ▼edad de su culpa, aunque nofue« «e sino la que llaman travesuras de tkiuchachos : respetaban la edad que tenia para quitar ó afSadir de la pena conforme á su inocencia ; y al padre castigaban ásperamente por no haber doctrinado y corre* gído á su hijo desde la oifiez para que no saliera travieso y de malas costambres. Estaba á cargo del de- curión acusar al hijo de.qualquie<* ra delito , también como al padre; |>or lo qual criaban los hijos coa tanto cuidado- de que no ánduvie-^ sen haciendo travesuras ni desver- güenzas por las calles ni por los campos , que demás de la natural condición blanda que los Indios tienen , sallan los muchachos por la doctrina_de los padres tan do- mésticos , qué de ellos á unos corderos mansos no había dlfe^ rcncia. CAPÍTULO XXXIX. ^gunas leyes que tuvierañhs Ltcaí en su gobierno. N., inca tuvieron pena pecuniaria ni confiscación de bienes , porquo deciaú que castigar en la hacienda 7 dexar vivos los deliaqüeatesi tm I 87^ HISTORIA' GENERA!. era desear qaitar los- malos de U xe pública ^ sino la hacienda á los malhe.chores , y dexarlos con mas libertad para que hiciesen mayores males. Si algún caraca se revelaba, que era lo que mas rigurosamente castigaban los Incas , ó hacia otro delito que mereciese pena de moer- te j aunque se la diesen , no qui« taban el estado al sucesor , sino que se lo daban , representándole la culpa y la pena de su padre para qnt se guardase de otro tanto. Pe-* dro de Cieza de León dice de los Incas á este proposito lo que se sigue , capitulo veinte y uno : T tuvieron otro aviso para no ser abor « regidos de los naturales ^ que nun-s ca quitaron el sefiorio de ser caci-* ques á los que les venia de he- lencla , y eran naturales 9 y si por ventura alguno cometía deli-* lo, ose hallaba culpado en tal ma-* aera que mereciese ser despriva-. 0BX. VEfLÚ. 173 40 del sefioiio qoe tenia , dabait y encomendabaaei cacicazgo á sus l&ijos ó hermaaos, y mandaban qoe £uésen obedecidos por todos &c. Hasta aqui es de Pedro, de Cieza. XiO mismo guardaban en la guerra, ^ue nunca descomponían los capi* tañes naturales de las provincias de donde era la gente que traian pa«> xa la guerra : dezabanles con los oficios ) aunque fuesen maeses de caeapo, y dábanles otros de la san- gre real por superiores , y los ca- pitanes holgaban mucho de ser- ▼ir como tenientes de los Incas cuyos miembros decían que eraa siendo ministros y soldados suyos, lo qual tomaban los vasallos por grandísimo favor. No podia el juea arbitrar sebre la pena que la ley mandaba dar, sino que la había de ezectttar por entero so pena de muerte, por quebrantador del man« daaúento real. Dedau que dando M3 974 HlSTeiUA-*GjnrSIKA£ licencia al juez para poder arbitraf^ dismiDttian la magestad de la ley hecha por el rey ^ coa acuerdo y parecer de hombres tan graves y experiroeatados como los faabia en el consejo v la qual experiencia y gravedad faltaba en los jaeces pai^ ticulares, y que era hacer venales los jaeces y abrirles puerta para que, ó por cohechos: ó por ruegos, pudiesen comprarles la justicia, de donde nacería grandísima confusión en la república , porque cada jues haria lo que quisiese , y que no era razón que nadie se hiciese le-^ gislador sino ezecutor de lo que mandaba la ley por rigurosa que fuese. Cierto , mirado el rigor que aquellas leyes tenias , que por la mayor parte por liviano que faese el delito , como hemos dicho , era la pena de muerte, se puede decir que eran leyes de bárbaros $ em* pero considerado bien el provecho ^ne €ir que eiaa leyes de geste pru-» dente que deseaba estirpar los tna^ les de su repúbdi^,. porque de eze^ cutarse la pena de la ley con tan^ ta serveridad t y ^^ amar los hom* bres naturalmente la vida y abor^ recer la muerte , venían i aborte* cer el delito que la causaba , y de aquí nacía , que apenas se ofrecía en rodo el afio delito que castiga» en todo el imperio del Inca; por-* que todo él^ con ser mlly trescien^ tas leguas de largo , y haber tant^ variedad de naciones y lenguas, se gobernaba por «ñas mismas leyes y ordenaiiaas , como si no fuera mas de sola una casa: valia también mucho para que aquellas leyes IM guardasen con amoír y respeto, que kiS tenían por divinas 5 potqoe co- teo en su vana creencia leniaa á Stts Teyes por hijos del sol , y al ««4 2f6 HISTOMA GSmBLAK •ol por sa dioB , Unian por mas* damiQoto divino qualquiera comas mandato del rey , quanto mas las leyes particulares qae hacia para •1 bien coman. Y asi decian ellos qae el sol las mandaba hacer, y las levelaba á su hijo el Inca ; y de aqai nacía tenerse por sacrilego y anatema el quebrantado! de la ley^ aonque no se supiese sa delito ^ y acaeció muchas veces que los ules delinqüentes, acosados de su propia conciencia , venían á publicar ante la justicia sus ocultos pecados; por- que demás de creer que su anima se condenaba , creian por muy ave- riguado que por su causa y por so pecado venían los males á la repú- blica , como enfermedades , muer- tes , malos afios y otra qualquieMb desgracia común ó particular , y decian que querían aplacar 4 su dios con su muerte para que por su (ecado no, enviase "mas males al BRudo; y de estas €Oofesioiies p¿« blicas entiendo que ha nacido el qoerer afirmar los Espafioles histo- riadores que confesaban los Indios del Perú en secreto como hacemoe los Christianos , y que tenían coa«> fesores diputados , lo qual es rela^ cion falsa de los Indios, que lo di- cen por adular los Españoles y con- graciarse con ellos , respondiendo á las preguntas que les hacen con* forme al gusto que sienten en el que les pregunta , y no conforme á la verdad , que cierto no hubo confesiones secretas en los Indios ( hablo de los del Perú , y no me entremeto en otras naciones , rey- aos ó provincias que no conozco) jíjio las confesiones públicas que hemos dicho pidiendo castigo exemn piar. No tuvieron apelaciones i^e «n tribunal para otro, en qualquiec pleyto ^ae babiese civil ó'crimi* 17$ BI8T0IITA GSNS8A£ sal , porque no podiendo arlñtrar el juez, se execucaba llanamente ea la primera sentencia la ley que trt<* taba de aquel caso ^ y se feoecis •I pleyto , aunque según el gobíer*^ 80 de aquellos reyes y la vivien- da de sos vsfsallo^ , poeos csfisos ci- viles seles ofrecían sobre qué pley« tear. £n cada pueblo habia jues ^ara los casos que alii se ofrecie- sen , el qaal era obligado á execu- tar la ley en oyendo :las partes dentro de cinco dias. Si se ofrecía algún caso de mas calidad ó atro- cidad que los ordinarios , que re- quiriese juez superior, iban ai pue- blo metrópoli de la tal pjrovinciav y allí lo sentenciaban ; que en ca- da cabeza de provincia habia go- bernador superior para todo loque se ofreciese ; porque ningún pley« toante saliese de su pueblo ó de so provincia á pedir justicia. Porque loa reyes Ineas entendierea bteoí Dsx PBRtr. 279L ^ae á ios pobres por su pobrezas jio Jes estaba bien seguir su jus* ticia fuera de su tierra , ni en mu^ chos tribunales , por los gastos que JDB hacen yoteolestias que se pade* cen ; que muchas veces monta mas esto 4)ue lo que ^an 4 pedir ^ por lo quai dexan perecer su justicia, principalmente si pleytean contra jricos y poderosos , ios quales con su pujanza ahogan la justicia de Jos pobres. Pues queriendo aquellos Principes remediar estos inconve* Aientes, no dieron lugar á que los jaeces arbitrasen , ni hubiese mtt«* chos tribunales, ni los pleytean* tu saliesen de sus provincias. De las sentencias que los jueces ordi'* Barios daban en los pleytos , ha« 4Úan relación cada luna á otros jue« ees superiores , y aquellos á otrot mas supesiores , ^oe los habia «o la corte de muchos grados , con* i^rme á la calidad y gravedad de flSo HI&TOBXA GBMBIIAS los negocios, porque en todos lotf ministerios de la te pública había orden de menores á nsayores ^ has* ta los supremos, que etan los pre<» sídentes ó Visoreyev^las-quatro partes del imperio. La relación era para que viesen si se habla admi-* sistrado recta justicia , porque los jueces inferiores no se descuidasen de hacerla ; y no la habiendo he-- cho eran castigados rigurosamente. £8to era como residencia secreta que les tomaban cada mes. La ma- nera de dar estos avisos al Inca y i los de su consejo supremo , era por fiudos dados en cordoncillos de diversas colores , que por ellos se entendían como por cifras ; porque los fiudos de tales y tales colores, decían los delitos que se habían castigado ^ y ciertos hilillos de dh> ferentes colores que iban asidos á los cordones mas gruesos , decían la pena que se habla dado y la ley ' imr, VBKÚ. s8i ^e se habia ezecatado 9 y de 'e^'^ ta manera se entendían ,1 porque no tuvieron letras , y adelante hare^^ DIOS capitulo á parte donde se da-» rá oías larga relación de la manera del contar que tuvieron por estos fiudos , que cierto muchas vecM ha causado admiración á ios EépU" fióles ver que los mayores contar dores de ellos se yerren en su arit^ mética, y que los Indios estén tan ciertos en las suyas de particiones y compafiias , que quanto mas dU ficultosas tanto mas fáciles se mues- tran ) porque los que las manejan no entienden en otra cosa de dia y de noche 9 y asi están diestri-^ simos en ellas. Si se levantaba alguna disen- sión entre dos reynos y provincias sobre los términos ó sobre. los pas«^ tos ) enviaba el Inca un juez de los de la sangre real , que habién- dose informado y visto por sus 98a HISTORIA eSNSKAX «joi lo que á ambas partes conve- nía , procurase concertarlas , 7 el conciert» qae se hiciese, diese poi MDteDcia en nondire del Inca qne qnedase por ley invütlable , como prona aciada por el misino rey. Qnando el JDes oo podía concer- tar las parte* , daba relación al Inca de lo que había hecho con aviso de I0 que convenía i ca- da una , y de lo que ellas difi- cultaban , con lo qua) daba el In- ca la sentencia heoba ley, y quan- d» no le satisfacía la TClacion del jnet , mindalta se suspendiese el pleytO hasta la primera visita qas hiciese de aquel distrito , para que habiéndolo visto por sas ojos, lo sentencíate él mistno. JSsto te- dian los vasallos por grandísima merced y fav«i del laca. ]>B£ psav. aSj CAPÍTULO XL. JLos decufumM daban cuenta de kt que wician y morúm. V, olviendo á los caporales .6 de«* curiones decimos , que lernas de ios dos oficios qoe hadan de pro* tector y £scal ,'teBÍan cuidado de dar cuenta á «its sopei^iores de grat* úo en ^rado de; los qae morían j «acian.c^da.mes de ambos sexAs^ y por consiguiente al £n 4e cada 4ifio se la daban al rey de los que habían oiaerto y nacido en aqael afio , y de los que habían ido á la guerra y muerto en ella. La mis^ ma ley y orden había en la guerra de lo» cabos de esquadra,al£ereces« capitanes y maeses de campo , y el general, subiendo de grado en gra- do , hacían los mismos oficios de acusador y protector con sus soW 984 HISTORIA GBKBRA£ dados ; y de aqui nacía andar tan ajastados en la mayor furia de la guerra , como en la tranquilidad de la paz 1 y eii medio de la cor^ te. Nunca permitierott saquear les pueblos que ganaban , aunque los ganasen por fuerza de sormas. De- cían los Indios , que por el mucho cuidado que habia de castigar los primeros delitos se escusaban los segundos y terceros , y los infini- tos que en cadarepábUca se ha- bían 9 donde no liabia diligeoda de srranctr la mala yerba en asoman- do á nacer, y que no era baea go- bierno, ni deseo de atajar males aguardar que hubiese quejosos pa- va castigar los malhechores, que muchos ofendidos no querían que- jarse pot no publicar sus infamias, y que aguardaban á vengarse por sus manos, de lo qual nacían granr des escándalos en la repáblica, los. quales se escusaban con velar la justicia sobre cada Tecino , y cas* tigar los delitos de oficio sin goar« dar parte quejosa. Llamaban á estos deeoriooti por el número de sos decurias : á los primeros llamaban cbanca cama^ yu y que quiere decir el^ que tiene cargo de diez. Nombre compnefto de chunca , que es dies j y ám camayu el que tiene cargo , y poc el semejante con los démas núme'» sos , que por escasar prolijidad no los decimos en la misma lengua, que para los cariosos fuera coss agradable ver dos y tres números propuestos con el nombre camaya^* el qual nombre, sirve también en otras muchas significaciones , réci« hiendo composición con otro nom- bre ó verbo que signifique de qué es el cargo « y el mismo aombxe chunca camayu en otra significacioa quiere decir perpetuo tahúr , el ^ue trae los oaypes es la capiUa.de k ^%S HISTORIA GftKERAL Ift capa , como dice el refrán : por* qae Uamao chunca á qualquier jue- go , porque todos se cuentan por números ,' y porque todos los nú- meros van á parar al deceno : to- maron el número diez por el Juego, y para decir juguemos , dicen chun- casum, que en rigor de propia slg** siíicaclon podría decir contemos por dieces fi por números , que es ]u-> gar. Esto he dicho para que se vea en quán diversas significacio- nes ,se sirven aquellos Indios de un mismo vocablo ; por lo qual es muy dificultoso alcanzar de raiz la» propiedades de aquel lenguage.. Por la vía de estos decüri contribuciones y el repartimiento de la gente de guerra ^ mandaba el Inca que se supiese cada afio el número de los vasallos que de to- das edades habla en cada provín- ola y en cada pueblo , y que tam- bién se supiese la esterilidad ó abundancia de la tal provincia , lo y^ 4 88 úisTOKiA genbuai. qual era para que estuviese sabida y preveoida la cantidad de bastí- nseoto que era menester para so^ correr los en afíos estériles y faltos ' de cosecha; y también para saber la cantidad de lana y de algodón necesaria para darles de vestir á sus tiempos , como en otra parte diremos. Todo lo qual mandaba el Inca que estuviese sabido y prevé* fiido para quando fuese menester, porque no hubiese dilación en el socorro de los vasallos quando tu- viesen necesidad. Por este cuidado tan anticipado que los Incas en el beneficio de sus vasallos tenian , di- ce muchas veces el P. filas Valera, que en ninguna manera los debiaa llamar reyes , sino muy prudentes y diligentes tutores de pupilos ; y los Indios , por decirlo todo ea una palabra , les llamaban amador de pobres. . Para que los gobernadores y jaeces no se descuidasen eá sus oficios Y ni qoalesquiera otros mi* oistros menores , ni los de la ha* cienda'del sol ó del loca en los sayos , habla veedores y pesquisi- dores que de secreto andaban en sus distritos, friendo 6 pesquisando lo que mal hacian los tales oficia- les , y daban cuenta de ello á los superiores á quien tocaba el casti* go de sus inferiores para que lo eutígasen. Llamábanse tucuyricoc, que quiere decir el que lo mira todo. Estos oficiales, y ,quaiesquie* ta otros que tocaban al gobierno HISTORIA' GJBNKRAL qualquUra otro delito, era castiga- do mas rigurosamente que qual- quiera otro común en igual delito, y tanto mas rigurosamente, quanto mas superior era su ministerio , por- que decian, que no se podía sufrir que el que habia sido escogido pa- ta hacer. justicia hiciese maldad, ni que hiciese delitos el que estaba puesto para castigarlos : que era qfender al sol y al Inca que le l\%bia Regido para que fuese me« J0C qfie.itodop sus subditos, j CAPÍTULO XLI. Niegan íosTndtos haber cometido delito alguno Trica de la sangre real. i^ o. se llalla , ó ellos lo niegan que hayan castigado ninguno de los Incas de la sangre real , á lo me« nos en público : decían los Indios <^e nunca hicieron delito que me« reclese castigo público ni ezenaplar, porque la doctrina de sus padres, el ezemplo de sus mayores y la voz. común que eran hijos del sol^ nacidos para ensefiar y hacer bien á los demás , los tenia tan refrena- dos y ajustados , que mas eran de- chado de la república que escán- dalo de ella. Decian con esto que también les faltaban las ocasiones que suelen ser causa de deñtos, como pasión de mugeres , ó codicia de hacienda' ó deseo de venganza^ porque si deseaban mugares her- mosas, les era licita tener todas las que quisiesen ; y qualquiera moza hermosa que apeceoiesén y envia-* sen á pedirla á su padre , sabia el Inca, que no solamente ho se la ha« bian de negat , mas ^ue se la ha- blan de dar con grandísimo haei- miento de gracias de que hubiese querido baxarse á tomarla por man* ceba é ciiada. Lo mismo era en la 292 HISTORIA CBNBRAB hacienda , que nunca tavieron fal- ta de ella para tomarla agena , ni dezarse cohechar por necesidad; porque donde quiera que se halla* ban con cargo de gobierno ó sin él, tenían á su mandar toda la ha- cienda del sol y la del Inca , como gobernadores de ellos ^ y sino lo eran , estaban obligados los gober- nadores y las justicias á darles de la una ó de la otra todo lo que ha- bian menester^ porque decian, que por ser hijos del sol y hermanos del Inca^ tenian en aquella haciea» da la parte que hubiesen menester. También les faltaba ocasión para matar ó herir á nadie por via de vengansa ó enoja, porque nadie les podia ofender , antes eran adora- dos en segundo lugar después de la persona real j y si algiuio , por graa sefior que fuese, enojase alguh Inca, era hacer sacrilegio y ofender la Büsma persona real ^ por lo qual BEK PERÚ. 293 era castigado muy gravemente .Pe- ro también se puede afirmar que nunca se vio Indio castigado por haber ofendido en la persona , hon- ra , ni hacienda á algún Inca, por- que no se halló tal , porque los te- Bian por dioses ^ como tampoco se halló haber sido castigado Inca al- guno por sus delitos » que lo uno cotejan con lo otro , que no quie^ ren confesar los Indios haber he- cho ofensa á los Incas , ni qae los Incas hubiesen hecho grave delito, antes se escandalizan de que se lo pregunten lot EspaSoles^ydeaquI ha nacido entre los historiadores de su nación decir ano de .ellos que tenian hecha ley , que por ningún crimen muriese Inca alguno. Fue- ra e^scandalo para los Indios tal ley, que dizeran les daban licencia pa- ra que hicieran quantos males qu¡« sieran , y que hacían una ley para «i y otra para los otros* Antes lo 99tf MKTÚXIA esmiiAK loca legitimo tieredCTO , como Ü- témoi en id logar mas largameate. Pan c«la dittnco de los cua- tro en 91» dÍTÍdieron lu imperio, -teoit el loca coniejos de gnern, de justicia , de hacienda. Estos consejos teaian para cada minine- tío sus ministros , tubordiaados d« najores i menores hasta los nlii- mos , ^ue eran loi decuriones de é dies , los qualea do grado en grado d^>ao cneata de todo lo que en el imperio habia , hasta lle- gar i los consejos supremos. Ha- túa quatro visoreyes , de cada dis- trito «1 sayo. Eran presidentes de ios consejos de su distrito: reciblaa en suma la rston de todo lo que pual» en el reyoo^iara dar cues- ta de ello al Inca. Eran iflmediatos á él , y supremos goberaadores de eus distritos. Habían de ser Incas legítimos eu sangra , experimenta 'os en pas y en gaeru. Estos qaar tro y no mas eran del cofisejo ée estado , á los qtiales daba el laca orden de lo qae se h^ia de hacer en paz ó en guerra , y ellos á sas ministros de grado en grado has- ta los últimos. Y esto baste por ahora de las leyes y gobierno de los Incas: adelante « en el discurso de sus vidas y hechos , iremos en- tretegiendo las cosas que hubiere toas notables. CAPÍTULO XLII. f^ida y hechos de Sinthi Roca , re- gundo rey de ¡os Incas, dx Manco Capac Inca sucedió su hijo Slnchi Roca ; el nombre pro« pió fue Roca , con la pronuncia- clon de r sencilla : en la lengua general del Perú no tiene significa- ción de cosa alguna, en liEi particu- lar de los Incas la tendrá , aunque H3 «98 HISTORIA GBNBRAI. yo 00 la sé. El P. Blas Valera di- ce, que Roca significa principe pru* dente y maduro , mas no dice en qué lengua : advierte la pronuncia* cion blanda de la r también como nosotros. Dicelo contando las ez« celencias de Inca Roca que ade<* lante veremos. Slnchi es adjetivo, quiere decir valiente ^ porque di- cen que fue de valeroso animo y de muchas fuerzas, aunque no las ezer- citó en la guerra , que no la tuvo con nadie. Mas en luchar ,' correr, saltar, tirar una piedra y una lanza, y en qualquiera otro exercicio de fuerzas , hacia ventaja á todos los de su tiempo. Este principe , bebiendo cum- plido con la solemnidad de las ezt- quías de su padre , y tomado la corona de su reyno , que era la borla colorada , propuso aumentar su señorío , para lo qual hizo lia» nianüento de los mas principales coradas qo« su: padre le dexé ^ y á todos jotitos les hiao una plá* tica larga y solemocí, y entre otras cosas lea dixo : Que ea campUr mienta de lo qae su padre quaar do se quiso volver al cielo le deai mandado, que era la conversión de los Indios al conocimiento y ado- ración del sol 9 tenia propuesto de salir 4, convocar las nacijones cor marc^pas ;• que Jes mandaba y .(Bt|- cargaba gomasen el misnio cujdadó» .pues teniendo el nombre Inca co^ mo su propio rey , tenían la mis- ma obligación de acudir al servi«> cío del sol , padr§ común de todos ellos, y. al provecfc^o y beneficio de sus comanc^nes ^ que tanta necesi"- dad tenían de. que los sacasen de las bestialidades y torpezas en que vivían ; y pues en si propios po* dian. mostrar las ventajas y mejora que al presente tenían , diferente de la vida pasada antes de layeni^ K4 ¡09 BISTOálA ^mnOLAZ 4a del laca , sn padre, le ayudasen á reducir aquellos bárbaros , para que viendo los beneficios que en ellos se habian/hecho , acudiesen con mas facilidad, á recibir otros aemejañtes. Los curacas resporidieroo , qué estaban prestos y apercibidos para obedecer á su rey, hasta entrar en el ftlegO'por su amor y servicio* -Céñ esto aeabafon ^u plática , y fefifltlaron' el día para salir: Llegado el tiempo, salió el Inca bien acom- 'pafiado de los suyos , y fue hacia Üollasuyu , que es al mediodía de la ciudad del Coeiso: convocaron á los Indios, persuadiéndoles con bue- nas^ palabras y coa el ezemplo , á ^ut se sometiesen al vasaüage y aellorio del^ Inca y á la adoración del sol. Los Indios de las naciones Fuchina y Canchí) que confinan por aquellos términos, simplicísimos de ^ natural c^idicion , y facilísimos mt mtr. joi árxréer qvalqQsera noredad, cooi» lo son todos los ladíes, picado d ezemplo de los rcdacidos, que es lo que mas les conrence en UMb cosa, fueron ffcdles de ob e d ece r al lace» y someterse á sv knpeiio; y ea espacio de los afios qae ririáy po» co á poco , de la maoera qae se ba dicho, sin armas, ai otro soeeso qae sea de contar , easaochó sos tero»* nos por aquella Tanda hasta el pa#» blo qoe llaman Choncaia , que sea veinte leguas adelante de lo que su padre dexó ganado, con moches pueblos^ qoe hay á oaa mano y á otra del camino. En todos ellos hi> so lo que su padre en los que ren- dajo , qne fue cultivarles las tier« ras y los ánimos para la vida mo« ral y natural , persuadiéndoles que desasen sus ídolos, y las malas costumbres que tenían , y que ado- tasen al sol , guardasen sus leyes y preceptos, que eran los que ha« yaT HISTORIA GBNimAK bia revelado y declarado al Inca Manco Capac.^ Los Indios le obe* decleron y cumplieron todo lo qoo se les mandó, y vivieron muy con» Rentos con el nuevo gobierno del Inca Sinchi Roca , el qnal , ü imi* tacion de su padre, biso todo lo que pudo en beneficio de ellos, con ffucho regalo y amor. Algunos Indios quieren decir •que este Inca no ganó mas de hasr f a Chuncara , y parece que bastaba para la poca posibilidad que enton» ees los Incas tenían. Empero otros dicen que pasó fnucho mas adelan* te , y que ganó otros mucbos pue- blos y naciones que van por el ca- mine de Vmnsuyu , que son Can* calla , Cacha - Eurucachi ^ Assillu, Asancatu , Huancani, basta el pue- blo llamado Pucará de Vnasuyu, ¿ diferencia de otro que hay en Or- cosuyu. Nombrar las provincias tan en particular es para los del Pe- Tá , que para loa de oc^oa reyoos fuera impertinencia : perdoneaeme que deseo servir á todos. Púcaia quiere decir fortalexa ; dicen que aquella mandd iatoir este priaei* pe , para que quedase por fronte- ra de lo que iiabla ganado , y que á la parte de los Antis ganó has* ta el rio Uaoiado Callahuaya^ don<» de se cria el oro fioisimo , que pre- tende pasar de los veinte y quatro quilates de su ley , y que ganó loa demás pueblos que hay .enere Ca« Ilahuay a y el camino real de Vmap suyu , donde están los pueblos arr riba nombrados. Que sea como di- cen los primeros ó como afirman los segundos, hace poco al caso que lo ganase el segundo Inca ó el tercero^ lo cierto es que ellos los ganaron , y no con pujanaa de armas , sino con persuasiones^ pro^ mesas y demoostraciones de iQ-que prometían. Y por haberse gaqado |04 HISTORIA 6BNSSA£ iin guerra , no se ofrece qaé decir de aquella conquista , mas de que duró muchos años , aunque no se sabe precisamente quantos , ni los que reyoó el Inca Sinchi Roca. Quieren decir que fueron trein- ta. Gastólos á semejanza de un buen hortelano, que habiendo pues- to una planta , la cuitiYa de todas las maneras que le son necesarias pafa que lleve el fruto deseado: •si lo hizo este Inca con todo cui** dado y diligencia, vio y gozó en mucha paz y quietud la cosecha de su trabajo , que los vasallos le salieron muy leales y agradecidos de los beneficios que con sus leyes y ordenanzas Íes hizo , las quales abracaron con mucho amor^ y guar- daron con mucha veoeracion como mandamientos de su dios el sel, que asi les hacían entender que lo eran. ^ Habiendo vivido el Inca SincU r~ Roca muchos años en la quietud y bonanza que se ha dicho , falleció diciendo que se iba á descansar con su padre el sol , de los trabajos quC había pasado en reducir los hom- bres á sn conocimiento. Dezó por ancesor á Uoque Yupanqui sn hi- jo legitimo , y de su legitima mo- ger y hermana Mama Cora , ó Ma- ma Odio, según otros. Sin el prin- cipe heredero , dexó otros hijos^n sn muger y en las concubinas de sn sangre , sobrinas suyas , cuyos hijos llamaremos legítimos en san- 'gce. Dezó asimismo otro gran nár mero de hijos bastardos en las oon- cnbinas alienígenas , de las quales tu¥0 muchas, porque quedasen mu- chos hijos é hijas , para que cre- ciese la generación y casta delsol, como ellos decían. ¡06 UISTOBIA GESSHAC CAPÍTULO XLIII. Lloque Tupanqui^rey tercer o :sig^ nificacion de su nombre. JÍil Inca Ldoque Yupanqui fue él tercero de los reyes del Perú : si nombre ptopio fue Lloque , quiere •4ecir Izquierdo. La falta que sub «yos tuvieroa en criarle, por do sa^ lió zurdo , le dieron por nombre propio. £1 nombre Yupaoqui foe nombre impuesto por sus virtudes y hazañas. Y para que se vean al- -gunas maneras de hablar qne los Indios del Perú eo su lengua ge* neral tuvieron^ es de saber que e»f ta dicción Yupanqui es verbo , y habla de la segunda persona del fu- turo imperfecto del indicativo mo* do , número singular^ y quiere der cir contarás , y en solo el verbo di« cho asi absolutaq:iente , encierran y cifran todo lo que de un princi- DEL pxatí. 307 'pe se puede contar en buena parte, cpmo decir , contarás sus grandes hazañas , sus excelentes virtudes, :sa clemencia ,. piedad y mansedum- bre , &c. qu^ esfrasis y elegancia .de la lengua decirlo asi: la qual , co- mo se ha dicho , es muy corta ea vocablos , empero muy signiíicati-* ba.en ellos mismos : y decir asi los Indios un nombre á yerbo línpuei^ to ¿ sus reyes ,v eñ para Qomprd-' hender todo lo r que debaxo de tal verbo ó nombre se puiede decir, co* mo dixlníos del nombreXapac, qi^ quiere, decir , rico , no de hacien- da 9 sino de todas las virtudes ^4ie * un rey bueno puede tener^ y no usaban de esta manera de hablar con otros por grandes señores que fuesen, sino con sus reyes, por no hacer común lo que aplicaban á sus Incas , que lo tenian por sacrile- gio, y 4>arece que semejan estos nombres al nombre augusto qu^ los 308 BISTOklA CBNSRAZ* Romanos dieron á Octaviaao César por aas virtudes , que dichoseJo i otro que no sea emperador ó gran rey , pierde coda la magestad qae €o si tiene. A quien díxere que también significará contar maldades, pnea el verbo contar se puede aplicaí á ambas significaciones de bueno y de malo , digo^ que en aquel leu- ^uage y hablando en estas sus e]e« ^anclas , no toman un mismo ve^ bo para significar por él lo bueno y lo malo , sino sola una parte, y para la contraria toman otro veri)0 de contraria significación , apropia* do á las maldades del principe, Oh mo ( en el propósito que hablamos) decir Huacan^ui, que, hablando del mismo modo , tiempo , número y persona , quiere decir , llorarás sos crueldades , hechas en publico y ^ secreto , con veneno y con cuchi- llo ^ su insaciable avaricia, su ge- u S>B£ PERÚ. 309 neral tiranía sin distioguir sagrado de profano , y todo lo demás qae se puede llorar de un mal prioci* pe. Y porque dicen que no tuvie- ron que llorar de sus Incas , usaron del verbo Huacanqui, hablando de los enamorados , en el mismo fra- sis , dando á entender que llorarán las pasiones y tormentos que el amor suele causar en los amantes. fistos dos nombres Capac y Yupan- qui , en las significaciones que de ellos hemos dicho, se los dieron los Indios á otros tres de sus re- yes por noerecerlos , como adelan- te veremos. Tambiea los han to- mado muchos de la sangre real| haciendo sobrenombre el nombre propio que á los Incas dieron , oo« mo han hecho en Espafia los del apellido Manuel, que habiendo si- do nombre propio de un Infiuite de Gas tilla , se ha hecho sobrenooibre ea 9US descendieatet • j 310 HISTORIA GBKBUAD CAPÍTULO XUY, Vos conquistas que hizo el Lhque Tupanqui, Hi .abiendo tomado el laca JAi Yupanqai la posesión de su reí y visitádolo por su persona , puso estender sus limites , pai quai mandó levantar seis ó sU mil hombres de guerra , para ii su reducion con mas poder y ridad que sus pasados ^ pQrque%t bia mas de sesenta afios que eiü reyes 9 y le pareció no remitiflt i;odo al ruego y á la persuasíoBrÜ no que las armas y la potencia IÍ^ ciesen su parte , á lo menos ^^ los. duros y pertinaces. Nombró d0s tics suyos, que fuesen por maefis de campo , y eligió otros pariet* tes que fueron por capitanes y coiK sejeros-, y dexando el camino dft Vmasuyu , que su padre había llt-^ uado en su conquista ^ tomó eí de Qrcosuyu. Estos dos caminos si» apartan en Chuñcara , van por el distrito llamado CoHasuyu , y abra« zan la gran laguht Titicaca. - Luego que el Inca salió de su distrito , entró en una gran provin- cia llamada Cana: envió mensage- tos á los naturales con requerimien- tos que se reduxesen á la obedien- cia y servicio del hijo del sol , dev xando sus vanos y malos sacrificios» y bestiales costumbres. Los Canas, quisieron informarse despacio de todo lo que el Inca les enviaba á mandar , qué ley^s habían de to* ipar, quales dioses habiaii de ado- tar^ y después de haberlo -cabida respondieron , que eran conteiitos 4e adorar a] sol , obedecer al In- ca , y guardar sus leyes y costum* ^res, porque les parecían mejores ^e las suyas. Asi salieron á re-< 1. jrS HIS«>1IIA GBJHVñAI» cibir al rey , y se eotregarOA pee vasallos obedientes. £1 Inca , de- sando ministros , asi para que los instruyesen en su idolatría , como para cultivar y repartir las tier- ras , pasó adelante hasta la nación y pueblo llamado Ayáviri. Los na^ rurales estuvieron tan duros y re<- beldes , que ni aprovecharon pei^ snasiones ni promesas, ni el ezeoír pío de los demás Indios reducidos, sino que obstinadamente quisieron morir todos defendiendo su liber- tad , bien en contra de lo que has- ta entonces habla sucedido á los locas ; y asi salieron á pelear coo ellos sin querer oir razones, y obligaron á los Incas á tomar lu armas para defenderse mas que pa- ra ofenderles pelearon mucho es- pacio : hubo muertos y heridos de ambas partes , y sin reconocerse lá victoria se recogieron en su pueblo , donde se fortalecieron lo nejor que pudieron, y eiia dte salían á pelear con los del Inca. £1 qual , por usar de lo que sus p»* sados le dezaron mandado , se es<- cusaba todo lo que podía por no venir ¿ las manos con los enemigos^ antes como si él fuera cercado j no cercador , sufría las desvergúen- aas de los bárbaros , y mandaba á los suyos que atendiesen á apre-' tarlos en el cerco , sí: fuese posible sin llegar á las manos. Mas los de ' Ayaviri , tomafldo animo de la be- nignidad del Inca, y atribuyén- dola á cobardía , se mostraban de día en día mas duros en reducirse^ mas feroces en la pelea , y llega- ban hasta entrarse por los reales del Inca. £n estas escaramuzas y recuentros siempre llevaban losc^rt cados lo peor. £1 Inca , porque las demás na- ciones no tomasen el«mal exempla TOMO I. o 314' HISTORIA GBN ER AI. y se desvergonzasen á tomar las» armas , quiso castigar aquellos per- tinaces : envió por mas gente^ ma» para mostrar su poder que por necesidad que tuviese de ella , y entre tanto apretó á. los enemigos por todas partes^ que no los d«;za- ban salir por cosa alguna que hu- Mesen menester 9 de que ellos se afligieron aiucho , y mucho mas de que les iba faltando la comida.. Tentaron la ventura á ver si la ha- llaban en sus brazos, pelearon un día ferocisimamente* Los del Inca, resistieron con mucho valor , hubo- muchos muertos y heridos de am- bas partes ^ los de Ayaviri escapa- son tan mal parados de esta bata- lla que no osaron salir mas á pe- lear : los Incas no quisieron dego* liarlos que bien pudieran ^ empero con el cerco los apretaron porque se rindiesen de suyo. Entre tanto OBI» TBRtSt. 3 f S llegó la gente que el Inca habit pedido, con la qual acabaron de. desmayar los enemigos , y turiéron por bien de rendirse. £1 Inca loa recibió á discrepcion sin partido alguno, y después de haberles man« dado dar una grave reprehensión de que se hubiesen desacatado al hijo del sol, los perdonó y mandó- que los tratasen bien siá atender á la pertinacia que hablan tenido, y dezando ministros que los doctri* nasen y mirasen por la hacienda que se había de aplicar para el sol y para el Inca, pasó adelante al pueblo que hoy llaman Pucará, que es fortaleza , la qual mandó hacer para defensa y frontera de lo que había ganado, y también porque se defendió este pueblo , y fue me-* nester ganarlo á 'fiíerza de armas; por lo qual hizo la fortaleza , pere- que el sitio era dispuesto paraella^ donde dezó buena guarnición de 01 3l6 HISTORIA GBNBILAL gente. Hecho esto se fue al Cozco donde fue recibido con gran fiesta y regocijo. 9 t CAPÍTULO XLV. Conquista de Hatun Coüa : bkísones de ¡os Collas. JL asidos algunos afios aunque po« eos, volvió el IncaLloqueYupan- qui á la conquista y reducion de los Indios , que estos Incas como desde sus principios hubiesen echa- do fama que el sol los habia en-* viado á la tierra para que sacasen los hombres de la vida ferina que ienian , y les enseñasen la poiicica, sustentando esta opinión ,, tomaron por principal blasón el reducir los Indios á su imperio , encubriendo su ambición, con decir que lo man- daba el sol. Con este achaque man- dó el Inca aprestar ocho ó nueve . *. FSKU. 317 mi] bombres de goem , y limbiea- do elegido consejeros y oficiales para el exérdto , salió por el dis- trito de Coflasoyu , y caminó hun ta su fortaleza llanada Pacara, don- de fue despoesel desvárate de Fran- cisco Hemandea Girón , en la ba- talla que llamaron de Pacata. De allí envió sos mensageros áPaocar- colla , y á Hatan Colla , por qaien tomó nombre el distrito llamado Collasuya , es una provincia gran* dfsíma que contiene en si machas provincias y naciones debaxo de e»* te nombre Colla. Beqoirióles como ú los pasados , y que no resistieses eomo los de Ayaviri , que los ha^» bia castigado el sol con mortandad y hambre , porque habían osado to- mar las armas contra sus hijos: que lo mismo baria de ellos sí caye- sen en el propio error. Los Collas tomaron su acuerdo juntándose los ■uis principales en Uatun Colia^ 3 1 8 HISTORIA GBNBll ai; que qní«re decir Colla la grande, y parcciéodoles que la plaga pasa- da de Ayaviri y Focara había si* do castigo del cielo , queriendo es- carmentar en cabeza ageoa , res- pondieron al Inca que eran muy contentos de ser sus vasallos , ado- rar al sol , y abrazar sus leyes y ordenanzas , y guardarlas. Dada es- ta respuesta , salieron 4 recibirle con mucha fiesta y solemnidad, con cantares y aclamaciones inventadas «luevamcnte para mostrar sus ani- •nos* El Inca recibió con mucho aplau^ so los curacas , les hizo mercedes de ropa de vestir de su propia per- sona , les dio otras dádivas que estimaron en mucho, y después el tiempo adelante , él y sus descen- dientes favorecieron y honraros mucho estos dos pueblos , particu- larmente á Hatun Colla , por el servicio que le hicieron en reci«* BEX. PBRt^. 319 ; birle con ostentación de amor , que siempre los Incas se mostraron muy ¡favorables y agradecidos de seme- jantes - servicios , y lo encomeoda- :ban á los succesores ^ y asi etsno- -bleciéron el tiempo adelante aquel pueblo con grandes y hermosos edi- ficios, demás del templo del sol y -casa de las vírgenes que en él fun- daron , cosa que los Indios tanto estimaban. Ltos Collas son muchas y diver-* «as naciones , y asi se jactan des^ -cender de diversas cosas: unos dicen ^ue sus primeros padres salieron do ia gran laguna Titicaca. Tenianla -por madre , y 'antes de los Incas da adoraban entre stis muchos dio** ses , y en las riberas de ella le oítt^ cian sus sacrificios. Otros se pre« clan venir de una grao fuente ^, de la qual afirman que salió el primer antecesor de ellos. Otros tienen por blasón haber salido sus mayores de 3 so HISTOniA GBNBRAX. ttsas cuevas y resquicios de peto grandes, y teniao aquellos lugares por sagrados y y 4 sus tiempos los Yiskaban con sacrificios en recono- ciníiento de hijos á padres. Otros te preciaban de haber salido el pri» Biero de ellos de un rio: teníanle en gran Teoeracion y reTerencia como á padre. Tenian por sacrile^ ■gio matar el pescado de aquel rio, porque decían que eran sus hermai^ nos. De esta manera tenian otras ■suchas fábulas acerca de su orígea y principio , y por el semejante tenían muchos y diferentes dioses como se les antojaba , unos por ua respeto y otros por otro. Solamen- te en un Dios se conformaron los Collas, que igualmente le adoran ron todos y tuvieron por su prin- cipal dios , era un carnero blan- co , porque fueron sefiores de infi- liito ganado. Decían que el primer carnero que hubo en el mundo al- to , que asi llaman al cielo , habia tefiido mas cuidado de ellos que lio de los demás Indios , y que los amaba mas • pues habia producido j dexado mas generación en la tier- ra de los Collas que en otra algit- sa de todo el mundo. Decian esto aquellos Indios, porque en todo el Collao se cría mas y mejor ga- nado de aquel su ganado natural que en todo el Perú ^ por el qual beneficio adoraban los Collas al car- nero , y le ofrecían corderos y se^ bo.cn sacrificio j y entre su ganado tenían en mucha mas estima á los carneros que eran del todo blancos, porque decian que los que áseme* jaban' masa su primer padre tenían mas deidad. Dornas de esta burJl^ fía consentían en muchas provin- cias del Collao una gran infamia, y era , . que las mugeres antes de •casarse podían ser quan ^ahi^ qui- Msea de^ sus . pi^js^m^. » . Y. }^: VMS 03 382 HISTORIA OSNSRA£ disolutas se casaban mas aína , co* mo qae fuese mayor calidad haber sido malísima. Todo lo qual quita- ron los reyes Incas, principal men- te los dicfses , persuadiéndoles que solamente el sol merecía ser ado- bado por so hermosura y exceleo- 'cia, y que él criaba y sustentabí todas aquellas cosas que ellos ado- raban por dioses. £n los blasones . do, envió los mismos requerimien- tos á los demás poebloa comarca^ nos hasta el desaguadero de la grao laguna Titicaca ^ los qnalcs todos^ con el exemplo de Hatun Colla y de Cbucuyta , obedecieron Uaná* mente al Inca , que los mas prin-r cipales fueron Hillavi Challi , Pu- mata , Clpita , y no contamos ee particular lo que hubo en cada pu^ blo de demandas y respuestas, por* que todas fueron á semejanza de lo que hasta aquí se ha dicho : y por no repetirlo tants^ y^ces lo dacíDH^ en sum. T^mbi^n quier l%6 HISTO&IA GXNSRAK Ten decir que tardó el Inca mn* chos afios en conqnlstar y sujetar estos pueblos ^ mas en la manera 4el ganarlos no difieren nada: y asi ▼a poco ó nada hacer caso de lo ^ue no Importa. Habiendo pacificado aquellos pueblos despidió su exército, dexan'» do consigo la gente de guarda nece- saria para su persona, y los ministros ]Mira la ensefianaa de los Indios^ quiso asistir personalmente á toda^ estas cosds , asi por darles calor eomo por favorecer aquellos pue-* blos y provincias con su presencia', que eran principales y. de impor* tancia para lo de adelante. Los curacas y todos sus vasallos se fa* Torecieron de que el loca quisie- se parar entre ellos un invierno^ ^ue para los Indios era el mayor favor que se les podía hacer ^ y él Inca les trató con mucha afábilí- itad.y caricias , inventando cada dk avevos faTores y regalos , porque ▼eia por experiencia , sin la doc- trina de sns pasados , qaáoto im- portaba la mansedambre , el be-^ iieficio 9 y el hacerse querer para atraer los estrafios á su obedien* cia y servicio. Los Indios pregón aaban por todas partes las ezcelen» das de su principe , diciendo que era verdadero hijo del sol. Entren tanto que el Inca estaba en el Uao , mandó apercibir para el lano siguiente diea mil hombres d# guerra. Venido el tiempo y reco- gida la gente eligió quatro mae- tes de campo , y por general enr ▼ió un hermano suyo , que no sa- ben decir los Indios cómo se lla- maba : al qual mandó que con pa- tecer y consejo de aquellos capi- tanes procediese en la conquista que le mandaba hacer ; y ¿ todos cinco dio orden y expreso mand»- 10 , que en ninguna manera UegaS» ^aS HISTORIA eUHmiLAt gen á rompiíDÍeiito de batalla coa los Indios que no quisiesen redu- cirse por bien , sino que á i mira- ción de sus pasados los acraxesen con caricias y beneficios^ mostrán- dose en todo padres piadosos ano- tes qne capitanes belicosos. Man- dóles que fuesen al poniente de donde estaban , á la provincia lla- mada Uuia Pacasa , y reduzesea los Indios que por alli hallasen. £1 general y sus capitanes feeron co- mo se les mandó , y con próspera fortuna reduxeron los naturales ^ue hallaron en espacio de veinte le- guas que hay hasta la falda de la cordillera y sierra Nevada y que divide la costa de la sierra. Los .Indios fueron fáciles de reducir» porque eran behetrías y gente suel- ta sin orden, ley ni policía. Vivian ¿ semejanza de bestias : goberna* .han los que mas po4ian con tiraoia ^ soberbia ^ por estas camisas fue* T-3 xados los máfiunos fSL el gabienio , y los caftanes j ^Bte de ipiarfa ptni presidio 7 defensa de lo que se habia cos« ^sCado , se toIvió el general y 9m ip¡mxo capitanes i dar cuente mi loca de lo que denban hecho* Elqnal eetse casto que duré dque* Ha com^msti te hai>ia oeupado ««1 ▼iskar se seyno , ptocatunóo íMí^ timde de todas manéis 5:00 aufuefiK tas las tienas de labor. M^iodó fta« suevas acequias, y ¿ü^r 4k1>- nec&aatios itsea ^1 pio^^CMC ée ifis Istfüttt 9 tiMuao puciu^c . ^^1^. L 330 ÍBISTORIA eSKSBAr. tes y caminos para que las propia- das se coaiunicasen unas con otras, .lilegado el general y los capitanes •ante el Inca , fueron muy bien re- .cibidos y gratificados de sus tra- bajos ', y con ellos se volvió á su . corte con propósito de cesar de las (Conquistas, porque le pareció ha- .ber ensanchado harto su imperio, .que norte sur gaaó mas de quarea- ^tz leguas de tierra , y leste hoés^ >te mas de veinte^ hasta el pie de Ja sierra y cordillera Nevada , que ^divide los llanos de la sierra : es« :tos dos nombres son impuestos por yos Españoles. En el Cozco fue recibido con grande alegría de toda la ciudad, que por su afable condición, man- sedumbre y liberalidad era amado en extremo. Gastó lo que le quedó de la vida en quietud y reposo, ocupado en el beneficio de sus va« salios haciendo justicia. Eavió dos BBZ» PBiitr. 331 veces á visitar el reyno al pria- cipe heredero llamado Mayta Ca- .pac, acompasado de hombres viejos .y ezperimeotados para que cono- ciese los vasallos y se ezerci ta- se en su gobierno. Qjuan4p se slo- 'tió cercano ü la muerte llamó á sus hijos , entre ellos al princi- pe heredero, y en lugar de testa- mento les encomendó el beneficio de los vasallos , la guarda de las leyes y ordenanzas que sus pasa- dos , por orden de su dios y pa- jdre el sol, les habla dexado: y que ^o todo les mandaba hiciesen como Jiijos del sol. A los capitanes Incas fy á los demás curacas , que eran señores de vasallos , encomendó el cuidado de los pobres , la obedieor cía de su rey. A lo ultimo les dixo que se quedasen en paz , que su padre el sqI le llamaba para que descansase de los trabajo^ pasados^t Dichas estas cosas y otras seme- L 333 HISTORIA GSRKHAZ; jantes , murió el Inca Lloque Yo- paxvqui : dexó machos hijos é hijas de las concubinas , aunque de ss muger legitima , que se llamó Ma- ma Cava , no dexó hijo varón mas ide al principe heredero Mayta Ca- pac, y dos ó tres hijas. Fue llorado Lloque Yupanqui en todo su rey* no con gran dolor y sentimiento, ' que por sus virtudes era muy ama" do. Pusiéronle en el número de sos dioses hijos del sol , y asi le ado- raron como á uno de ellos. Y pof^ que la historia no canse tanto ha- blando siempre de una misma co- sa , será bien entrerexer en las vi¿ das de los reyes Incas algunas de sus costumbres, que serán mas agnK dables de oir que no las guerras y conquistas hechas casi todas de ona misma suerte : por tanto digamos algo de las ciencias que los Incas alcanzaron. .1 su CAPÍTULO XLVIL Ciencias que aleé L astnrtogía y 1 ral que los lacas muy poca; pcw^iie roo letras , aooqne cao» eijas bo hombres de beeaes ímptm'^m Uamaroa amaotas ^ los ^ee ímmi;!^ ron cosas socyes^eiMiOMKfas^iai^ en su repÜRÜca pracricMii» «a ^»^ dieado dezarlas escritas fara ^^a^ los sucesores las Beraiaa perecien» eos los Mures , y aií todas cíeams , é M tmwíetm w^ no aleaos práKÍfíso con la lonbre aatiMd ^ y anron sefialados coa seisi y groseras para que las geates lai ▼iesen y nocasea. HírdaMs de cada «o«i lo que uimmb \a thecSi 334 HISTORIA GBNBRAX moral alcanzaron bien ; y en prie« tica la dexaron escrita en sas le« yes I vida y costumbres , como m el discurso se verá por ellas mis- mas : ayudábales para esto la ley natoral que deseaban guardar, y la experiencia que hallaban en las bufri nas costumbres , y conforme á ellas iban cultivando de dia en día en sa república. De Ja filosofía natural alcanza- tsm poco ó nada y porque no traca* ron de ella , que como para su vi- da simple y natural no tuvieses necesidad que les forzase á inves- tigar y rastrear los secretos de na* turaleza , pasábanse sin saberlos ni procurarlos ; y asi no tuvieron nit^ ¿una práctica de ella , ni aun de las calidades de los elementos pa- fi decir que la tierra es fría y seca» y el fuego caliente y seco , slao era por la experiencia de que les faleflC9t>a y queoaba } mas no por ▼ia de ciencia 4t fiiosofia. Sola* mente alcaozaroo la virtud de al« ganas yerbas y plantas medicina- les coo que se coraban en sus en-' feroiedades , como diremos de ala- gunas qoando tratemos de su me-' dicina. Pero esto lo alcantaron mas- por experiencia , ensefiados de su necesidad , que no por su filosofia nataral , porque fueron poco espe^ culatívos de lo que no tocaban con' las manos. De la astrologfa tuvieron algu- na mas práctica que de la filosofia natural, porque tuvieron mas inci- tativos que les despertaron á la es- peculación de ella , como fue el sol , la luni y el movimiento vario del planeta venus , que uñas veces la veían ir delante del sol y otras en pos de él. Por el semejante veiatf la luna* crecer y menguar , ya lle¿ na , ya perdida de vista en la coih junc^ion , i, la qual llaman muerte il6 HISXO)R.iA GBXBmAC 4« la lu&a : porque no la veían ts aquellos tres días. Tambiea el sol los iacicaba á que mirasen en élf que uaos tiempos se les aparta- ha , y otros se Its allegaba ; que unos días eran mayores que las no« ches, otros menores , y otros igua^» les ; las quales cosas los movieroa á mirar en ellos , y las miraron tan materialmente que no pasaron de la vista. Admirábanse de los efectos. pero no procuraban 'bascar lascan^ sas, y asi. no trataron si habia ma« chos cielos , ó no mas de uno , ni imaginaron que habia mas de uno.- No supieron de qué se causaba el erecer y menguar de la luna, ni los 9i07imift|itos de ^os demiis plaaetasi ya. apresurados , ya espaciosos ^ ni tuvierod cuenta mas de con los tres planetas nqinbrados por el gran^ dor , resplandor y heraaiosura de eU96* Mq flaú4r^ en I09 otros qua-* vmx, 9WBLV* 337 tío ptaiietas. De Hm signos so hu- bo imanación , y meaos de mt§ influencias. Al sol llamaron inti, á la luna qaüla y al lacero venas chasca^que es crinita 6 crespa por ^s fliiBGhos ri^es. Miraron en las siete cabrillaa. por verlas tan jun- tas , y por la diierencfa qae hay de ellas á las otras estrilas qué les .causaba admiración , mas no por otro respeto^ y no miraron en mas escreili^', porque no teniendo liecesidad forzosa,' tio sabkn á qué proposito mirar en> ellas , ni tn«- rieron nías nombres de estriellas en particular que las dos que hemos dicho : en común las llamaron coy-* Uur 9 que quiere decir estrella. CAPíTjOLO XLyni. jílcanzafon la cuenta del año , los solsticios y los equinocios. M as con toda su rusticidad al* XOMO I. 9 jGumroo loa loea» que el mod* .nveiito del sol se acababa eii un afiOi al qual ilamarofl huata.: es nom- bre qae quiere decirafio, y la mis- ma dicion sia flaudar proooociaeioa ni acenio « ea otra ñgaificacion es .veiibo , y sl^fica atar« La gente común fritaba loa afios por las cch aechas, Alcaacaron también los sols- ticios del .verano y del invierno , los quilos dezaron coritos con sélla- les grandes y aoMurias, que faéroa ocho torres que labraron al oriental y, 9tnís oebo al imnieate de la ciuf dad del Goaco, puestas de qnatra en quatro , do» pequefias de á tres estaos poco mas ó menos de altOi en predio de otras dos grabdes ; las pequefSu estaban diex y ocho 6 veinte pies^ la uDa de la otra : á los lados otro tanto espacio esta- ban las otras dos torres grandes, que eran mucho mayores que las que en Esfafia ffervian de atalayas» y estas graades servias de gMidac y dar aviso para ^oe dcscolmeses mejor las torres peqoefias : el espft* cío que entre las pequeñas haiña por doode el sol pasaba al salir j 9I ponerse, era el ponto de ios solo- ticios. Las «oas torres del oiieat» correspondían & las otras del po» aliente del solsticio vernal ó hiemal. Para verificar el solsticio , se ponía an Inoa en cierto pnesto al salir del sol y al ponerse ^ y mirs« Vs á ver si salía y pónts por !^ntre las dos torres pequeñas que está** ban al oriente y poniente : y con este trabajo se certificaban en lá astrologia de sus solsticios. Pedro de Cieza « capitulo noventa y dos, hace mención de estas torres. £1 P. Acosta también trata de ellas, libro sexto , capitulo tercero, aun* que no les dan su punto. EscribiO'- ronlos con letras tan groseras, por« qoe no supieron fixárlos con los »s <34^ HISTORIA OBinSlIAS ilias de los meses en. que son los golsticios, porque contaron ]os me- tes por lunas, como luego dirémosi y no por dias ^ y aunque dieron á cada afio doce lunas , como el afio colar exceda al lunar común en on<* ce días , no sabiendo ajastar el un afio con el otro, tenían cuenta con el movimiento del sol por los sols^ ticios para ajustar el afio y contar- lo , y no con las lunas ^ y de esta manera dividían el un afio del otro, tigidndose para sUs sembrados por el afio jolar ymo por el lunar; y aunque :hay a quien diga que ajus- taban el afio solar con el afio lunar, le engafiaiion en la relación ; por* que si supieran ajustarlos fixáraa los solsticios en los dras de los me- ses que son, y no tuvieran necesi- dad de hacer torres por mojoneras para mirarlos y ajustarlos por e]las ceo tanto trabajo y cuidado como cada dia teniíio , miraQdo el salir SBK wmú* 341 del so] y pooene por deiedio de las torres. Las qnales dozé en pie el afio de i$6o,ysldespaesacá]iolasliaa derribado , se podría verificar por ellas el lugar de donde miraban loa locas los solsticios , á ver si era de ana torre qae estaba en la casa del sol, ó de otro lugar que yo no lo pongo por no estar certificado de él/ También alcanzaron los eqoi* nocios y los solemnizaron muy mn** cho. En el de Marzo segaban lov maizales del Cozco con gran fiesté y regocijo, particularmente el Aii« den de CoUcampata, que era coma jardin del sol.. En el eqüinocio de Septiembre hacían una de las qua«^ tro fiestas principales del sol , que llamaban Citua Raymi , r sencilla: quiere decir fiesta principal que se celebraba , como en su lugar di)ré-j mos. Para verificar el eqüinocio. tenían columnas de piedra ríquisi-^ )4< HISTORIA esinBRAC mamence labradas , paestas en los patios ó plazas que habla ante los templos del sol: los sacerdotes qaan- do^enlhin que el eqninocio estaba ceita, tenias cuidado de mirar ca- da dia la sombra que la columna hacía. Tenían las columnas pues- tas en el' centro de un cerco fedon- do muy grande que tomaba todo el'ancho de la plaea i del patio; por medio del cerco echaban pof hüo de oriente á poniente ana ra« ya que por larga experiencia sabían dónde hablan de poner el un puifi^ to y el otro. Por la sombra que la columna hada s<^re la raya , veían que el equlnocio se iba acercando^ y quando la sombra tomaba la ra- ya de medio á medio desde que sa- lta el sol hasta que se ponía, y que á mediodía bañaba la luz del sol to* d«la columna en derredor sin hacer sombra á parte alguna, decían que aquel dia era el equinoctal. £nton- CC9 adonuban las colomnas con to- das Jas £ores y yerbas olorosas que podian haber , ponían sobre éDas la silla del toJ, y decían que aquel día se asentaba el sol con toda su loa de lleno en lleno sobre aque* Has Golomnas. Por lo qual en par« ticnlar adoraban al sol aquel día con niia3^res ostentaciones de fies^ ta y xegtícijo, y le hacían grandes f fosantes de oro, plata, piedras preciosas y otras cosas de estima. Y es de notar, que los reyes Incas y 8Ut amantas, que eran los filóso«* faa, asi como Iban' ganando las prc^ Tincias , asi Iban experimentando, qoe quanto mar se ateibiban á la Hnea equinocial , tanto medos som«> bra hacia In columna al mediodía, ]K>r lo qual fueron estimando mas y mas las columnas que estaban mas cerca de la ciudad de Quitu, y sobtt todas las otras estimaron las que pusieron en la misma cía« 344 BiiiKiitiA GamWLAZ dad , y eo an psfige huta la costa de la mai -y donde por estar el sol i ploiBO, coniD dicjen los albafiiles', DO hacia seSal de, -sombra algonn á fuediodia. por uta fax» las ca- vieroD «n mayor veneración, por- que decían que aquellas eran >eí«fi- to mas agiqdabt« par* el sol , por- quo ea ellas, te aseatabaí deractaa- meiMe y en las otras, da lada Es- tas simpleus y anas ' semejaatw dixeroa aquellas geates en so as- tiologla , porque no pasaron con la imagiaacion mas adelante de la qua veiaB muifrialiiieate con los ojos. Las columoas de Quicu y de toda aquella regioa derribó el go' bernador Sebastian de Belalcmar muy acertadamente, y las hiao pe- dazos porque idolatraban los Indios eo ellas : las deinss que por todo el reyao había, fueron derribando tos demás capiíaoes Bspafioles co-' mo las fueron hallando. CAPÍTULO XLIX. I Imvieran euenia con ¡as ecl^uet* del sol : Iq ^ húcu» cm te - de laktMM, c contaron los meses por laóas de una lima aueva á otra , y asi lla- man al mes quilla como á .la luna.' JMeTon su nombre á cada mes: goíi-< taron los medios meses ppr su cre-^ cíente y menguante : las semanas* por los quartosr v aunque no tüvie-^* ron nombres para los días dr la semapa. Tuvieron cnen^ con los* eclipses dél:>sol''y de la lima ,maf no .abantaron' 'las causas. Decian al eclipse solar , que el sol estaba enojado por algún delito ' que ha- bbm hecho contra él , pues mos-^ tra))raba su cara turbada oomo hom-' bre ayrado , y pronosticaban á se-^ me|anza de los astrólogos , que les P3 34tf msToAiA cÉmniAK habia de venir algún grave casti- go. Al éclipte de la lona , vlea- dola ir negreciendo , decían que enfermaba la Juna , y qae si acac- haba de obscurecerse habia.de aio« rir , caerse del cielo. ., cojerlos i todos debaxo y matarlos, y que se htfbiá de acabar el mundo : por es- te, miedo , empezando á eclipsarse la luna., tocaban trompetas , cor- Betas , caracoles , atabales , atam- bores y quantos instrumentos po- dían haber que hicieren ruido.- au« han los perros grandes y chicos, daba&les muchos palos para que ahallflsea.y llamasen la lona , que poricierta fábula que ellos conta-« Ifan^átci^Aü que la luna era aficio* 9ada á los perros por cierto servi- cio que le hablan hecho , y que oyéndolos llorar habria lástima 'de ellos , y. recordarla del saeño que la enfermedad le causaba. Para las manchas de la lona de- r t»L vurné. 347 cian otra fábula mas simple que la de los perros , qae ano aqnelia se poóm^ afiadir á las qae la gentili-* dad aacigua inveiicó y< compuso 4 I>iana haciéndola eaxadoca ^ m^ la qoe se sigue es bestíalisima. Diceii que una zorra se emimoró de la lu^ na viéndola tan hermosa , que p09 hurtarla subi6 al cielo , 7 quando quiso echar mano de ella , la. luaa se abraxó con. la aorra 7 la pegó -á si , y que de .esto se le hicieron las manchas : pOr esta £ábula tan simple y tan desordenada se podrá ver la simplicidad de aquella gen-r te. Mandaban 4 los muchachos y nifios que llorasen y diesen gran* des voces y gritos llamándola Ma- ma Quilla, que es madre luna, ro^ gáúdole que no se muriese porque sp pereciesen todos, lios .hombses y las mugerea hacían lo mismo; Habla un ruido y una confusión tiltt grande que. no se puede encarecer» ) »4 34^ HISTOftlA GBUBIlAC Conforine al eclipse , grande ó peqaefio , juigaban que habia sido la enfermedad de la luna. Pero si llegaba i ser total, ya no había que jusgar siso que estaba muerta , y por DBomentos temían el caer la lo* aa y el perecer de ellos. Elntonces era mas de veras el llorar y plafiir, como gente que Teia al ojo la moer- te de todos y acabarse el mundo. Quando veían que la luna iba poco ¿ poco volvieodo á cobrar su luz, de- cían que convalecía de su enferme^ dad, porque el Pachacamac, que era el Sustentador del universo, le había dado salud, y mandádoleque ao mu- riese porque no pereciese el mun- do) y quando acababa de estar del todo clara , le daban la enhorabue- na de su salud , y muchas gracias porque no se había caído. Todo e»- to de la luna vi por mis ojos. Al día llamaron punchan , y á la no- che tttU , al amanecer pacari. Tu- r TiierOB nombres p«m s^niíicn el 9,Wu y las demás partes del dia y de la noche , como media noche y medio dia. Tavieron cuenta con el rel¿m* pago , cmeno y rayo , y ¿ todo» tres en junto llamaron illapa. No los adoraron por dioses , sino que los honraban y estimaban por cria* dos del sol. Tuvieron que residían en el ayre mas no en el cielo; £1 mismo acatamiento hicieron al arco del cielo , por la hermosura de sus colores , y porque alcanza* ron que procedía del sol ^ de n^odo que los r^yes Incas lo pusieron en sus armas y divisa. £n ia e;|sa del sol dieron aposento de por si á ca"» da cosa de estas, como en su lugar diremos. £n la via que los astró«* logos llaman láctea, en unas man<« chas negras que van por ella á la larga, quisieron imaginar qno habla, ana figura de oveja con m caerpo 3$0 aiSTORlA aXCNSAAS entero , qué estaba funamantando un cordero. A mi me la querían mostrar diciemió : Vea alli la ca* beza de la oveja ^ ves acullá la del cordero mamando ^ ve$ el cuerpo, breaos .y' piernas del uao y dei otro ; mas yo no vela las figuras si- no las manchas , y debia de ser poi so saberlas imaginar, Empero no hadan caudal de aquellas figuras para su astrologia, mas de quererlas pintar imaginán- dolas ^ ni echaban juicios ni pro- nósticos ordinarios por sefíales del aol , ni de la luna ni de ios come- tas y tino para cosas muy raras y muy grandes , xomo muertes de reyes 6 destrucion de reynos y pro- vincias ^ adelante en sus lugares diremos de algunas cometas^ si lle- gamos allá. Para las cosas comunes mas aína hacian sus pronósticos y juicios de los snefios que sofiaban y de los sacrificios que hacian , que F na de las estrellas oi señales del ayre. Y es cosa espantosa oir lo que decían y pronosticaban por ios suefios, que por no escandalizar al vulgo no digo 'lo qae en esto pu* diera contad. Acerca de la estrell» venas , que anas veces la veían al anochecer y otras, al amanecer, de- cían que el sol , como sefior de to? das las estrellas, mandaba que aque- lla , por ser mas hermosa que to- das las demás , anduviese cerca de él , unas veces delante y otras atrás, Quando el sol se ponía , vién- dole trasponer por la mar ( porque todo el Perú á la larga tiene la mar al poniente) decian que entraba en ella , que con su fuego y calor secaba gran, parte de las aguas de la mar, y que como un gran nada- dor daba una zabullida por debaxo de la tierra para salir otro día al oriente ^ dando á entender que ia H% BISTOB.IA (SBKBILAS tierra está sobre el agaa. Del po* merse la lana ni de las otras estre- llas ttO dizeron nada. Toda^ estas boberias tuvieron en su astrologia los Incas , de donde se podrá ver qnán poco alcansaron de ella , y baste esto de su astrologia , diga- mos la medicina que asaban eo sus enfermedades. ^•i»^' ÍNDICE DE LpS CAPÍTULOS *■ QUS C4I>TI*NB BSTB TOMO. I. Si^ hay fnuchos mundos. Trá- tase de ¡as cinco zonas, . pág. i n. Si. boy antípodas. 9 III. Cámo se descubrió e¡ Nuevo Mmdo* •-'•!» rV. Deducion del nombre'Péré. ^o V. Autoridades en confirmación - dei nombre Perú. 0,6 VI. Lo que dice un autor aeetcm áél nombre Pefé. 34 Vil: Otras- deduciones.de liom- \:br es nuevos. 41 Vni. JJéícripcion del Perú 48 IX. Idolatría y dioses que ado" roban antes de los Incas. 6% X. Gran variedad de dioses que tuvieron. óf XI. Maneras de sacrificios que hadan. ^z 1(4 fNDICX. XIL f^Menda y gobierno de ki antiguos : cosas que comian. ^ XIII. Cámo se vestían en oque- Ha antigüedad, i^ XIV. Diferentes casamientos y diversas lenguas. Usan de ve* neno y de becbi%os< %$ STV. Origen de los. Incas Reyes del Perú. . . .54 XVI. Fundación del Cozqo eñh , d^d^etial^ ipj XVft. Lo que reduxo el primer .. Inc/f Manco Qapac. 11% XVlXl.É4bulas bistoriales del origen de los Jncas* iif XIX,. Protestación del aufor sobre la bistoria. laj XX. Pueblos que mandó poblar el primer Inca. 134 XXI. Enseñanza que^ daba el Inca á sus .vasallot^ 138 XXII. Insignias favor obles que el Inca diá a los suyos, . 144 XXIII. Otras insignias masfa* fue ks hdéti fmefm á «^ XXV. TMÉmtm^ymífme éát XXVI. N m hrtM ^4iát$ f 0iá XXVIL UtimHüteU u$m- da timé': tm t^fige^. #«f j XXVHL AKffsMTMi hi Imm ai verámáerv IH<», MÍ4 XXIX. Temió» ha fnn^m wm * érét'tnfaga^iof^aáQ, i^ Xjul. Jbt^ áioatí ^ ha tistarñaáoifta ÍCspalhkt tm^ XXXrr.T. jái€0Kg4k^f^m ki' i fn»at^ amliütíü áfíl ammíí y U ^^eam^ 3J6 ÍNDICi* reccion universal. 131 XXXIV. Cotas que sacrifica- ban al soi, «39 XXXV. Los sacerdotes , ritos^ ceremomas y leyes se atribu- yen al primer Inca, 146 XXXVI. Se prueba lo dicbo con bistoriadores Españoles, ajo XXXVU. Dividieron el impe- fio en quatro distritos. Ae- gistraban los vasallos. atfs XXXVin. Tenian dos oficios los decuriones. %66 XXXIX. jfígunas leyes que tu* vieron los Incas en sug^bier^ no. . 971 XL. Los decuriones dahan cuen^ fa de los que nacian y morían. 183 XLI. Niegan los Indios baber_ cometido delito alguno Inca de la sangre real. 190 XLII. Vida y becbos de Sincbi Roca , segundo rey de los Incas. «97 ZLHL XUV.Dm elhicM XLV. Cm^MÍsti ¡la : hlmsmaa Jk ios Cnláta. j^ XLVL Lmgrámptv rámcim Om^ cuytu se reámu át pax. £b- cen ¡o imsmú eirms flodbcx. 323 XLVU. Ciencias ^ mkneu^ ron ¡os Jacas : jístrologU. 333 XLVm. JÜcüMxairem la cuenSa del aio^ los solsticios y los equinocios, 33«f XLIX. Tuvierom cmenia com los eclipses del soklo fue bocUm con los de la bma. 3^, FIM SEL TOMO L